Klevgrand lanza Borsta, un plugin especializado en percusiones con escobillas
No soy percusionista (ni mucho menos), pero leyéndolos en alguna ocasión en este foro (o en Batacas), diría que las técnicas con escobillas suponen un pequeño quebradero de cabeza para ellos a la hora de programar ritmos en el ordenador; ritmos que suenen naturales y orgánicos, claro. Pues bien, la empresa sueca Klevgrand, que ya se ha colado en la portada de Hispasonic en numerosas ocasiones con alguno de sus curiosos instrumentos y efectos, ha desarrollado Borsta (cuya traducción del sueco vendría a ser algo así como «cepillar»), un plugin para Windows, Mac e iOS especializado en la programación de ritmos basados en interpretaciones con escobillas.
Borsta incluye una librería de 18 instrumentos (entre cajas, cajones y percusiones varias), y cada uno de esos instrumentos se basa en más de 400 muestras de alta calidad pensadas para tocar a diferentes velocidades y con varias capas de round robin. Eso sí, cada instancia de Borsta solo permite programar un instrumento y una secuencia de cada vez (aunque se puede cambiar de secuencia rápidamente vía MIDI), lo que significa que necesitaremos tantas instancias como instrumentos queramos programar.
La parte del secuenciador es interesante, porque incluye una zona de envolvente avanzada que permite programar cómo queremos que sea el ataque, la evolución y el desvanecimiento de cada sonido, además de ofrecer otras herramientas que ayudarán a lograr interpretaciones lo más naturales posible. Adicionalmente, Borsta también incluye un simulador de sala con 9 tipos diferentes de sala, así como 6 algoritmos de reverberación y un ecualizador de 3 bandas.
El Klevgrand Borsta está disponible desde la web de Klevgrand para Windows y Mac en formatos VST, AU y AAX a un precio de lanzamiento (hasta el 28 de marzo) de 35,99 dólares. También hay versión para iOS (AUv3) por 14,99 dólares.
Más información: Klevgrand
Comunicador incansable en materia de tecnología musical. Dicen por ahí que de niño se cayó en una marmita llena de osciladores de baja frecuencia.
