Leemos en el diario Público: Saber quién está detrás de la pantalla del ordenador le pareció a la industria discográfica la forma más efectiva para acabar con la descarga gratuita de contenidos protegidos por las leyes de propiedad intelectual. Ir a por el ciudadano que, pese a la popularización de la banda ancha, se gastó 257 millones de euros en 2007 en música y vídeos vendidos en soporte físico (25,7% menos que en 2006), fue la vía escogida por la asociación de Productores de Música de España (Promusicae) para enfrentarse a los programas de intercambio (P2P), como eMule o Kazaa.
No ha podido ser, de momento. La justicia española ha dado la razón a Telefónica en su negativa a facilitar el nombre y domicilio de clientes, como solicitaba Promusicae. Así lo refleja el auto del Juzgado de lo Mercantil número 5 de Madrid al que ha tenido acceso Público, al considerar "justificada la oposición formulada por Telefónica".
Pero esa postura no ha sido siempre la misma. Lee la noticia completa en el diario Público.