Rob Papen Predator 2, un sinte monstruo que va a por más
Con casi diez años a sus espaldas, Predator ha conocido ya algún que otro ‘upgrade’, pero en esta ocasión se trata de una nueva versión del monstruo 'depredador' de Rob Papen con paso a un 2.0 que implica 50€ para los usuarios registrados de la anterior y que cuesta 150€ para nuevos usuarios. Teniendo en cuenta que media un decenio desde la primera, tampoco es algo que podamos criticar en exceso, especialmente ante el importante calado de las reformas. Se trata de un monstruo que encierra en su estómago una amplia colección de recursos enfocados a esa versión de lo sustractivo que en realizaciones digitales puede adornarse con la riqueza de las wavetables y los osciladores personalizables, más amplias dimensiones en número de filtros, envolventes, y otros recursos.
Sigue siendo un sintetizador centrado en una única pantalla, y por ello ‘denso’ en controles en su interfaz, correspondiendo a las muchas funciones que aporta. Por cierto la posibilidad de usar una ‘easy page’ con sólo una selección de los principales controles es una de las novedades de la versión 2.
Un vistazo a la pantalla completa rápidamente revela los grandes bloques de su arquitectura, con tres osciladores y con envolventes dotadas de un sustain de caída regulable para permitir resultados de tipo ‘doble decay’. Pero entrando en profundidades hay mucho más de lo que aparenta, con envolventes y lfos adicionales (ahora son 4 frente a los 2 anteriores), y rutas de modulación ampliamente configurables relativas al control. Sus dos filtros por voz, además de un tercer HPF adicional, han sido mejorados y cuentan con más parámetros.
Centrándonos en las novedades, son muchas y de cierto calado, especialmente el que los filtros y osciladores han pasado a ser estéreo, o las que afectan al apartado de las ondas producidas por los osciladores, con varias funciones nuevas como ‘waveform morphing’ y ‘waveform drawing’. También destacaría la presencia, siempre interesante, de un elemento de distorsión a nivel de cada voz y no sobre la salida final polifónica. Nuevos igualmente el pad XY omnipresente a día de hoy, o un EQ.
El ‘waveform morphing’ es resultado de que ahora cada oscilador usa dos formas de onda, con diferentes funciones para combinarlas y pasar gradualmente de una a otra.
En cada sonido se pueden guardar 8 formas de onda definidas por el usuario ya sea mediante un dibujo del ciclo en el tiempo o por la especificación de hasta 256 parciales. Además las formas de onda de todo tipo pueden combinarse en juegos que reúnen varias para poder realizar tratamientos de tipo ‘wavetable’ recorriéndolas con todo tipo de controles.
Las mejoras afectan también a la gestión y catalogación/búsqueda de presets, algo bien necesario teniendo en cuenta que ronda los 6000.
A la postre un sintetizador con el sello Rob Papen, que quiere revitalizarse en bastantes frentes para poder seguir resultando atractivo.
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