Korg Electribe EM-1 (2001)

Para ser la primera "groovebox" de Korg que juntaba el motor MMT con muestras de percusión no estaba nada mal, aunque sus sucesoras dejaron el listón muchísimo más alto.
En su momento fue un producto rompedor aunque poco valorado porque ReBirth ya había saturado el mercado.
Volver a comprarlo años más tarde (2016) y usarlo con hardware externo resultó mucho más satisfactorio.
El concepto hubiese mejorado con la posibilidad de usar pilas.
El sonido de las muestras de percusión sigue siendo demoledor y relativamente flexible, aunque se echa en falta algo de procesado.
Los sonidos de las partes de sintetizador son modestos y no tienen mucho que decir frente a las actuales Electribe. El filtro suena terroso, como si se procesara a 22khz... Aunque con un poco de resonancia recupera la redondez.
Es una groovebox muy básica que dió pie a las EMX y tiene un valor histórico, pero más allá de eso, las características y el sonido son bastante modestos.
Sin embargo, conectada a unos buenos altavoces hace que se te olviden todas sus limitaciones, y su sencillez pasa a ser una ventaja. Para los que hemos usado sus herederas se nos queda corta, pero sigue siendo una apuesta crujiente y divertida.

Fue mi primer aparato musical, hace un montón de años. Inmediatamente me quedé sorprendido con los sonidos de percusiones y la posibilidad de grabar cambios de los parámetros en tiempo real.
Las partes de percusion vienen cargadas con un buen puñado de sonidos que cubren casi todas las necesidades, al menos en el departamento de electrónica.
Las partes de sinte son muy sencillitas, permiten elegir la forma de onda PCM de entre una selección de ¿eran 50? ondas diferentes. Pero a la hora de la verdad, todas suenan bastante similares: Aporta bastante más variedad tímbrica jugar con el filtro que seleccionar ondas diferentes. Al principio me dio por probar todas las ondas, pero recuerdo que al final siempre utilizaba la onda 1 por defecto, que si no recuerdo mal era una saw normal y corriente.
Cuando fui comprando más material, dejé de necesitar las partes de percusión de la EM-1, pero seguí utilizando las partes de sinte durante bastantes años.
Era mi 303 particular. No sonaba como una 303, claro, pero el secuenciador permite slides y acentos, y el filtro sonaba suficientemente convincente. Entre eso, y un poco de delay, me lo he pasado pipa durante innumerables horas. Además, a diferencia de una 303, esta máquina es super fácil de programar. He hecho unos cuantos livesets con la EM-1 funcionando exclusivamente como sinte de líneas acidas, con su par de efectos incorporados. De vez en cuando programaba otro patrón sobre la marcha, casi a boleo, y vuelta a la carga con otra idea nueva.
Ha llovido un poco desde sus tiempos de gloria, pero sin duda los tuvo, y aún la desempolvo de vez en cuando para recordar ese ácido particular que hace.