Lo peor: Secuenciador limitado. Aliasing en ocasiones.
Datos de la unidad comentada
| Año de fabricación: 2000 | Precio pagado: 240 € (usado)
He tenido una época un poco nostálgica que me ha hecho buscar una Electribe ER-1, que para los que no la conozcan es una máquina de ritmos digital, que a estas alturas ya se podría considerar "del año de la polca".
Tiene 4 voces sintéticas (+ 4 de ROM) que condensan en pocos controles un amplio rango de sonidos de percusión descaradamente digitales. Se basan en un esquema de dos osciladores (par portador y modulador) sencillo, pero con un sorprendentemente extenso.
El sonido es el que es: En cuanto aumentas mucho la velocidad del modulador aparecen todo tipo de artefactos de aliasing que evidencian el carácter digital (y "oldschool") de la unidad. Personalmente, creo que ese carácter tiene bastante gracia cuando hablamos de elementos de percusión: Ayudan a destacar sobre la mezcla y a hacer efectos un tanto únicos. Pero no vas a sacar una batería natural de esta máquina.
La gracia del "motion sequence" (algo parecido a la automatización de parámetros) permite variar bastante los timbres dentro del patrón, haciendo que parezca que tiene más de esas 4 voces sintéticas. No llega a la sofisticación de los p-locks de elektron, pero es muy inmediato y da juego.
El efecto master delay es estupendo para trastear sobre la marcha. No es el mejor delay, pero es uno de los mejores efectos de transición que hay: No se cuántas horas me pasé abusando de ese efecto en su hermana EM-1.
¿Merece la pena en 2022? Hay máquinas de ritmos con mejor sonido, con secuenciadores más profundos, con mejores efectos. Pero no se me ocurre ninguna que sea tan inmediata como la ER-1, que permite pasar de un kick clásico al EFX más extremo en sólo girar dos ruletas, pasando por toda suerte de hits metálicos y toms electrónicos.
Para mi, si merece la pena. Especialmente, me parece super sencilla y práctica para improvisar en el contexto de un set en directo. No tanto para producción en el estudio, en el que se puede contar con herramientas más avanzadas, pero también más trabajosas.
Lo mejor: Inmediatez de las electribe clásicas
Lo peor: Secuenciador limitado. Aliasing en ocasiones.
Tiene 4 voces sintéticas (+ 4 de ROM) que condensan en pocos controles un amplio rango de sonidos de percusión descaradamente digitales. Se basan en un esquema de dos osciladores (par portador y modulador) sencillo, pero con un sorprendentemente extenso.
El sonido es el que es: En cuanto aumentas mucho la velocidad del modulador aparecen todo tipo de artefactos de aliasing que evidencian el carácter digital (y "oldschool") de la unidad. Personalmente, creo que ese carácter tiene bastante gracia cuando hablamos de elementos de percusión: Ayudan a destacar sobre la mezcla y a hacer efectos un tanto únicos. Pero no vas a sacar una batería natural de esta máquina.
La gracia del "motion sequence" (algo parecido a la automatización de parámetros) permite variar bastante los timbres dentro del patrón, haciendo que parezca que tiene más de esas 4 voces sintéticas. No llega a la sofisticación de los p-locks de elektron, pero es muy inmediato y da juego.
El efecto master delay es estupendo para trastear sobre la marcha. No es el mejor delay, pero es uno de los mejores efectos de transición que hay: No se cuántas horas me pasé abusando de ese efecto en su hermana EM-1.
¿Merece la pena en 2022? Hay máquinas de ritmos con mejor sonido, con secuenciadores más profundos, con mejores efectos. Pero no se me ocurre ninguna que sea tan inmediata como la ER-1, que permite pasar de un kick clásico al EFX más extremo en sólo girar dos ruletas, pasando por toda suerte de hits metálicos y toms electrónicos.
Para mi, si merece la pena. Especialmente, me parece super sencilla y práctica para improvisar en el contexto de un set en directo. No tanto para producción en el estudio, en el que se puede contar con herramientas más avanzadas, pero también más trabajosas.