La nueva línea de bajos TB-3 de Roland es la heredera digital de la clásica TB-303. Nacho Marco nos explica sus posibilidades.
el 06/03/201433
La nueva línea de bajos TB-3 de Roland es la heredera digital de la clásica TB-303. Nacho Marco nos explica sus posibilidades.
Lo mejor: Su inmediatez
Lo peor: Efectos no editables
Sin duda ese siempre ha sido un punto débil de los Roland anteriores, la distribución y facilidad de controles, desde los años 80s se limitaban a hacer racks y sintes con submenus a tope. El JP8000 debería haber marcado el camino... pero no se siguió. Y esta máquina barre con todo en cuanto a intuitiva. La organización de notas por colores, los pasos iluminados, la secuenciación con el accent y el slide diferenciados... es mucho más cómoda que la original, además de permitir enviar notas del secuenciador por MIDI (con lo que es un secuenciador externo monofónico también, además de tener muchas ondas sintéticas que no son originales de la TB 303, algunas sacadas directamente del System 1, que vale casi el doble).
Todo tiene un precio, y en este sinte es su falta de edición en efectos. También el navegar por sonidos es un poco aburrido, aunque en la actualización le pusieron 15 favoritos que lo hace mucho mejor. Los más puristas se quejaran de que es digital, pero la resolución a 24 bits le da al sonido una calidad muy superior a cualquier emulación de Roland anterior, incluso más fiel que algunas copias analógicas de otras marcas. En resumen, recomendada para quien busca componer rápido. No recomendada para quien guste editar a fondo y no sea fan de los presets.