Entrevistamos a Olivier Gillet de Mutable Instruments
En este encuentro, Olivier Gillet, responsable de Mutable Instruments y creador del famoso sinte en kit Shruthi-1, desvela sus próximos proyectos y ofrece su particular visión del desarrollo de sintetizadores. Conduce la entrevista el hispasónico JuanVilchez.
Juan Vílchez: Como la gran mayoría de preguntas sobre el Shruthi-1 y sus características técnicas ya han sido respondidas, o bien pueden ser encontradas en la extensa documentación de tu página web (en inglés) y en el hilo del foro de Hispasonic (en español), te propongo que nos hables de ese puñado de nuevos y excitantes proyectos en los que estás trabajando.
Olivier Gillet: Mi próximo proyecto (para septiembre u octubre) es el MIDIpal, una unidad pequeña, muy barata de procesado MIDI, que puede aplicar transformaciones algorítmicas en las notas MIDI (arpegiado, armonizado, delays) así como otras cosas más tradicionales (filtrado, partir el teclado –split-, monitorización de eventos). Será algo que querrás tener en tu estudio para enchufar en medio de cualquier cosa que tenga teclado y cualquier otra cosa que tenga salida de audio. Este será el primer proyecto fabricado industrialmente – aunque el primer lote estará disponible como kit SMT (montaje superficial).
Llegará además una revisión del hardware del Shruthi-1 para los próximos lotes; en concreto, he dedicado mucho tiempo a reducir el número de componentes de las placas de filtros. También veremos una nueva placa de filtros, clon del MS-20. Y una variación de la placa digital, que reemplazará los actuales osciladores digitales por un reproductor de muestras desde tarjeta SD a 12-bits (que probablemente podrá muestrear también). Esto aportará un significado totalmente nuevo al universo Shruthi, en el que ya habría tres tarjetas generadoras (Shruthi, Sidekick y Sampler), y siete de filtros.
Por último, algo que ocupará, a largo plazo, el puesto del Shruthi-1. Desde la misma fase de diseño estoy intentando evitar y resolver la mayor parte de puntos débiles y limitaciones del Shruthi-1. Se trata de un proyecto mucho más ambicioso y arriesgado, en el cual estoy exprimiendo al máximo las posibilidades para incluir muchas características nuevas. Aparte, lo estoy diseñando de tal forma que algunas partes podrán ser intercambiables, existiendo tanto versiones SMT fabricadas industrialmente, así como una variable de agujeros pasantes (through-hole) para los amantes del DIY. A su vez intento no rizar demasiado el rizo, y que el sonido sea cercano al del Shruthi. ¿Podría estar listo en seis meses? ¿Un año, tal vez? No sé.
Y lo menos sexy, pero lo más importante: establecer una compañía como tal, ya que en la actualidad lo hago todo como un negocio paralelo a otro, lo cual me ahorra mucho en papeleo, pero complica mucho las cosas con respecto a lo que puedo y no puedo hacer, y me expone a ciertos riesgos en caso de bancarrota.
Si te parece bien, pienso que podría estar bien no sólo que nos cuentes más acerca de Mutable Instruments, sino sobre tí en particular, ya que creo que eres una persona con mucho talento y una formación envidiable, lo cual te permite tener unos conocimientos y opiniones muy a tener en cuenta en lo que a los sintes y electrónica se refiere.
No veo por qué tendría que promocionarme a mí mismo. Yo no estoy en venta, lo que vendo son sintes, ¡y ellos pueden “hablar”… o mejor dicho “sonar” por sí mismos!
Muchos creadores de sintetizadores interesantes lo tienen montado como pequeños negocios, a menudo dirigidos por una única persona, que según toque, tiene que ejercer tanto de ingeniero como de vendedor. Yo intento ser más ingeniero que otra cosa, porque es en lo que soy bueno, y porque aprecio mucho los valores que lleva aparejada la ingeniería. Las hojas de especificaciones de los chips no engañan, al menos no en la primera página… En mi trabajo veo como bastante gente abusa de despliegues publicitarios y exageraciones con tal de vender, y es por eso que intento evitarlo a toda costa cuando se trata de mis proyectos de sintes.
En Hispasonic contamos con una gran comunidad de amantes de los sintetizadores. He aquí una “pequeña ventana” que da a ellos: ¿Qué les quieres decir?
Si hay algo que le quiero decir a los amantes de los sintes es que deben de procurar tener un ojo y oído críticos con los sintes. Hay muchas falsas creencias (que yo solía tener también, ¡hasta hace poco!) sobre sintes. Cosas del estilo de:
- "Las interfaces de usuario con pantallas LCD y páginas apestan" (en oposición a ‘un knob por función’). Mucha gente, una vez ha probado el Shruthi-1, coincide en que la interfaz es muy fácil de entender. El ESQ-1 a simple vista parece muy tedioso, con sólo un slider para introducir los datos, pero sorprendentemente resulta ser muy rápido de programar. Y en cambio, algunos sintes analógicos virtuales (VA) repletos de knobs, son un coñazo porque todo aquello que no tienen en su panel frontal puede estar oculto detrás de media docena de toques de botón.
- “8-bits = música chiptune (de videojuegos)”. Porque un aparato tenga un componente en su flujo de señal con una resolución de 8-bit no le va a hacer sonar como una consola Nintendo. No es todo blanco o negro: El Fairlight tenía conversores de 8-bit; el Dark Energy usa un chip de sonido que era usado en algunas máquinas recreativas de los 80s. Y, entremedias, hay muchas más combinaciones de lo más variopintas.
- “Los sintes vintage sacaban su buen sonido de los chips de filtros (VCF) vintage”. Yo también lo creía, y es por eso que gasté tanto tiempo en conseguir algunos de esos chips y crear filtros con ellos. He llegado a la conclusión de que esos chips eran de lo más apropiado a la hora de diseñarlos, porque concentraban muchas funciones útiles en poco espacio (y por tanto, hacían posible la existencia de sintes polifónicos más pequeños y fiables). Pero no tienen nada de mágico o especial. Son células de ganancia y voltaje linear/exponencial, conversores de corriente en un pequeño envoltorio. En diseños nuevos, realmente no compensan las posibles molestias que ocasionan estas reliquias del pasado, más aún cuando la verdadera magia está fuera del chip.
- “Los aparatos diseñados por aficionados siempre estarán un paso por detrás de los productos comerciales”. Suelo frecuentar unas cuantas comunidades DIY en la red (por ejemplo, la lista de correo SDIY) y estoy asombrado por la gran experiencia y conocimiento que tiene la gente ahí. Y aparte, me sorprendió el hecho de que para los ingenieros electrónicos más talentosos, les resulta una elección de lo más extraña dedicarse de lleno, a tiempo completo a los sintes, porque hay muchas otras cosas divertidas en las que pueden poner en práctica sus habilidades. De alguna manera creo que lo más difícil y lo que más les echa para atrás a los ingenieros electrónicos bien cualificados, con respecto a crear un sinte, no es el esfuerzo que requiere su diseño, sino el hecho de que sólo estaría aplicando una mínima fracción de sus conocimientos al diseñarlo.
Cada día es más numerosa la comunidad de personas que deciden tomar las riendas y crear sintetizadores ellos mismos, a partir de los componentes electrónicos (DIY). ¿Tienes algo en especial que decirles?
Sí, tengo una última reflexión, que vendría en forma de pregunta: “¿Qué necesita un sinte o proyecto DIY para ser bueno?”. Según lo veo yo, varias cosas: la primera, tener clara la diferencia entre “proyecto” y “producto”. Me costó entre dos y tres meses diseñar el Shruthi de cabo a rabo. Llegado ese punto, te encuentras con que tienes un cacharro estupendo que puedes meter en una carcasa, usar tú mismo, colgar un video en Matrixsynth y sentirte muy orgulloso de él. Pero después te cuesta otros cinco o seis meses para convertirlo en un “producto”: preparar cosas tan poco atractivas como la documentación, bancos de presets, probar en gran variedad de situaciones diferentes, almacenar partes de repuesto, probar componentes alternativos, más pruebas de campo, atender a las peticiones de los betatesters...
He tenido opiniones encontradas acerca de cuál es la parte más importante en un sinte, la que define verdaderamente “el sonido del sinte” (¿osciladores, filtros, modulación…?). Al final, creo que lo que realmente hace que un sinte sea bueno es la presencia, o incluso ausencia, de “visión” o “plan” sobre cómo debería sonar, y después aplicar un gran esfuerzo para que cada pieza del mismo contribuya a lograr esa “visión” de forma correcta. Por eso mismo creo que los “diseños colaborativos” como por ejemplo el Tyrell de Amazona están algo equivocados. El crear algo sólo “para contentar a la mayoría” no es la clase de visión sobre la que uno debe construir algo. Al menos esto no suele funcionar en el campo de las artes.
Cuando el diseñador de un sinte no se ha parado realmente a oír cómo suena su creación, ¡se nota!
Muchísimas gracias Olivier por dedicarnos algo de tu escaso tiempo y por mojarte en los temas tratados. Sabemos de buena tinta que no te gusta demasiado dar entrevistas o hacer publicidad de tus productos porque confías plenamente en su sonido como su mejor herramienta de venta. Esperamos impacientemente tus próximas creaciones, que seguro darán mucho que hablar.
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