Los mejores teclados controladores MIDI de 61 teclas en 2024

Comprar un teclado controlador, y en general cualquier teclado, implica mucho de prueba personal: sentirse o no a gusto con él. Pero no siempre podemos probar toda la amplia oferta que existe. Tampoco todos tenemos claro qué criterios aplicar y valorar si no hemos probado antes otros muchos teclados y enfrentado situaciones de uso real de los mismos.

Ese es el propósito de esta guía: proporcionaros una selección de lo más destacado del mercado en cada segmento de precio, para que tengáis una primera orientación, y dotaros de los criterios de compra necesarios para elegir el que más os conviene. La guía se centra en los modelos de 61 teclas (o 5 octavas), pero casi todas las marcas y gamas cuentan con versiones equivalentes de 49.

Si queréis un teclado completo tipo piano, consultad los mejores teclados de 88 teclas contrapesadas. Y si buscáis algo más portable y compacto, os ofrecemos también los mejores teclados MIDI de 25 y 32 teclas.

Si comenzamos por los que pueden interesar a quienes tienen bolsillos más ajustados, no podemos esperar una calidad de tacto de alto nivel, ni tampoco un despliegue de controles y funciones especialmente generoso. Pero existen varias opciones y a día de hoy son, por supuesto, con respuesta a la velocidad de pulsación.

Pese al precio, ofrecen la posibilidad de realizar control del DAW desde el propio teclado: Bitwig, Cubase/Nuendo, Garageband/Logic, Digital Performer, Reason, Reaper, Studio One, y otros. Lógicamente, se trata de un control limitado por el número de controles, pero permite disparar desde el teclado las funciones básicas de transporte (play, stop, record, rew y ffwd), o movernos por las pistas para a continuación ajustar su nivel, o enviar mensajes de cambio de programa para movernos por el conjunto de sonidos del sinte que esté escuchando en cada pista. Ese control es un poco más amplio en el modelo GX61, por lo que sólo citamos el SE61 para los que realmente buscan ir al mínimo en coste. Mejor ir directamente al GX61 si puedes.

Alimentados vía USB, ultra ligeros (por debajo de los 3 kg) y sin necesidad de drivers para ser reconocido por ordenadores, tablets y móviles, no falta tampoco entrada para pedal de sustain.

Y ya que estamos en la gama de 'los más baratos', no está de más que vengan con licencia de un DAW, aunque se trate de una versión básica: Bitwig 8-Track.

Pero cuidado: no tienen entrada de alimentación ni salida MIDI en DIN 5 puntas, así que necesitarás siempre conectarlos a un HOST USB-MIDI. En la práctica: te serán útiles unidos a un ordenador/tablet/móvil, pero para usarlos como segundo teclado con otro sinte puede haber pegas. Mira las notas y consejos que incluye este artículo.

La carcasa metálica y un despliegue de controles algo mayor son las principales ventajas respecto a los mencionados anteriormente. A cambio, eso sí, un peso superior, que ronda los 5 kg.

Cuenta con salida MIDI en DIN 5 puntas, pero mantiene la alimentación vía USB. Si piensas usarlo sin ordenador, un alimentador USB tipo los de móvil serviría y podrías usar la conexión DIN hacia el sintetizador que desees.

También puede resultarte interesante que además del siempre presente conector para pedal sustain, exista otro para pedal de expresión. Algo que no es tan frecuente cuando vamos cortos de presupuesto.

Del Oxygen destaca el tamaño 'gigante' de sus pads por comparación con otros, y la presencia de potenciómetros y faders. Sus potenciómetros (no encoders) son correctos y agradables. La tecla, con perfil sinte, es ligera pero correcta y silenciosa, y el negro mate en las notas alteradas le da una mayor presencia. Un teclado agradable al uso.

No tiene aftertouch, para eso hay que seguir subiendo en precio. Los faders son cortos en recorrido. Los pulsadores son, afortunadamente, de los que hacen 'click', no de los de simple goma tipo mando de TV. Como veréis en la imagen, cuenta con pulsadores dedicados para control de DAW (start, stop, etc.). Eso sí, carece de conexión MIDI Out en DIN de 5 puntas. Así que dependerás de USB para poder controlar sintes hardware: o conectas todos a un ordenador, o el sintetizador hard tendrá que contar con una entrada específica para conexión directa de un controlador ('to device' o 'host', pero no 'to host').

Aunando precio y variedad de controles es como se define su atractivo.

La gama Oxygen cuenta con esta derivada 'Pro' que eleva la calidad, en particular con teclas semicontrapesadas (no esperes pese a su aspecto sensaciones 'piano' ni lastradas, pero sí algo más de firmeza/peso) y dotadas de aftertouch, algo nada habitual en su precio, y que además tiene una integración intensa con Live reconocida oficialmente por Ableton (incluye licencia de Live Lite, más varios instrumentos de otros fabricantes en versión igualmente básica: sintes, piano, MPC Beats...). Mayor número de pads, y con retroiluminación, pero de 4,8 kg. Mucho más completo que su hermano no pro y sin disparar tanto el desembolso.

Seguimos sin aftertouch ni MIDI DIN 5 puntas. Pero si usas intensamente productos software de Native Instruments (Kontakt, Komplete...) o plugins que soportan NKS (el sistema Native de comunicación desde sus controladores hacia plugins), es una opción interesante por las posibilidades ampliadas que ofrece para poder trabajar más desde el teclado y menos desde el ratón. Además el acabado es mucho más 'refinado', y al final nos tiene que gustar también a los ojos algo que vamos a mirar tantas horas. Por otra parte, los 8 encoders son sensibles al tacto, y por tanto basta tocarlos, sin moverlos, para que la pantalla muestre su estado o valor.

Una amplia integración con DAWs tales como Cubase/Nuendo, Logic/Garage Band, Live, Pro Tools, o también con sistemas como Native Maschine, es otro punto a favor. Su juego de botones combinado con su pantalla OLED (minúscula sí, pero menos es nada), le permite ser más informativo y amigable durante el uso que otros sin la información textual que permite la pantalla.

Además puede que te interese usar alguno de los productos software de Native Instruments de los que incluye licencia: The Gentleman, Monark, Scarbee Mark I, Reaktor Prism, Reaktor Blocks Wired, Komplete Kontrol Software, Maschine Essential, y varios 'player' (de Reaktor, Kontakt , y Guitar Rig).

Si el Oxygen se te queda un tanto pobre en construcción y no quieres renunciar a la variedad de pads, faders, y rotatorios, Arturia Keylab es un buen candidato sin subirse mucho en precio. Está además disponible en acabado en blanco, en negro, y además, desde mitad de 2024 dispones de la versión 'Alpine' si quieres buscar una estética muy singular. Todas prácticamente al mismo precio, por una vez no hay que pagar ese plus de distinción.

Nada de aftertouch todavía, pero sí un conjunto amplio con 8 pads, 9 rotatorios y 9 faders, y amplio número de botones. La pantalla cambió a mejor con la edición MkIII dejando atrás la viejuna LCD a favor de una flamante OLED, con lo que puede ofrecer una información textual y gráfica atractiva y muy útil.

El control de DAW se realiza a través de un modo compatible con el estándar de facto Mackie/HUI que es soportado por prácticamente cualquier DAW. Tiene un modo específico para control de productos soft Arturia (Analog Lab). Y se pueden crear varias configuraciones de usuario por si queremos controlar sistemas hardware que exigen el uso de mensajes concretos tipo CC o NRPN.

Cuenta con salida MIDI DIN 5 puntas además de la conexión USB, y si se necesitara se puede alimentar con un adaptador de corriente (no incluido) o con un cargador de móvil. Eso es importante, porque a medida que los controladores aumentan su inteligencia y la cantidad de elementos con retroiluminación, sube su consumo. Poder alimentarlo por una vía que no sea USB facilita conectarlo a dispositivos que no entregarían suficiente corriente para su funcionamiento. Es decir, tienes la tranquilidad de que funcionará con cualquier cosa que le conectes, ya sea MIDI tradicional DIN, MIDI sobre USB, y con alimentación dedicada si hiciera falta.

En cuanto a software, incluye Analog Lab de la propia Arturia (varios cientos de sonidos de sintes y teclados legendarios, tomados de su extensa V Collection y editables solo en unos pocos parámetros, no de forma completa), el DAW Live en su versión recortada Lite, y licencia del Grand Piano de UVI.

Si piensas en moverlo con frecuencia, es ligero: poco más de 3 kg.

Muy rápidamente comentamos algunos modelos cuya complejidad de funciones ya hace imprescindible estudiar sus características acudiendo a las webs de los fabricantes y a los manuales de usuario. Cuando opino sobre las sensaciones al tocarlos, algo que es imposible apreciar en un manual o web, lo hago a riesgo de que, siendo opiniones personales, podáis perfectamente disentir.

Aparecido en oct 2024, la edición Mk4 trae consigo una importante renovación estética de esta línea. Su tecla tipo sinte es de un tacto que me convence menos que el de otros modelos, tanto superiores como inferiores en precio. Los faders son un tanto duros, los pads tienen espacio sólo para un dedo... ¿Por qué entonces presentarlo en nuestra selección? Si queréis reunir en un solo teclado las funciones habituales de un controlador, más el control específico de la vista sesión de Ableton Live, el uso de sus 16 pads retroiluminados para la selección de clips y el poder lanzar otras muchas funciones de Live os hará mirar con ojos especialmente golosos al LaunchKey. No en vano, Novation lleva un montón de años trabajando junto con Ableton para lograr un grado de control enorme de ese DAW y estos LaunchKey son la gama de entrada a esa integración profunda desde Novation. También podéis completar cualquier otros teclado 61 con un LaunchKey de menor tamaño, dado que hay incluso versión de 25 miniteclas.

Hay también una versión preparada especialmente para integración con FL Studio si ese es tu DAW principal (Novation FLkey 61).

Sin necesidad de sacar MkII ni nada que se le parezca, este controlador lleva en el mercado un montón de lustros. Y por algo será. Es de plástico, pero a pocos usuarios he visto que se hayan quejado de que les haya dejado tirados. Destaca sobre todo su amplia configurabilidad como controlador, pudiendo generar varios mensajes desde cada control físico y siendo de los poquísimos que admite programar la generación de mensajes MIDI sysex, y no solo la habitual colección de CC, NRPNs, y demás controles ordinarios. Cuenta con USB y con salida MIDI tradicional sobre DIN.

Es muy ligero y pequeño, para bien y para mal: fácil de transportar pese a contar con tan amplio despliegue de control a costa de aglutinar los controles en poco espacio, muy abigarrados. Tiene las conexiones en un lateral rompiendo la costumbre habitual de conexiones traseras. Pads algo pequeños y rigidos, los hay mejores si necesitas a toda costa una solución para introducir baterías, con más bien botones a los que asociar mensajes y acciones, aunque desde luego pueden generar notas. Hay opciones más cómodas, pero si necesitas y sabes aprovechar el control MIDI profundo, incluído 'sysex', es muy capaz de atender lo que necesites.

Un teclado bien dotado en términos de controles tanto por variedad como por número y en el que Arturia ha mimado la estética y el acabado/usabilidad en general, con construcción en aluminio y laterales de acabado tipo madera. Hace bien en aprovechar el espacio disponible para separar lo más posible los múltiples controles aumentando la comodidad. El tacto del teclado es ligero y correcto. Tanto los faders como los encoders son sensibles al tacto: no necesitarás moverlos, siendo suficiente tocarlos para que se muestre su valor. La pantalla gráfica y en color es otro aliado para la usabilidad máxima.

Con construcción de mayor calidad que la de la gama KeyLab Essential, ofrece aftertouch. Además de USB hay MIDI en DIN 5 puntas, que aquí ofrece tanto salida como entrada porque puede servir para conectar in/out un sinte sin USB y llevar sus señales MIDI hacia el ordenador combinadas con las del propio controlador, pero en un puerto USB MIDI dedicado. No faltan las entradas para pedales de sustain y de expresión o señal de control (aux in).

Si además de teclas y controles variados y capacidad de control remoto de DAWs (en especial Live), quieres que tu teclado se convierta en el centro de operaciones de un conglomerado de sintes hardware en el que un ordenador y un DAW no sean impresicindibbles, tienes que ver lo que Novation ha creado en su tercera entrega de los Remote. Echa un vistazo a nuestra review de los Novation SKL MkIII, porque sería o demasiado extenso o demasiado escaso en detalles tratar de hacer un resumen.

Este teclado incorpora un potente secuenciador de patrones con 8 pistas, un poco al estilo de Live, con varios patrones en cada pista entre los que moverse, con grabación y edición no solo de notas sino también de parámetros de control. Pero no te ciegues: si creas tus temas con DAW y ordenador, ese 'plus' no está hecho para tí.

Con su vocación de centro de operaciones de un amplio arsenal de sintes hardware, cuenta con MIDI USB, no una sino dos salidas MIDI DIN 5 puntas, entrada DIN 5 puntas y conectividad para sistemas analógicos CV.

Muchos de sus controles se pueden confirgurar de dos formas diferentes para jugando con un botón banco A/B doblar el número (p.ej. los 16 botones asignables, dan en realidad acceso rápido a 32 funciones distintas). El juego de varias pantallas, los leds sobre cada tecla y su codificación en colores... Tendrás que pasar largo tiempo con su manual y probando. Pero es inevitable cuando se quiere tanto en un único equipo.

Imposible que funcione alimentador por USB, la necesaria fuente de alimentación viene incorporada. También un conjunto de software en el que no falta Ableton Live Lite, como acostumbra Novation.

La integración con instrumentos Native y de terceras partes (que sean compatibles con el sistema NKS) es su punto fuerte, con un sistema capaz de trasladar al teclado mucha información y control del que normalmente tendríamos que accionar con ratón sobre un plugin. Eso justifica su precio elevado, el más alto de los que presentamos en esta guía, y solo justificado si piensas sacar partido a esa específica característica. Eso sí, es casi como tener una ventana al ordenador en el propio teclado, al menos con el software compatible.

Respecto al teclado, siendo de tacto ligero, es fiable y correcto. Los encoders son también de poca dureza y sin detenciones. También permite control de DAWs, aunque a este respecto extraña que mantengan un diseño centrado en encoders, sin añadir pads ni faders. Muy elegante por la sobriedad, pero al final son menos controles simultáneos disponibles. Por supuesto a este precio el teclado ofrece aftertouch. Hay también un control 'ribbon' (una tira táctil).

En lo que no tiene rival es en que sus pantallas a color permiten traer al propio panel del teclado no sólo texto, sino imágenes e interfaces que normalmente iríamos a buscar a la pantalla del ordenador. Ya sean productos Native, productos con soporte del estandar de control NKI, o incluso simples plugins VST de los que es capaz de extraer y representar amplia información, tanto para la búsqueda/selección de sonidos como para su edición.

Con este precio y estando enfocado a un tipo de usuario tan concreto, lo mejor que podemos decirte es que si usas mucho los productos Native y NKI, estudies con detenimiento lo que ofrece, porque la decisión hay que meditarla.

Aparte de algún criterio más específico que ya se ha expuesto durante la selección de modelos, aquí apunto los criterios generales más relevantes a la hora de elegir un teclado MIDI de 61 teclas.

Puede ser de sinte, piano u órgano (waterfall). Es algo que salta enseguida a la vista. En el caso de la tecla con perfil 'cascada' ('waterfall' / órgano) la ausencia de aristas quiere facilitar esa especie de glissandos característicos al barrer con la mano una amplia zona del teclado. En todo caso, recordad que en esta gama hablamos más de una cuestión estética que de otra índole: el perfil piano es sólo 'aspecto' piano y no un verdadero mecanismo completo tipo piano.

En un sentido 'global', si se trata de un teclado ligero o con cierto 'lastre' —a sabiendas de que en esta gama y precio no hay emulación de los mecanismos complejos de un piano acústico—. Cierto que casi todos cuentan con algún ajuste para elegir una acción ligera (easy/light/soft) o una media o una más dura (hard) pero la sensación física del teclado está ahí y es inamovible, así que mejor sentirse cómodo con ella. Un ajuste 'easy' puede hacer que la máxima velocidad MIDI (127) se dispare sin tocar con mucha fuerza, y un ajuste 'hard' puede requerir muy alta velocidad de ataque a la tecla para disparar ese valor de 127 —a cambio, nos dará más recorrido para distinguir toques suaves y medios—. Pero la sensación del teclado es la que es.

Más allá del peso o dureza global, me suelo interesar por las sensaciones que acompañan al movimiento en vertical de la tecla. Prefiero teclas que al hundirse ofrecen cierta resistencia en todo su trayecto y no las que la concentran en un único punto. Teclas que acompañan ese trayecto, que dejan sentir dónde estamos dentro de él. Probad el 'descenso' de la tecla, para cuando toquéis matizando notas y no simplemente 'aporreando' percusivamente.

De nuevo, muchas diferencias de unos a otros. Los hay que dan mucha sensación a plástico, pero otros ofrecen sensaciones más cálidas y aterciopeladas. No es tontería, al menos para mi gusto. Los aterciopelados suelen agarrar algo mejor el dedo, son menos 'escurridizos' por así decirlo. La presencia en las teclas negras de un acabado mate suele ser un buen indicador en ese sentido, aunque nada reemplaza al propio dedo para probar.

El mínimo imprescindible pasaría por la alimentación, conexión para pedal de sostenido (sustain), y la conexión MIDI. Pero esta conexión MIDI puede aparecer como MIDI Out en DIN de 5 puntas o en USB-MIDI. Si es USB-MIDI, que sea 'class-compliant' permite que pueda funcionar sin drivers (ya están incorporados en los sistemas operativos) y que pueda unirse a iPad y tablets, cosa que salvo con modelos muy antiguos, está garantizada. Más allá de ese mínimo todo es bienvenido, como por ejemplo la entrada para un segundo pedal de expresión / continuo.

Ojo con los que sólo llevan USB-MIDI y sacrifican el MIDI Out tradicional, porque pueden complicar el usarlos para controlar directamente equipos MIDI (sin usar ordenador, tablet, etc. o bien teniendo que comprar un dispositivo que añada MIDI Out a partir de USB-MIDI). Para poder hacer la conexión directa por USB, sería imprescindible que ese otro sinte tuviera entrada USB pensada específicamente para conexión directa de controladores. Algo que en modelos recientes va siendo cada vez más habitual. P. ej. con los Yamaha Montage/MODX, los Roland Fantom 6/7/8 y Fantom-0, y otros creciente número de teclados. Pero asegúrate de que lo soporte si lo necesitas (típicamente deberá tener una conexión USB rotulada 'to device' o 'host', que no hay que confundir con 'to host', esta última no valdría para ese propósito).

Otro gran apartado de interés en los teclados controladores es el referido a los pulsadores, faders, y potenciómetros/encoders que lleve.

En el apartado de pulsadores importan tanto su superficie como su elevación y su separación, dado que todos esos aspectos afectan a su usabilidad. Pero además fijaos en si ofrecen alguna realimentación táctil o visual al accionarlos. Básicamente veréis pulsadores basados en una goma que se hunde al estilo de los controles remotos de TV (la goma cierra un contacto entre dos pistas de la placa de circuito impreso interna) y otros que hacen 'click' porque cuentan con algún tipo de componente interruptor/pulsador. Me gustan más los del 'click', tanto por la seguridad que hay de haberlos accionado como por su mantenimiento. En caso de fallo es fácil encontrar reemplazo para el pulsador interno (suelen uno de dos o tres tipos fáciles de encontrar en tiendas de componentes), mientras los de 'mando TV' obligan a desmontar, limpiar y cruzar los dedos. No seáis tampoco obsesivos con esto del mantenimiento: aunque hay botones como los inc/dec que están llamados a morir antes o después, será siempre pasados unos cuantos años. Es algo que interesa más en una compra de teclado usado que nuevo.

Otra cuestión que también interesa conocer para decidir: los botones y faders 'sensibles al tacto'. Normalmente sólo en modelos de precio ya algo alto, la ventaja es que tan pronto los tocas la pantalla del teclado ofrece informacion del parámetro y valor que estás a punto de modificar. Sin esa característica, se hace necesario mover o pulsar para poder 'leer' el estado de cada control, y eso, claro, significa que acabas de alterar su valor inicial.

De nuevo la cuestión de tamaño, altura y separación para garantizar un uso cómodo. Si la altura de un fader es baja, casi 'a ras' del propio panel, como sucede en algunos teclados, podremos 'desplazar' pero no 'agarrar' el fader. Si el pot/encoder es de capuchón mínimo, no será fácil hacer giros generosos. Tampoco si los han elegido anormalmente grandes: tiene que ser un tamaño para girarlo cómodamente usando dos dedos. En el caso de encoders, la moda inicial de encoders 'con detenciones' en los que se notaba cada paso individual ha cambiado en muchos teclados a encoders que ruedan de forma continua sin que se aprecie al toque cuándo hacen cada incremento/decremento. Ya podéis imaginar que mi gusto es por los que realimentan esa sensación, para no tener que estar tan esclavo de pantallas, pero en eso me da que voy un poco contracorriente.

Los hay sensibles sólo a la pulsación, pero en muchos casos son también sensibles a la presión (al 'aftertouch'), con la gracia de que además cada pad comunica individualmente su propia presión, y por tanto nos pone en las manos el 'aftertouch polifónico' que poquísimos teclados llevan (excepción de los tiempos analógicos el Yamaha CS-80 que permitía ese tipo de juego, o los controladores multidimensionales que están apareciendo recientemente como los Roli o el Linnstrument). Importante que tengan un tamaño que permita accionarlos con dos dedos para poder hacer redobles, dado que uno de los usos típicos es el de introducir partes de batería. También vigilad el material y comportamiento al accionar el pad. Suelen ser de goma y con un recorrido amplio que llega a dar cierta sensación de actuar sobre un mini 'parche' de batería, pero a veces hay pads tan rígidos o con tan poca excursión vertical que es como golpear una pared.

Especialmente en teclados de menos de 61 teclas, pero también en ese tamaño, veo práctico, tanto más en un puro controlador, la presencia de controles inmediatos para realizar cambios de octava y transposición.

Piensa también si necesitas o no funciones de 'teclado master', es decir, que se puedan configurar directamente en él cosas como splits/layers, zonas por velocidad, etc. o el que pueda ofrecer internamente espacio para guardar distintas configuraciones de sus controles.

Siempre podremos configurar nuestro DAW para que aprenda los números de control que genera nuestro controlador, pero algunos de ellos ofrecen soluciones específicas. Desde juegos de botones y controles para los arrastres del DAW (play, stop, rec...) o incluso extendiéndose a moverse por las pistas y realizar algunas acciones sobre ellas. Que sea más o menos importante depende de la forma de uso de cada cual (cara al DAW yo sigo todavía muy pegado al ratón, la verdad). En algunos controladores, los faders, encoders y demás controles admiten un modo en el que directamente generan mensajes estandarizados para control de DAW, siendo los dos estándares más habituales el HUI y el MCU. Yendo más allá, algunos teclados de alto precio ofrecen vías de integración mucho más profundas con pantallas gráficas en el propio controlador o con sistemas de integración tales como Automap de Novation o el NKS de Native.

Muchos de ellos ofrecen incluida una versión 'de entrada' de algún DAW o algún otro software, pero normalmente no debería ser nuestro argumento de compra salvo que tengamos claro que deseamos usar justo la que viene incorporada con la compra, dado que hay DAWs gratuitas de prestaciones parecidas a esas versiones básicas.