Sintetizadores

Review de Arturia Matrixbrute, un sintetizador protagonista

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Veredicto
Quienes estén buscando un sintetizador monofónico versátil con calidad en su sonido, y que permita construir y moldear timbres con las facilidades que dan unas especificaciones ricas en funciones y en controles, harán bien en mirar hacia este nuevo ¿dinosaurio?. Se mueve en la gama alta gama, pero también lo hacen sus muchas singularidades, propias de quien sabe hacer analógicos sin rechazar las ventajas de los tiempos que corren.

Pros

  • Una propuesta muy especial: sin competencia y bien concebida y resuelta por Arturia.
  • Posibilidad de arracarle dos timbres diferentes simultáneos.
  • Genial el modo 'matrix arpeggiator', pura simbiosis entre arpegiador y secuenciador de patrones que maximiza su utilidad musical.
  • Viste por sí solo cualquier estudio.

Contras

  • Necesitaras espacio, y mucho, para alojarlo. Y en las tres dimensiones.
  • Su precio no podía sino ser como es: alto.

Hay sintetizadores que llaman la atención, y sin duda Matrixbrute está entre ellos. El extremadamente largo período transcurrido desde su anuncio puede haber desgastado un poco su inicial poder atractor de atenciones, pero no hay duda de que se trata de un sinte de grandes dimensiones físicas y funcionales y con un sonido igualmente rotundo. Ante esos argumentos, el de su singular matriz queda relegado a un segundo plano, por más que sea la llamativa peculiaridad que da lugar a su nombre.

Arturia Matrixbrute
hispasonic

Introducción y opinión

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Su concepto parte de la base de un sinte monofónico 100% analógico y de altas prestaciones con panel de control ávido de dedos. Más allá del recorrido propio de un monofónico, es capaz de ofrecer uso parafónico a tres voces más un interesante modo dúo en el que los módulos se reparten para ofrecer dos sonidos independientes ejecutables desde dos zonas del teclado, facilitando por ejemplo simultanear un bajo y un solista, o un fondo arpegiado con una melodía.

El diseño es 100% analógico en lo referente a los módulos de síntesis. Tanto la ruta audio (3 osciladores, mezclador, 2 filtros, 2 VCAs) como los propios módulos de control (3 envolventes, 3 LFOs) son analógicos. El rigor analógico se extiende a la unidad de efecto, basada en BBD y capaz de crear eco (delay), chorus, flanger o reverberación, para mayor gozo de los ávidos de un ‘pura sangre’ analógico.

Existe entre la lectura del panel de controles y la actuación final sobre los módulos de síntesis una intervención digital necesaria entre otras cosas para poder ofrecer memorias y automatización vía MIDI, pero es sumamente transparente, sin efectos ‘escalera’ u otros notables. En buena medida porque se ha respetado, incluso vía MIDI, una precisión superior a los habituales 7 bits en aquellos controles que son más sensibles.

Ofrece secuenciador de hasta 64 pasos que además de notas incluye una secuencia paralela de control, y modo arpegiador clásico, más un atractivo tercer modo ‘Matrix arpeggiator’ que combina esas dos filosofías permitiendo un patrón de arpegio personalizable.

En conjunto todo un tributo a la mejor historia de los sintes analógicos monofónicos como también a la propia y breve trayectoria de Arturia en ese terreno con minibrute y microbrute. Su precio, algo por debajo de los 2000€, y su peso, en torno a los 15 kg., lo sitúan en un rango aparte de la pléyade de mini monofónicos que abundan a día de hoy. Para mi gusto, un acierto dejar de lado la tendencia a la mera ‘reedición’ de clásicos analógicos que otros fabricantes y buena parte de la potencial clientela parecen favorecer. Libres de ataduras, han creado en Matrixbrute un instrumento bien cargado de recursos y con el potencial para convertirse en toda una referencia.

No hay duda de que es capaz de llamar visualmente la atención por sí sólo en cualquier estudio dándole un aspecto mucho más ‘alto standing’, a pesar de no contar con el sabor ‘deluxe’ que asociamos al aspecto más clásico de los Moog y sus capuchones de potenciómetro a la antigua usanza. Como cabe esperar ante un panel tan nutrido, sigue la filosofía ‘un parámetro, un control’. En prueba de ello es exíguo el número de opciones que para ser ajustadas necesitan acudir a MIDI Control Center, un software gratuito que en este sintetizador se usará principalmente por sus funciones de ‘librería’, esto es para salvar/nombrar/recuperar/organizar sonidos y secuencias con apoyo del ordenador. Otra prueba de su vocación como 'instrumento' es la presencia de numerosos controles junto a las típicas dos ruedas, con funciones bien necesarias para la expresividad y con cuatro encoders en blanco configurables a modo de 'macros' que arrastran varios parámetros a la vez.

Desde la perspectiva de la calidad técnica, me ha sorprendido gratamente encontrar una muy buena relación señal/ruido del orden de los 100dB. Desde la perspectiva de la calidad percibida, su sonido convence y ofrece un recorrido con una variedad nada habitual en este tipo de diseños analógicos, en buena medida gracias a la combinación de su doble filtrado multimodo y la riqueza de matices de sus dos VCOs principales que demuestran que hay mucha vida más allá del diente, el pulso y el triángulo, sin necesidad de salir de lo analógico.

Las sensaciones al crear sonidos son de disponer en todo momento de formas de añadir ese algo que necesitas incorporar para matizar el sonido que estás creando. Por poner sólo tres ejemplos, utilísima la presencia de 4 variantes de ruido (blanco, rosa, rojo, azul), inteligente la variada oferta en cuanto a modulaciones a velocidad audio (precableadas pero numerosas), e interesantísimo el color que se obtiene con los filtros en modo paso banda.

Algunos puntos admitirían, como siempre, mejora. La decisión de usar envolventes ADSR sin muchas más opciones queda un poco deslucida frente a la abundancia de posibilidades de otros módulos, especialmente por la falta de control lineal/exponencial del contorno de sus etapas que hubiera sido bien útil en un sinte de esta categoría. Los efectos no son variadísimos, lo que es la contraprestación a que sean analógicos/BBD, pero con todo una delicia para recuperar colores propios de los 70s y para dotar sin complicaciones de un carácter más denso y orgánico al sonido.

En los días que he podido probarlo han asomado algunos pequeños ‘reparos’ pero que podrán ser cubiertos por Arturia en inminentes nuevos firmware. A la espera de probar el ‘Matrix arpeggiator’ estuve retrasando preparar la review. Es algo que está de hecho descrito en el manual pero que habrá de esperar al próximo firmware. Sin ser una idea nueva la de los arpegios programables, sí es tan poco frecuente que resultará renovadora su presencia… cuando llegue (nos indican que falta poco y de hecho ya hay vídeo oficial mostrando esa funcionalidad).

Ese carácter de ‘no definitivo’ del firmware puede ser también la razón de algún comportamiento extraño que he observado en el LFO3 o al tocar más de 3 notas en modo parafónico, lo cual no deja de ser ir más allá de sus límites previstos. Incluso si no se corrigieran no dejaría de recomendar sólo por esas causas un sinte como Matrixbrute. Pero justo es apuntarlos, a lo que dedicamos un apartado ‘reparos’ de la review, que seguramente quedará obsoleto con la llegada de esas actualizaciones.

Aunque con ello siga alargando la introducción, no puedo dejar sin citar algunas otras características:

  • Los materiales, con construcción en metal y madera.
  • El panel reclinable en varios ángulos.
  • La generosidad de controles de ejecución (por cierto siempre me gustan las envolventes con sliders) con mención especial al nutrido conjunto de ellos que acompañan a las dos clásicas ruedas bend/modulación.
  • El número de módulos, con tres osciladores ambiciosos, doble filtrado multimodo en diferente tipo (Steiner y Ladder), fuente de ruido, tres envolventes, tres LFOs…
  • La presencia de modulaciones audio, preencaminadas pero abundantes y variadas.
  • Los numerosos interfaces: MIDI y USB MIDI, sincronía analógica, amplia integración con modulares vía conexiones CV, y posibilidad de tratar audio externo incluyendo su uso para el disparo de envolventes, aunque curiosamente no hay como tal un interfaz CV Pitch.

Arquitectura básica

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Resumida al máximo, la arquitectura de módulos de MatrixBrute aglutina tres osciladores y una fuente de ruido, un mezclador de cinco entradas (la quinta una entrada de audio externa), dos filtros multimodo diferentes (Steiner y Ladder) en serie o paralelo, 3 envolventes ADSR, 2 LFOs ‘completos’ más un tercero simple combinado con el VCO3, circuitos para sync y para determinadas opciones preconfiguradas de modulación audio (con los osciladores y el ruido como fuente y los osciladores y filtros como destino), y una amplia matriz de rutas de modulación programables cuyo alcance está circunscrito a señales de control. Justo antes de la salida, una unidad de efectos analógica basada en BBDs.

Sumemos a eso su nutrido juego de controles, el secuenciador/arpegiador, y un generoso despliegue de conexiones MIDI/Audio/CV, y queda completo este repaso acelerado e insulso de lo que ofrece Matrixbrute, que necesita más desarrollo en los siguientes apartados y el vídeo que ilustra esta review.

Uso parafónico y el peculiar modo ‘DuoSplit’

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Puede operar a través del control ‘Voice Mode’ en modo convencional monofónico y en modo parafónico a tres voces, más un tercer modo bitímbrico a dos voces plenamente autónomas.

El uso ‘parafónico’ permite interpretar hasta tres notas a la vez para lo cual cada una de esas tres notas hace uso de uno de los osciladores, pero por lo demás sigue siendo ‘monofónico’ con lo que el filtrado y las envolventes, etc. son comunes. Eso implica que la segunda y tercera nota, al redisparar las envolventes, harán sonar también ‘redisparadas’ las notas previas. Es lo normal con esa forma de polifonía que llamamos parafonía y que no puede alcanzar la autonomía completa de las voces, pero que es bien útil en muchas ocasiones reales como los habituales acordes en bloque. Por supuesto, las tres voces sonarán tan diferentes como las hayamos ajustado en los respectivos osciladores y si queremos una cierta homogeneidad deberemos seleccionar formas de onda y niveles parecidos en los tres.

Mucho más llamativo, el modo ‘DuoSplit’, que permite repartir los módulos en dos secciones de sintetizador independientes destinadas a ser controladas desde distintas zonas de teclado (Split). La combinación de fuentes para cada voz es a gusto del usuario y se define con los controles que las encaminan hacia VCF1 y VCF2. La sección de la voz aguda/superior se adjudica el VCF1 (Steiner) y aplica ENV1 y ENV2 para filtro y VCA. La sección grave/inferior usa VCF2 (Ladder) y usa ENV3 atacando tanto al filtro como a un segundo VCA que permanece oculto en los otros modos.

Además en este ‘DuoSplit’ el secuenciador/arpegiador ataca a la parte ‘baja’ para facilitar la creación de acompañamiento en la mano izquierda mientras se frasea con la derecha.

La nota de división entre las dos zonas se define de forma inmediata, manteniendo pulsado ‘VoiceMode’ y tocando la tecla deseada. También podremos regular el cambio de octava para la voz baja combinado ese selector ‘VoiceMode’ con los pulsadores de octava +/- mientras la octava de la voz alta se regula directamente con los controles de octava. Fácil y simple, pero eficaz en los resultados, reteniendo cada parte unos suficientes recursos de síntesis. La única limitación en ese caso es el hecho de compartir efecto y salida, impidiendo un tratamiento individual.

La matriz

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El rasgo más evidente y distintivo de Matrixbrute es la matriz que le da nombre y que sirve múltiples tareas:

  • Seleccionar sonidos y patrones, con 256 memorias inmediatamente disponibles en sus 16x16 botones.
  • Elaborar y controlar secuencias, con los 64 pasos de 4 parámetros desplegados sobre la matriz (nota, acento, slide, y valor ‘mod’ para crear una secuencia de control).
  • Definir y gestionar las rutas de modulación, asociando cada fila (fuentes de modulación) con las columnas deseadas (destinos).

El uso para selección de presets es evidente, cada botón un preset, y el uso en modo secuenciador/arpegiador lo comentaremos en el apartado sobre esas funciones, así que aquí describiremos el uso como ‘matriz de ajuste de rutas de modulación’, en el que se convierte en un ‘patch panel’ electrónico y sin cables inteligentemente resuelto para una intervención de sensaciones manuales.

En él, la matriz ofrece 16 fuentes de modulación en las filas, y 16 destinos en las columnas. La pulsación de una celda activa/desactiva la acción de una fuente hacia un destino, sin olvidar la necesidad de dar algún ‘mod amount’ positivo o negativo a través del encoder giratorio grande que se encuentra sobre la matriz. Sencillo y práctico para poder definir esquemas de modulación sin el engorro de los cables ni usar una edición basada en menú/pantalla. Importante tener claro desde un primer momento que las señales fuente y destino en la matriz son siempre señales ‘de control’ no señales ‘de audio’.

Entre las fuentes encontramos

  • las tres envolventes
  • una cuarta ‘envolvente’ que se genera a partir del nivel del audio presente en la entrada de audio externo,
  • la señal de cada uno de los 3 LFOs,
  • la rueda de modulación
  • las señales de control que provienen del teclado/secuenciador: la nota para poder realizar control tipo ‘key-tracking’, la velocidad de las notas y el aftertouch
  • La secuencia de valores de control ‘seqmod’ que se edita/registra en el secuenciador en paralelo con las notas
  • Y los cuatro controles macro, que corresponden a los encoders blancos que aparecen a la izquierda del teclado (dos de los cuales combinan su acción con la que estemos ejerciendo en sendos pedales de expresión que podemos conectar al panel trasero)

Como destinos la lista de 16 incluye 12 que ya están predefinidos y que reflejan parámetros muy habitualmente requeridos: el ‘pitch’ y los parámetros de alteración de la forma de onda (ultrasaw, pulse width, metalizer) de los osciladores 1 y 2, las dos frecuencias de corte, el nivel del VCA y la intensidad del LFO1.

Pero es en las cuatro últimas columnas asignables donde radica una potencia importante de la matriz. Cuentan con un pulsador, y apretándolo y girando cualquiera de los potenciómetros del panel (incluidos los de la unidad de efecto) asociamos ese parámetro a esa columna y pasa a ser controlable desde cualquiera de las fuentes. La matriz extiende así sus brazo hacia cualquier parámetro que deseemos. El nombre del parámetro seleccionado se muestra a partir de ese momento en la pequeña pantalla de tinta electrónica que está sobre los cuatro pulsadores.

Por cierto esa pantalla sirve básicamente a esa función, no tiene otro uso salvo el de mostrar también el nombre del sonido al cambiar de uno a otro (nombre que no podemos editar en el propio Matrixbrute, tendremos que hacerlo usando el soft MIDI Control Center). La presencia, hasta donde recuerdo por primera vez, de una pantalla de tinta electrónica en un sintetizador comercial implica una segunda sorpresa: su texto no desaparece al apagar el equipo. Es sólo una anécdota, pero bien curiosa.

Se puede encaminar cualquiera de los destinos hacia múltiples fuentes, regulando hacia cada una de ellas de forma individual la intensidad de su actuación. Por ejemplo, podéis rutar la velocidad a ambos filtros pero con intensidad positiva hacia uno y negativa hacia otro.

Osciladores

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Conocidas ya esas tres formas de uso mono/para/duo, vamos a detallar qué encontramos en cada uno de los módulos. Por cierto, por si tenéis ocasión de probar un Matrixbrute, para inicializar un sonido basta pulsar combinadas las teclas ’Panel ‘ y ‘Preset’, y el botón ‘panel’ os permite hacer que suene estrictamente tal como dicta la posición actual de cada control o bien el sonido de la memoria que esté cargada.

Estamos ante un sinte analógico y que usa VCOs (no DCOs), así que algo hay que hablar de afinación y calibrado. Desde luego, conviene tenerlo encendido un rato antes de usarlo a pleno rendimiento, especialmente en días y entornos fríos, para que estabilice su temperatura interna. Sólo ocasionalmente he tenido que reclamar la rutina de autocalibrado (pulsando ‘panel’ y ‘kbd-track’), pero la veis en acción en el vídeo y demuestra ser rápida y eficaz.

VCO1 y VCO2 son osciladores de control exponencial y muchísimas opciones, mientras que el VCO3 es más simple en recursos y de tipo control lineal, supongo que debido a que era este control lineal más útil a las funciones que ese tercer VCO puede desempeñar como LFO. Pero quizá también por ello, es llamativo que los destinos de la matriz de modulación permiten atacar al pitch de VCO1 y 2 pero no al del 3, y dado que no hay tampoco una columna en la matriz para el ‘pitch’ global no habría en rigor posibilidad de alterar el ‘pitch’ de las tres fuentes vía un mismo control de modulación. No es grave, porque hablaríamos de sonidos con tres osciladores, pero conviene tenerlo en cuenta en especial en el modo duo-split, por ejemplo. Sospecho que esta es también la razón de lo que de otra forma parecería un olvido inconcebible: no hay una entrada Pitch CV, aunque sí la hay de Gate. De nuevo algo que veo poco relevante para la mayoría de los usuarios a los que va dirigido, dado que para control simultáneo de los tres osciladores ya tenemos las notas y el pitch bend MIDI.

Hay por supuesto controles de afinación. En el caso de VCO 1 y 2, en pareja afinación ‘gruesa’ por semitonos (más/menos dos octavas), y ‘fina’ (recorre un semitono hacia cada lado), y en el VCO3 sólo con la afinación por semitonos pero con el mismo amplio recorrido.

VCO 1 y 2 ofrecen tres formas de onda que pueden mezclarse regulando sus niveles. No son fijas, sino que admiten variación cada una con un control dedicado:

  • Para el diente, el control Ultrasaw combina dos versiones del diente ligeramente desfasadas de forma variable para enriquecer el resultado.
  • Para la cuadrada aparece el clásico control PW de ancho de pulso, destacando el hecho de que llega al cierre completo del pulso, que otros sintes prefieren esquivar.
  • Para la triangular, el control Metalizer añade distorsión severa al triángulo con armónicos y resonancias de muy distinto carácter a lo largo de su recorrido y posibilitantd una variedad de sonoridades en la fuente encomiable.

Los tres (como cualquier otro parámetro presente en potenciómetro) son modulables, así que es factible desde luego una PWM usando el control PW alterado desde un LFO, o un recorrido interesante de variación de color en el triángulo ligado a una envolvente.

VCO1 y VCO2 disponen cada uno de su propio suboscilador regulable en intensidad y en ‘saturación’ para conseguir que ofrezcan tímbrico desde recorrido senoidal a cuasi cuadrada.

VCO3 permite elegir (no mezclar) una de sus cuatro formas de onda (diente, rectangular, triangular, senoidal) y puede actuar simultáneamente como fuente audio y como LFO. Pero no es necesario elegir: es un módulo que ofrece ambas salidas. La salida audio hacia el mezclador y la salida de velocidad LFO hacia la matriz de modulación para encaminarla donde se necesite. El control ‘LFO Div’ permite especificar un factor de división de la frecuencia del VCO3 (por 16, 32, 64 o 128) para así generar esa señal ‘lenta’ que se usa como LFO3.

Para facilitar el uso como LFO, VCO3 cuenta con un control ‘kbd track’ que (pese a lo que incorrectamente anuncia el manual) fija su frecuencia haciendo que no varíe a lo largo del teclado. Eso serviría para tener un pedal o ‘roncón’ sobre nota fija en el caso de la salida audio y para tener un LFO de frecuencia idéntica para todas las notas en la salida LFO. En caso de estar activo ‘kbd track’ la salida audio hará la interpretación de las distintas notas cromáticas, pero a cambio el LFO también verá varias su ‘rate’ cromáticamente a lo largo del teclado.

Fuente de ruido y tratamiento de audio externo

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Completando el juego de cinco fuentes aparecen una fuente de ruido y una entrada de audio externo.

En una decisión que aplaudo, son 4 los colores de ruido entre los que podemos elegir: blanco, rosa, rojo y azul, muy bien contrastados entre sí, y entre los que me ha gustado mucho la inmediata utilidad del azul, tanto como fuente sonora (que aporta un ‘chiff’ agradable) como en uso para modular osciladores y filtros haciéndolos crepitar de una manera más fina que otros ruidos que contienen más frecuencias graves.

La entrada audio externa además de servir para inyectar señal hacia los filtros y demás elementos de síntesis y la unidad de efecto, cuenta con un extractor de envolvente (el nivel de la señal de la entrada está disponible como fuente de modulación en la matriz) y también con un localizador de ataques en el audio externo capaz de disparar las envolventes, complementos indispensables para muchos de los tratamientos de audio que deseemos realizar aprovechando este sintetizador.

Modulaciones audio y sync

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La sección ‘Audio Mod’ representa todo lo que MatrixBrute ofrece en cuanto a modulaciones a partir de las señales audio. Como ya hemos comentado, no contéis con usar la matriz de modulación para crear otras posibilidades a ese respecto. Aún así son abundantes.

En el vídeo oiréis el buen resultado que permite la Sync. Además VCO1 puede modular en frecuencia a VCO2 con el primero de los cinco potenciómetros, en modulación FM exponencial propia de analógicos (desplaza el tono al modular, no es una FM a lo ‘DX’) y útil para generar sonidos inarmónicos/acampanados. Los demás controles son bidireccionales y permiten según se giren a uno u otro lado: modular el ‘pitch’ de VCO1 o de VCO2 desde la señal de VCO3, modular desde VCO3 uno de los otros VCO, modular desde VCO3 una de las frecuencias de corte, modular desde el ruido ya sea a VCO1 o a VCF1. En las modulaciones audio con VCO3 como fuente no olvidéis que interviene la señal ‘audio’ de ese VCO-LFO, pero que podéis fijar su frecuencia con el control ‘kbd track’.

Filtros

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Los 2 filtros son configurables en serie o paralelo, siendo el primero un Steiner Parker ya conocido por los mini/microbrute de Arturia y el segundo un Ladder tipo Moog pero con compensación de ganancia para evitar la caída de nivel al subir la resonancia. Como dispone de tres osciladores más fuente de ruido y una entrada de audio externa, cada una de esas 5 fuentes se puede encaminar por medio de un selector en la zona de ‘Mix’ a ninguno, uno solo o a ambos filtros (cuando los filtros están en paralelo, en el caso de que estén en serie se puede activar o no la entrega de cada fuente al primer filtro).

Los dos filtros son multimodo y con selección de pendiente 12/24 dB/oct, y cuentan con resonancia. Ambos llegan a la autooscilación, pero Steiner es por su propio diseño mucho menos fiable en seguimiento del teclado, por lo que si se desea interpretar notas con la autooscilación del filtro es mejor mirar hacia el Ladder. Además el color de la resonancia y la respuesta en general de uno y otro tienen diferencias que apreciaréis en el vídeo.

Acertadamente se dispone de un control ‘Master cutoff’ para mover las dos frecuencias de corte simultáneamente.

Cada uno de los filtros aporta su propio control sobre ‘Drive’, una ganancia antes del filtro para atacarlo con señal más caliente, y ‘Brute factor’, cuyo resultado depende mucho de los demás parámetros (frec. de corte, resonancia) porque actúa realimentando y saturando dentro del filtro mismo y puede llegar a ser muy fiero.

Envolventes

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Hay tres envolventes ADSR, las dos primeras con capacidad de afectar a su intensidad desde la velocidad de pulsación de las teclas y preencaminadas hacia filtro y VCA. La tercera está libre y sólo actuará cuando la invoquemos en alguna ruta de modulación y no tiene control de velocidad, reemplazado por un control ‘delay’ que da lugar a un inicio retardado respecto a la pulsación de la tecla, para permitir que en un sonido exista cierta actividad que entre en acción con posterioridad al arranque de cada nota. Un recurso que bien aprovechado puede generar sonidos de una evolución interesante con un desarrollo mayor de lo que los ADSR normales permiten.

Los tiempos de las distintas fases de las envolventes y de ese ‘delay’ se mueven entre los 2ms y más de 10 segundos.

Como ya pasaba con ENV3, los LFOs no tiene un precableado definido y necesitan usar la matriz para llegar a actuar. La excepción a ello es el uso de la rueda de modulación, para la que se pueden reclamar sin usar la matriz y mediante un control dedicado algunos usos típicos como la función de vibrato o de modificación de la frecuencia de corte.

En el caso de LFO1 y 2, su velocidad se regula desde los 18 segundos de ciclo a unos 100Hz según el manual, que en la unidad que yo he probado alcanzaban realmente 70Hz, suficientes en todo caso para que aporten colores de modulación timbrica. Uno cuenta con control ‘start phase’ y el otro con entrada progresiva mediante el ajuste ‘delay’. Ambos tienen el mismo y variado juego de formas de onda que veis en la figura y en la que es agradable encontrar además de la clásica S&H (aleatoria a saltos) una aleatoria con transiciones suaves.

El tercer LFO, como ya se ha dicho, es combinado con el VCO3 pero con salida independiente. No me preguntéis cómo lo han logrado (no he visto los esquemas de circuito), pero mantiene la forma de onda que esté seleccionada para el VCO, de forma que cuenta con rampa, cuadrada, triangular y senoidal.

Unidad de efecto

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Un único efecto basado en tecnología analógica de BBD (Bucket Brigade Device) pero con 5 modos: stereo delay, mono delay, chorus (modulado y con tiempo 5-50ms), flange (modulado con tiempo 0.5 a 10 ms), reverberator (recircula los delays con distintos tiempos para crear una cierta difusión). 'Tone/rate' es un LPF para damping en los delay/reverb y un regulador de rate en chorus/flanger. 'Width/depth' aporta control de abertura en el delay estéreo y en la reverb, y pasa a ser profundidad de modulación en chorus y flanger.

Importante destacar (además algunos hispasónicos habéis preguntado por ello) que los parámetros representados en esos potenciómetros de la unidad de efecto pueden ser modulados. Así que si deseáis cambiar el tiempo de delay con el keytrack (por ejemplo para conseguir sonidos de tipo ‘Karplus-Strong’), o regular la mezcla wet/dry con una envolvente (para que el efecto suba y baje de nivel a la vez que el sonido o incluso de forma inversa al mismo), esos juegos son factibles.

Secuenciador/ arpegiador / matrixarpeggiator

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En modo arpegiador es de corte clásico, y suficientemente descrito por los botones que veis en la fotografía anterior.

El secuenciador por pasos es transpositor (toma la raíz de la nota que estemos tocando en el teclado) y ofrece hasta 64 pasos que pueden visitarse hacia adelante, hacia atrás, en ida y vuelta, o de forma aleatoria. Lo más destacable es que cada paso comprende cuatro ajustes: la nota en sí, la activación o no de acento, la activación o no del ‘slide’, y un cuarto valor que acaba constituyendo una secuencia de control que puede aplicarse en la matriz de modulación para modificaciones de timbre simultáneas al desarrollo de las notas del patrón (o en caso de patrón sin notas, para variaciones superpuestas a nuestra propia acción al tocar). En modo secuenciador los 256 pulsadores de la matriz se usan en grupos de cuatro filas por paso para ofrecer control de esos cuatro parámetros a lo largo de los 64 pasos.

La pretendida riqueza del secuenciador para control de timbre, fuertemente publicitada por Arturia, está un tanto exagerada en esa publicidad porque se trata finalmente de una sola señal de control. Cierto que se puede encaminar a varios destinos, pero es un único dibujo de control. En todo caso, mejor tener una secuencia de control que ninguna, como es habitual en muchos otros sintetizadores. Sencillamente no os dejéis llevar por el énfasis de Arturia al comentar esta función.

El secuenciador permite editar y grabar por pasos tal como veréis en el vídeo, y también admite grabación en tiempo real. Es fácil en ambos modos introducir notas de duración extendida a más de un paso. La información de velocidad ejecutada sobre el teclado al introducir notas en el secuenciador se codifica (para mi gusto lamentablemente) en el secuenciador en forma de acento sí/no, lo que elimina otros matices de velocidad. Tiene cierto sentido para agilizar la edición y para facilitar unos resultados de patrones muy ‘vintage’, pero prefiero poder contar con la velocidad expresada en todo su rango.

En el uso con secuenciadores externos esas limitacionesd no existen, claro. Se puede registrar velocidad y se pueden grabar los CCs que se necesiten para crear varias secuencias de control en paralelo.

Los patrones pueden guardarse vinculados a un preset o bien por sí mismos (activando botón Link antes de guardar). Existen funciones de tap tempo, swing, y cambios de la figura asociada al paso (1/4, 1/8, 1/16…).

Para no seguir retrasando aún más la review, con ganas (muchas) me quedé de probar el tercer modo Matrix arpeggiator que llegará con una próxima versión de firmware. Ese modo permite definir un patrón de arpegio personalizado con hasta 16 pasos. Podemos usando la matriz decidir en qué orden y con qué octavación deben ir sonando las hasta 4 notas como máximo que permite reconocer sobre el teclado. Aumentando la versatilidad, además de las cuatro notas realizadas al teclado se pueden programar en el patrón las notas de aproximación. La 4 filas superiores controlan el sí/no nota, acento, etc. y los otros 3 grupos de 4 filas son las 4 notas desarrolladas en 3 octavas. Las notas de aproximación se introducen pulsando < o > junto con el botón de la nota en la zona de las octavas y da lugar a color distintivo (rojo un semitono menos, morado uno más). Posibilidades tan amplias que hacen una lástima el que el patrón se recorte a 16 pasos. Una limitación más por una cuestión de interfaz (las dimensiones de la matriz) que de otro tipo.

En todo caso con esos recursos Matrix Arpeggiator permite crear patrones de arpegio personales cuyas notas se toman en cada momento de lo que ejecutemos sobre el teclado, superando el síndrome del ‘patrón congelado’ que abunda excesivamente en tanta música electrónica popular. Se pueden así crear acompañamientos con un desarrollo armónico mucho más flexible de lo que permite una mera transposición de un patrón fijo y sin las limitaciones sube/baja del arpegiado típico. El hecho de añadir a las notas del acorde la posibilidad de reclamar las de aproximación una excelente idea.

Conexiones

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  • Salida no balanceada +4dBU en par jack estéreo y salida para auriculares, cada una con su propio control de volumen.
  • Inserción para efectos externos mediante envío y retorno mono combinados en un conector TRS (jack estéreo).
  • Entrada audio mono para ser procesada como una fuente más junto con los osciladores (conmutable inst/línea que elige 68Kohm o 1.1Mohm, más un ajuste adicional de ganancia) con posibilidad de activar función Audio Gate que permite disparar las envolventes del sintetizador a través de la detección de activaciones de la señal audio, y con extracción de la envovente de la señal externa que aparece así en una de las filas / fuentes de la matriz de modulación.
  • Entrada y salida de 12 señales CV en jack pequeño estilo Eurorack pensadas no para el disparo de notas sino para la interacción a nivel timbre/control: nivel del VCA, intensidad del LFO1, frecuencia de corte de cada uno de sus dos filtros, más los parámetros de pitch, y control de timbre (UltraSaw, Pulse Width, Metal) de cada uno de sus dos osciladores principales.
  • Gate In/Out (como ya se ha dicho, curiosamente no está prevista una entrada CV para pitch, como salida de pitch CV podríais usar las de VCO1 o VCO2).
  • Sincronía analogica con Sync In y Sync Out, configurables a 24 o 48 pulsos por negra o bien a un pulso por paso del secuenciador.
  • Entrada para pedal sustain (on/off).
  • Dos entradas para pedales/controles de expression (vivo en punta, anillo 3.3V, cuerpo tierra) que son también fuente de modulación en la matriz, combinados con dos de los encoder macro.
  • MIDI en DIN 5 puntas (In, Out y Thru) más conexión USB (para MIDI, no audio).

Es o no es un sinte modular

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No es un sinte ‘modular’ en el sentido más completo de ese término. Por supuesto todos los sintes son modulares en cuanto a que internamente reúnen módulos. Pero el concepto de sintetizador modular conlleva para mi modo de verlo el que haya abundantes conexiones desde y hacia puntos intermedios de la arquitectura (que los hay) y el que esos puntos no reflejen sólo señales de control sino también accesos dentro de la pura ruta audio (algo que no se da en este caso, exceptuando la entrada audio como una fuente más que se mezcla a los osciladores).

Tanto las numerosas conexiones CV de Matrixbrute como el alcance de la propia matriz cuando se usa para definir rutas de modulación, se refieren estrictamente a señales de control, no audio. Este es un instrumento 'de teclado' más que modular, y para estos usos de notas más que de ruidos muy pocas veces se llega a ver la interacción ‘seria’ con esas señales audio, más allá de alguna modulación en frecuencia entre osciladores, o de modular la frecuencia de corte desde esos mismos osciladores, cuestiones que sí contempla MatrixBrute. Teniendo en cuenta estas consideraciones, para una mayoría de situaciones diría que ni es modular, ni falta que le hace.
En todo caso, si tu norte es modular, tenlo en cuenta. Puede ofrecer mucho, también integrado en ese terreno, pero no es tan abierto como podrían desear algunos para los juegos modulares más descabellados.

MIDI Control Center

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MIDI Control Center (MCC) es un software gratuito de Arturia que se usa con sus controladores y sintetizadores, y que en el caso de MatrixBrute es útil para updates, y para algunos pocos ajustes profundos además de usarse para gestión de sonidos y secuencias.

Entre los parámetros ‘profundos’ que exigen MCC para acceder a ellos está el ‘local control on/off’ . Tendréis que disculpar que no he llegado a comprobar, aunque lo tenía entre mis notas, si reconoce los los comandos MIDI para activar y desactivar esa cuestión. También vía MCC se puede ajustar la polaridad de la entrada de pedal.

La curva de velocidad, con 3 tipos de respuesta del teclado, también se ajuste vía MCC.

Otro parámetro de ajuste vía MCC es el el ‘Pot Mode’ que define cómo reaccionará el movimiento de un potenciómetro cuando el valor que representa su posición no coincide con el registrado en un sonido. Podemos elegir que salte inmediatamente a lo que indique el potenciómetro, que ‘espere’ a que pasemos por la posición que corresponda al valor memorizado antes de ser activo, y un tercer modo curioso que se llama ‘scaled’ (permite subir y bajar el valor desde la posición en la que estaba , pero a cambio puede exigir desplazar completamente al otro lado para recuperar recorrido completo).

Ese son el tipo de cosas que encontraréis sólo en MCC y no en el propio panel de Matrixbrute.

¿Reparos?

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Algún que otro ‘pero’ siempre se puede poner, pero conviene huir de introducir como tales las cosas que un instrumento no es. Los peros deben mirar a cosas que dice ser y sin embargo no alcanza a cubrir como cabría esperar.

He tenido la sensación de que el funcionamiento del LFO3 necesitará ajustarse en próximo firmware. Aplicarlo a través de la matriz de modulación no ha funcionado en algunos casos y la activación/desactivación del seguimiento de teclado (para hacer que mantenga una frecuencia fija o bien móvil a lo largo del teclado) tampoco ha funcionado como debía. Pero están los otros dos LFOs que tienen más amplias posibilidades mientras se revisan esos problemas del tercero, que por otra parte en muchos casos no he llegado a usar, para mantener sin condicionamientos el uso del VCO3.

Dando por hecho que eso se resolverá vía firmware, mi mayor reparo, puestos a buscar alguno, ya lo he comentado: un poco más de variedad en el contorno de las envolventes hubiera sido bienvenido y no hubiera contravenido el rigor del 100% analógico. Por ejemplo, con control de perfil lineal/exponencial. Así las cosas, la forma en la que aquí se puede elaborar un ‘decay’ que presente un pico inicial más pronunciado pasa por acumular la envolvente 3 a alguna de las otras, consiguiendo una caída a dos velocidades más incisiva que la respuesta que una única envolvente ofrece por defecto.

Otras cuestiones son reparables. Por ejemplo la implementación MIDI acertadamente genera mensajes de controlador desde los potenciómetros (incluso con formato ampliado a más de 7 bits en un buen número de parámetros sensibles), pero los pulsadores no envían CC, y por tanto no se pueden registrar / automatizar en MIDI dentro de un DAW los cambios que realicemos en ellos según estemos interpretando.

También he encontrado un comportamiento inesperado en el uso parafónico cuando pulsamos más de 3 notas. En esa situación, al soltar alguna de ellas se redisparan las envolventes, no sólo al pulsar, sino también al soltar. Pero estamos hablando de un uso fuera de límites que bien podría no haber sido atendido/comprobado por Arturia, no parece algo buscado a propósito y seguramente encuentre enmienda en futuros firmware.

También mencionaré entre mis ‘reparos’, la decisión de Arturia de hacer uso en el secuenciador de sólo dos niveles con/sin acento. Personalmente preferiría poder retener los matices de velocidad, aunque esa opción por el concepto ‘acento’ hace más fácil crear/editar secuencias de sabor añejo. En todo caso con secuenciadores externos siempre es factible el uso de la expresión vía velocidad.

Conclusión

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Los sintetizadores monofónicos no son para cualquier usuario, y en el caso de los alta gama, como es el caso, menos. Pero quienes estén buscando un sintetizador en ese ámbito, versátil y con calidad en su sonido, y que permita construir y moldear timbres con las facilidades que dan unas especificaciones ricas en funciones y en controles, harán bien en mirar hacia este nuevo ‘dinosaurio’ salido de las cavernas de la prehistoria sintética analógica pero sin rechazar las ventajas de los tiempos que corren.

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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