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Review de Djay Pro

Djay es un software para DJs exclusivo para OS X que alcanzó gran popularidad desde su lanzamiento. El éxito entre otras cosas se logró gracias a que el programa se distribuía de manera gratuita con el hardware controlador Vestax Spin, una versión económica del controlador VCI-100 de Vestax. La simpleza del software, su interfaz fotorrealista y que recuerda mucho a las típicas aplicaciones de Apple –no en vano se llevó un premio de diseño de Apple– y su integración absoluta con iTunes terminaron de allanarle el camino entre los DJs aficionados y aspirantes a poner música en fiestas de amigos con un Mac. Quizá se quedara corto en cuanto a prestaciones para los DJs profesionales, pero los amateurs tenían mucho para entretenerse a ellos mismos y a sus amigos por bastante poco dinero, y con un resultados bastante estables. La fiebre continuó en la versión para iOS, que llegó prácticamente a superar a la versión para OS X en cuanto a prestaciones; con un iPad y un controlador compatible –la versión para iOS sólo permite usar unos pocos controladores– podías hacer prácticamente lo mismo que en la versión para OS X, y además disponer de un modo con formas de onda extragrandes y acceso a la música en Spotify.

En diciembre Algoriddim lanzó una nueva versión de su software Djay para OS X llamada Djay Pro. Realmente llamarlo “nueva versión” o “actualización” no sería del todo correcto, ya que se ha comercializado como un programa totalmente nuevo y los antiguos usuarios no han tenido opción de pasar al nuevo software con un descuento ni nada por el estilo, y al instalarlo no sustituye a la antigua aplicación Djay. El nuevo Djay Pro se comercializa por 49,99€, y según la información de la Mac App Store el precio está bajo un 40% de descuento por tiempo limitado; han pasado varios meses desde el lanzamiento y el precio se ha mantenido, así que no está nada claro si el programa podría subir de precio o mantenerse.

Djay Pro

El sufijo “Pro” que ahora Djay luce en su nombre puede hacer pensar que hay diferencias sustanciales en sus funciones como para pasar de ser un software popular entre aficionados, a ser candidato a estar instalado en los portátiles de los DJs profesionales que deambulan por las cabinas de medio planeta. ¿Será una mera suposición o todavía tiene que ganarse la etiqueta de “profesional”? Trataremos de aclararlo en nuestra review.

Interfaz y funciones

Si algo ha cambiado en Djay Pro con respecto a su anterior encarnación es la interfaz. Sí, la antigua interfaz de Djay era muy bonita, muy fotorrealista, con controles grandes fáciles de ver, y tenía su premio de diseño de Apple… pero era poco práctica ya que desaprovechaba bastante el espacio y algunas funciones estaban algo escondidas. Las cosas han cambiado bastante, la interfaz ya no es tan fotorrealista y se ha optado por colores planos, concretamente por unos grises que recuerdan bastante a la paleta de colores de Traktor. Para el área de librería se puede activar una paleta de colores alternativa que emplea blanco y grises y se llama “daytime mode”. Existen ahora cinco modos de visualización, aunque lo más preciso sería decir que son tres y que dos de ellos tienen variantes. Primero tenemos el modo ya conocido para pinchar a dos decks, donde tenemos la visualización de los dos grandes “tocadiscos virtuales”, bajo cada tocadiscos tenemos los controles de transporte y loops, en los laterales los controles de tempo, y sobre cada tocadiscos virtual la visualización general de la forma de onda. Los vúmetros de cada deck quedan siempre arriba de la interfaz, y la verdad es que podrían haberse trabajado unos vúmetros más precisos que una imitación de unos vúmetros hardware de seis segmentos, además de que no hay vúmetros para el master, una gravísima omisión que por sí sola pone la etiqueta “Pro” en duda. En la parte central de la interfaz quedan los controles del mixer. Hay unos paneles laterales ocultos –se despliegan pulsando sobre un botón que hay bajo el control de tempo– donde podemos acceder a los efectos, más tipos de loops y los hotcues.

Después tenemos los dos modos en los que los tocadiscos virtuales desaparecen para dejar paso a una visualización de la forma de onda en detalle, tenemos un modo para trabajar a dos decks, y otro a cuatro. Debo decir que la visualización de la forma de onda en detalle está bastante lograda y su desplazamiento es muy suave, aunque es una lástima que sólo tenga dos niveles de zoom. En estos modos si visualizamos la forma de onda en vertical, no hay muchas diferencias con la interfaz del modo “tocadiscos”, tanto en 2 como en 4 decks –los 4 decks son por cierto novedad en Djay Pro– la ubicación de los controles es similar; si elegimos ver las formas de onda en horizontal usando 4 decks la cosa se complica un poco. Aunque las formas de onda quedan preciosas apiladas unas sobre otras, resulta que tenemos los decks 1 y 2 en el centro, el 3 sobre el 1 y el 4 bajo el 2. Y los controles de mezcla, EQ y tempo de cada deck, están cada uno a un lado diferente, quedando todos los controles de transporte de los decks en la parte superior alineados de izquierda a derecha junto con la visión general de las formas de onda. En este modo tardas en tener claro qué control corresponde a cada deck sin tener que mirar constantemente los números de deck que hay al lado de cada panel de control. Con tiempo te acostumbras, pero una ubicación más racional habría ayudado a acelerar mucho el proceso. Hay que reconocer que una vez tienes los controles mapeados en un controlador físico este problema se reduce porque se supone que en tu controlador sabes donde está cada cosa, pero si miras la pantalla para ver algún parámetro que está fuera del controlador tienes que saber dónde mirar.

Empleando cualquiera de los modos de 2 decks, se puede acceder a un sampler integrado en la aplicación. Al acceder al sampler desaparecen los decks –siguen sonando– y tienes un panel con 12 disparadores, cada uno puede albergar una muestra. Únicamente hay un control de volumen global para la función de sampler, ni control de volumen para cada muestra, ni efectos, ni nada. El sampler trae unos paquetes de muestras preinstaladas, y no permite cargar de manera directa archivos de audio, únicamente permite capturar audio de los decks con música. Es excesivamente básico.

Hay un aspecto de la interfaz muy mejorable y que es algo que se sigue arrastrando de la anterior versión, y es que el control de ganancia de cada deck está ligeramente oculto; en lugar de ser el típico control con aspecto de potenciómetro es un mini-fader oculto en el centro del vúmetro del canal. Por otra parte el control de filtro, aunque sí tiene el habitual aspecto de potenciómetro, está separado del resto de controles de mezcla, de hecho está con los controles de transporte. Creo que si Algoriddim pretende mejorar la interfaz de Djay y que se gane el sufijo de “Pro” debería tratar de ofrecer una interfaz que replique con más verosimilitud la distribución de controles del equipamiento profesional.

También hay aspectos positivos de los que hablar en la interfaz, como por ejemplo que todos los elementos y controles se reubican y redimensionan muy bien al cambiar el tamaño de la ventana de trabajo o al trabajar a pantalla completa, algo que no pueden decir todos los programas para DJs, especialmente algunos con mucha solera.

En la parte inferior tenemos la librería musical. Pocas novedades hay aquí con respecto a la anterior versión, ya que la librería musical sigue siendo directamente tu librería de iTunes. Djay Pro sigue sin emplear su propia librería, y deja todo el peso de esta función a la popular aplicación de Apple, de la que lee su base de datos y te la muestra en su navegador. Al igual que en la anterior encarnación de Djay, no hay posibilidad de editar ningún metadato ni de modificar los playlists, si quieres hacer algo de eso debes dirigirte a iTunes y hacerlo ahí; los únicos datos que Djay Pro gestionan por su cuenta son los de tonalidad y BPM. Si organizas toda tu música a través de iTunes estás de enhorabuena, ya que no tienes que repetir nada de tu trabajo, está todo ahí. Bueno, todo no, porque si empleas Match y tienes música en la nube sin descargar no podrás acceder a ellas desde Djay Pro, debes ir a iTunes, descargar la música, volver a Djay Pro, pedirle que actualice la librería, y entonces la ves. Por otra parte, aquellos que evitan usar iTunes aquí lo tienen crudo, ya que si quieren usar Djay Pro se ven obligados a emplear otra aplicación. Personalmente iTunes me resulta bastante útil, pero no tanto como para obligar a todo el mundo que lo use.

La integración con Spotify

Ya que se nombra la librería, es imprescindible hablar de la integración con Spotify, ya que con un click de botón en la esquina inferior izquierda de la interfaz de Djay podemos pasar de usar iTunes como librería a usar Spotify, y por supuesto esto es algo que el desarrollador ha anunciado a bombo y platillo. Algoriddim ya llegó a un acuerdo con Spotify para integrar el servicio en la versión iOS, pero había ciertas limitaciones como que no era posible grabar sesiones cuando se carga música de Spotify y que no se podía acceder a la música que tuvieras almacenada localmente en la aplicación –empleando la opción “Disponible sin conexión”– , así como tampoco poder almacenar localmente música de Spotify mediante Djay, con lo que para cargar música del servicio siempre debes disponer de conexión a internet. Todas estas carencias siguen presentes en Djay Pro, y la más recalcitrante es la de no poder acceder a música de Spotify almacenada de manera local. En iOS esta limitación aún podía justificarse con la excusa de que Spotify y Djay son aplicaciones diferentes y dadas las limitaciones impuestas en iOS, la comunicación entre ambas aplicaciones podría ser problemática, pero en OS X salta a la vista que sencillamente Spotify no quiere que ninguna aplicación que no sea la suya almacene datos localmente. Así que toca estar conectado permanentemente para poder cargar música de Spotify. ¿Supone eso un trauma para salir a pinchar por ahí? Realmente no, porque Spotify prohibe el uso público de su servicio, aunque tengas una cuenta premium. Según Spotify, su servicio sólo es para un uso personal y en ningún caso para que la música la escuche nadie que no sea el que paga la cuenta del servicio. Así que el que planeara poder pinchar cualquier canción que le pidan que se vaya despidiendo, sólo podrás hacerlo legalmente… en tu casa.

Respecto a la calidad en sí de la música, tras diversas pruebas comparativas parece que la música se carga en Djay Pro está a la misma calidad que la más alta calidad del servicio en la aplicación de Spotify. También probé a comparar canciones de Spotify con las mismas canciones compradas en tiendas online en formato MP3 a 320kbps, que supuestamente es el stream de más alta calidad del serivicio; en las comparaciones, en la mayoría de los casos no se apreciaban diferencias o eran muy pequeñas, aunque debo decir que me encontré con alguna canción en Spotify que parecían tener más compresión que el archivo comprado, y parecía sufrir un poco de saturación en medios en algún momento puntual, ¿Spotify quizá añade algún proceso adicional a la música? Aquí sería interesante escuchar opiniones de más orejas.

Ecualización y efectos, muchos efectos

Cada canal de Djay Pro cuenta con una EQ de 3 bandas, cada banda puedes bajarla hasta -24db –no hay full kill– y subirla hasta +6db. Veo una pena que no hayan incorporado una EQ que mate totalmente la banda tipo isolator –de hecho si pones todas las bandas al mínimo verás que se cuelan un montón de medios por ahí– o que ni tan siquiera tenga para elegir otros tipos de EQ. Además como no hay posibilidad de mezcla externa –luego detallo esto– , la EQ te la vas a comer te guste o no.

Respecto a los efectos, inicialmente Djay Pro viene con los mismos efectos que Djay, esto es echo, flanger, phaser, bitcrusher y gate, y en cada deck puedes aplicar por inserción pre-fader hasta tres de estos efectos y controlar simplemente un parámetro general del efecto y un parámetro dry/wet. Puedes combinar estos efectos, con la aplicación de los efectos en modo pad, que no es otra cosa que controlar el efecto sobre una superficie x/y en la que se combina el efecto con un filtro, y con los efectos instantáneos, efectos que resultan de combinar varios y que se aplican de manera automática y progresiva al pulsar un botón y desaparecen al soltarlos. Adicionalmente puedes adquirir por 9,99€ mediante compra in-app un paquete de 34 efectos adicionales diseñados por Sugar Bytes, estos efectos puedes probarlos –el programa te deja aplicarlos durante unos segundos– y los que pertenecen a las categorías Warp, Slice y Modulate están francamente bien. Lo cierto es que la compra de los efectos merece la pena, pero vistas las limitaciones del software en otras áreas, uno se pregunta si no deberían haberlos incluido con el precio que ya se paga por la aplicación.

Puedes además emplear efectos Audio Unit que tengas instalados en tu ordenador, uno en cada deck, aunque esto por el momento tiene una implementación algo chapucera. Sólo se pueden cargar seleccionándolos desde el menú superior de la aplicación, no desde la propia interfaz. El efecto se aplica por inserción y se queda flotando en una ventana, si cierras la ventana el efecto se desactiva, para volver a activarlo debes volver a seleccionarlo desde el menú superior. Es interesante que hayan abierto la puerta a los Audio Unit, pero deberían trabajarse bastante este aspecto.

En uso

El programa sigue siendo a pesar de las novedades, un software sencillo de usar. Salvando los problemas de ubicación de algunos elementos, los controles tienen un uso intuitivo y cualquier usuario habituado a software DJ probablemente no necesite mirar ningún tipo de documentación para encontrar las funciones que necesite. Los principiantes tampoco deberán encontrar demasiadas pegas para entender cómo funciona el programa. Navegar por la librería musical y cargar canciones es relativamente simple, ponerlas en marcha, ajustar BPM, loops… tareas bastante intuitivas y fáciles de hacer.

El análisis de las canciones se realiza cada vez que una canción se carga por primera vez en un deck, no es posible pedir que haga un análisis previo de toda la música, aunque realmente no es un problema ya que el programa es francamente rápido en esta tarea. En el análisis se incluye también la tonalidad, que el software muestra usando notación tradicional, sin ofrecer posibilidad de verla en codificación Open Key o Camelot. Podemos variar la tonalidad de las canciones, o pedir que el programa la varíe automáticamente para que coincida con la misma que la de otro deck. Esta función hay que usarla con mucho cuidado porque puede variar en exceso la tonalidad y que suene fatal, es preferible buscar manualmente en ocasiones una tonalidad intermedia que sea armónica. Respecto al análisis de BPM es bastante preciso, aunque tiende a sacar la mitad de los BPM con música que no lleve el bombo a negras, aunque no es un gran problema corregirlo porque cuenta con funciones para doblar o dividir automáticamente los BPM. El editor de beatgrids es bastante básico y sencillo de usar en caso de que el programa falle poniéndolo. El programa sigue permitiendo almacenar sólo 3 hotcues, no ha habido evolución alguna desde la anterior versión, y creo que es algo que se queda corto para mucha gente hoy en día.

La EQ y los efectos que vienen de serie son funcionales y se quedan algo justos si quieres hacer algo creativo. Con los efectos ya hemos explicado que puedes comprar más, pero la EQ es la que hay sí o sí. El programa está enteramente diseñado para que la mezcla se realice de manera interna, no permite rutear el audio de los decks de manera independiente a diversas salidas de un interfaz de audio para realizar la mezcla externamente. Únicamente ofrece configurar un interfaz de audio con una salida máster y una de preescucha. Tampoco permite configurar una entrada de audio para mezclar una fuente externa, salvo una conexión de micro. No lo había mencionado hasta ahora, pero obviamente al no poder configurarse entrada alguna de audio, el programa carece de control por DVS. Sinceramente, esto definitivamente queda lejos de considerarse “Pro”. No hay nada de malo en usar exclusivamente controladores para pinchar, pero si un software sólo puede usarse con controladores está renunciando directamente a un sector de los DJs bastante amplio.

Para los controladores, ya que los hemos mencionado, el software tiene una implementación MIDI mejorada con respecto a su anterior versión. De serie viene premapeado para poder usarse con unos 50 controladores de gama media, pero es su herramienta de mapeo lo que ha mejorado bastante. Hacer un mapeo nuevo es bastante rápido, la herramienta de mapeo está todo el rato en modo “learn” y cada vez que tocas un control nuevo en tu controlador la herramienta crea una entrada para ese mensaje, luego sólo debes elegir la función y ajustar las opciones de comportamiento. Como novedad, Djay Pro también puede enviar mensajes MIDI, con lo que se puede controlar la iluminación de tu controlador. No hay soporte alguno para control por HID con dispositivos de marcas como Pioneer o Denon, ni el desarrollador da señales de que planee incorporar algo así.

Respecto a la estabilidad el programa me ha sorprendido bastante gratamente. Funciona bastante bien con varios interfaces de audio que he probado, no te permite configurar buffer de audio ni ningún parámetro más allá de las salidas master y preescucha, pero con todos ha funcionado a muy baja latencia y sin artefactos extraños en el sonido ni interrupciones de ningún tipo. Tiene un limitador automático del que tampoco puedes hacer ningún ajuste, pero que curiosamente te permite hacer el salvaje todo lo que quieras con la EQ y la ganancia sin que suene a pesadilla. La función de grabación de sesiones permite grabar tus evoluciones en formato WAV o AAC, siempre y cuando no haya música de Spotify por medio, por supuesto.

Conclusiones

Djay Pro representa una gran mejora con respecto a las anteriores versiones de Djay. La simple inclusión de poder pinchar a cuatro decks y el uso –limitado– de Spotify, ya suponen unos avances respetables. La interfaz escalable y de aspecto muy actualizado, las mejoras en el mapeo MIDI y en la visualización de formas de onda es excelente. Pero a pesar de estas mejoras, creo que Algoriddim ha sido algo pretenciosa al tratar Djay Pro como un producto nuevo, cuando realmente arrastra muchas de las carencias del anterior Djay, como son la imposibilidad de trabajar con mezcla externa, la escasez de hotcues, un metering deficiente, una ecualización con unas posibilidades muy limitadas.

A pesar de todo, Djay Pro es un programa barato que hará bastante felices a muchos DJs amateurs y a gente que empieza. Su sencillez sigue siendo una de sus grandes bazas. Ojo, también puede ser muy útil a muchos profesionales que no tengan necesidades excesivamente creativas con su software para pinchar y que no les venga mal hacer su trabajo íntegramente con controladores.

Lo mejor

  • Conserva a pesar de las mejoras y cambios en la interfaz, el factor de sencillez y la usabilidad de las anteriores versiones.
  • Bastante estable. Buen sistema de mapeo MIDI.
  • Carga y análisis de la música muy rápido.

Lo peor

  • Imposibilidad de realizar mezcla externa ni de insertar fuentes de audio que no sean un micro.
  • Falta de control DVS y HID.
  • Si quieres buenos efectos debes pagarlos aparte.

Más información en la web de Algoriddim

Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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