Informática musical

Review de Maschine Studio

En 2009 llegó al mercado el primer modelo de Maschine, un producto de Native Instruments que combina hardware y software para tratar de hacerse un hueco en el mercado como sistema completo de producción musical. El objetivo de NI ha sido claramente ofrecer una versión actualizada de las célebres MPC de Akai, para lo cual en lugar de crear un sistema basado en una máquina independiente de producción, decidieron que la máquina controlara un software que corre en un ordenador, factor que provee de mucha más flexibilidad tanto a la hora de diseñar el software como de emplearlo.

El producto ha sido un éxito, tanto que a lo largo de estos cuatro años han visto la luz primero una versión de tamaño y precio más reducido (eliminando controles y pantallas), y después una segunda versión de las dos máquinas que incorpora entre otras cosas un diseño mejorado y pads con iluminación de LEDs RGB, elemento que ofrece un interesante feedback visual a la vez que potencia la presencia del dispositivo tanto en directo como en el estudio, y que se ha convertido en marca de la casa de NI, incorporándolo también a algunos de sus controladores para DJs. El éxito de Maschine ha sido tal que incluso el aparato es empleado en directos de música electrónica y también en cabinas de DJ, y es muy probable que la decisión de NI de que el sistema esté basado en una combinación de controlador y software haya sido también decisiva para que Akai haya seguido esa misma línea a la hora de lanzar sus nuevos productos MPC, que igualmente son ahora productos que combinan hard y soft en lugar de las máquinas autónomas que eran antes.

Una nueva versión

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En noviembre de 2013 se puso en venta la última versión del hardware Maschine que Native Instruments ha desarrollado bajo el nombre de Maschine Studio y que viene acompañada por una versión totalmente renovada del software de producción que acompaña al controlador, llamado Maschine 2.0. El nuevo controlador incorpora ahora dos pantallas TFT en color en su parte superior, que parecen de 4.5 pulgadas (no hay dato oficial del tamaño), a la derecha de estas pantallas hay un nuevo vúmetro de dos líneas de 16 LEDs con botones para seleccionar la fuente sonora o de MIDI que monitoriza, a la derecha de la rejilla de pads (que no ha cambiado nada) tenemos un nuevo jog iluminado de gran tamaño cuya función es asignable empleando dos selectores que tiene debajo y justo encima 8 nuevos botones retroiluminados con funciones de edición rápida. En la parte trasera del controlador ahora hay más conexiones, contamos con una entrada y tres salidas MIDI, además de dos conexiones para pedales de control, inexistentes hasta el momento y muy reclamados por algunos usuarios. La adición de estos elementos supone un aumento en la superficie del aparato con respecto a los anteriores modelos, y que curiosamente ahora tiene las mismas dimensiones que un plato Technics 1200SL MK2 (aunque menos elevado), algo de lo que por cierto creo que poca gente se había dado cuenta, y que me hace pensar que aunque no hay todavía maleta oficial de transporte, no debe ser muy difícil adaptar cualquier flightcase de plato Technics para tal fin.

Bajo el aparato hay una sorpresa, y es que el dispositivo cuenta con dos patas plegables que podemos emplear para elevar la inclinación de la superficie y así trabajar más cómodamente (por lo menos a mi me ha parecido más cómodo), de esta manera tampoco hace falta adquirir por separado ningún elevador como los que vende NI para los anteriores modelos de Maschine.

En el panel superior hay dos novedades estéticas que percibes en cuando sacas el aparato de su caja. La primera es que NI ha empleado para Maschine Studio su nueva y ya habitual combinación de aluminio y metacrilato que ya lleva tiempo empleando en sus controladores para DJ, y lo cierto es que el resultado es muy bueno. El segundo es que se ha eliminado el reborde elevado de la parte superior e inferior, así que toda la superficie está a la misma altura, un detalle que parece simple pero que mejora el aspecto de la unidad. Ambas novedades estéticas, unido a que los knobs y jogs son del mismo color que la carcasa (la unidad de prueba era negra aunque también se puede adquirir en blanco), proporcionan a Maschine Studio un aspecto visual elegante y sobrio. Colocar Maschine Studio en cualquier lugar de tu estudio o de un escenario, hace que automáticamente mejore el aspecto del lugar. No es apropiado juzgar nada por su aspecto externo, pero en este caso es inevitable pensar que vas a conectar algo realmente bueno, o dicho de otra forma, es un libro que te predispone a su lectura gracias a la portada. Eso sí, si quieres que conserve el aspecto, prepárate para pasarle un trapito todos los días. El negro no es buen amigo del polvo, y el metacrilato tampoco de las huellas.

Además del aspecto, la construcción del aparato es magnífica, los acabados son muy buenos, la sensación de solidez al tocar cualquier control, componente o elemento de la carcasa externa es constante. Lamentablemente debo decir que aunque las pantallas a color son realmente prácticas y se ven bien, no son exactamente lo que yo esperaba. No son de alta definición como dice NI en su publicidad, tan solo son de 480x270, y seguramente algunos de vosotros llevaréis en los teléfonos móviles pantallas con una calidad de imagen un poco mejor. Aunque repito, cumplen suficientemente bien su cometido. Una lástima que no sean táctiles, ya que la tendencia inconsciente es la de tirar a tocarlas con los dedos esperando que pase algo.

La palabra “Studio” y algunas de las nuevas características, así como su precio y el hecho de que su tamaño oriente al aparato a estar en una instalación fija en un estudio, podría sugerir que quizá el dispositivo incorpore un interfaz de audio de alta calidad. Pero no, los dispositivos de la gama Maschine siguen sin incorporar interfaz de audio alguno, una gran omisión desde mi punto de vista, que obligará a sumar un mínimo de unos 200€ al coste de la nada barata Maschine Studio (ronda los 970€) a todo aquel que no sea ya poseedor de un interfaz y que se compre el aparato con el objetivo de tener un sistema completo de producción. Sinceramente creo que el motivo no es otro que comercial, ya que NI fabrica sus propios interfaces de audio, y supongo que le sale mejor tratar de colocar alguno de los que ya tiene en venta, como Komplete Audio 6, que incorporar uno a Maschine Studio. Supongo que Native Instruments confía mucho en el tirón de la marca Maschine como para superar en precio al MPC Renaissance, que por menos de 900€ incorpora interfaz de audio multicanal (luego hablaremos un poco en profundidad de esto).

El software

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Para usar la Maschine Studio primero tendrás que instalar el software. La cosa lleva un buen rato, porque debes instalar el software Maschine 2.0, que incluye 5 sintetizadores de batería y diversos efectos, la selección de software incluida en Komplete Selection (con Massive, Prism, Scrabee MK1, Kontakt Player, Reaktor Player y Solid Bus Comp.) y la librería de sonidos de Maschine. Tanto el software de Maschine como los instrumentos incluidos obligatoriamente deben descargarse de internet, la librería de sonidos, que es el contenido de mayor volumen, más de 5gb, viene en un DVD, aunque también puede descargarse. La verdad es que el hecho de descargar el software me parece un acierto, cada vez aparecen menos ordenadores con unidad óptica, pero a pesar de ello debería entregarse todo también en formato óptico o en un sencillo pendrive, que hoy en día son baratísimos y si se compran en grandes lotes son todavía más baratos.

Este artículo ha supuesto la primera vez que he estado usando cualquier modelo de Maschine y su software, algo que sinceramente me parece fantástico, ya que así me pongo en la piel de un posible primer comprador y usuario de este sistema de producción musical. No puedo comparar el software con la anterior versión ya que no la conozco (aunque tengo entendido que ha mejorado mucho), así que únicamente me centraré en lo que existe actualmente y en lo que he podido aprender en los días que he tenido el aparato. Y digo aprender porque aunque tengas experiencia en software de producción, es necesario comprender la manera que tiene de funcionar el software de Maschine y la nomenclatura particular que tiene para referirse a ciertas cosas. Tienes un fabuloso manual para descargar de la web de NI, de más de 700 páginas esperándote con los brazos abiertos. Tranquilo, yo no me he leído ni 150 páginas estos días y puedo aseguraros que la primera noche ya estaba secuenciando patrones.

El software llama grupos (groups) al conjunto de 16 sonidos disparables a la vez desde la cuadrícula de 16 pads. Los sonidos pueden surgir de los diversos tipos de plugin que tienes instalados con el software, si son meros samples el plugin encargado de reproducirlos se llama simple y llanamente Sampler, aunque también puedes cargar alguno de los sintetizadores de percusión y crear tu propio sonido de bombo o caja, o bien puedes emplear sonidos de los otros sintetizadores incluidos, como Massive, además de poder insertar efectos en cada sonido. Si se te queda corto el arsenal que te instala el software incluido, puedes recurrir a cargar en el software de Maschine cualquier instrumento de Native Instruments o cualquier instrumento en formato VST o Audio Unit. Cada grupo de sonidos tiene sus patrones, que es como llaman aquí a secuencias hechas con los sonidos y que están formados por eventos (el nombre de las notas o de instrucciones de automatización), estos patrones se combinan en escenas. La combinación de sonidos, grupos, patrones, escenas… se llama proyecto. Como lo pads del aparato tienen iluminación RGB, cuando trabajes con cada grupo la iluminación de los pads cambiará, incluso si lo prefieres dentro de cada grupo puedes programar el aparato para que cada sonido o conjunto de sonidos, tengan colores diferentes. Por cierto, el software también puede importar sonidos y patrones creados para sus rivales, los MPC. Buena idea, NI.

Empiezas a trabajar en tu proyecto cargando sonidos en un grupo, cada sonido puedes asignarlo a un pad. Después grabas patrones tocando con los pads, que disparan esos sonidos. Si no quieres grabar en tiempo real, puedes emplear el modo Step, que convierte la rejilla de pads en un sencillo secuenciador por pasos, donde cada pad que ilumines representa un evento sonoro. En caso de usar sonidos melódicos (de un sintetizador, por ejemplo), la rejilla de pads se puede configurar para emplearla como si de un teclado se tratara y que cada pad dispare una nota, poder interpretar melodías con ese sonido. Cuando tienes tus patrones hechos, editas el orden de tus patrones, y los agrupas creando escenas. Insertas efectos en tus sonidos, cambias algunos parámetros en la mezcla… y cuando te quieres dar cuenta, han pasado tres horas y pico, y tienes algo muy interesante que te gustaría enseñar a varios amigos.

Prácticamente todas las funciones de edición, ya sea de parámetros de los sonidos, sintetizadores, cambios en los patrones… se pueden llegar a hacer desde la propia Maschine Studio, y sin mirar casi la pantalla del ordenador, entre las pequeñas pantallas de la unidad y la gran cantidad de funciones de edición mapeadas entre los controles, consigues trasladar bastante bien el workflow al aparato. En las primeras sesiones de trabajo es fácil quedarse bloqueado cuando quieres hacer algo que no has hecho hasta el momento, unas veces la intuición te salva y consigues adivinar cómo hacerlo observando las opciones que tienes en las pantallitas, otras no te queda más remedio que buscar en el manual. Si tienes experiencia con software de producción musical (quien os habla lleva más de 15 años relacionado con el asunto), en un par de días dominas lo básico para ir creando y experimentando. Bastante más días son necesarios para entrar en aspectos concretos de edición y en coger soltura con el software. Conocer la librería completa puede llevar semanas o incluso meses. Diferente es el caso de la gente que no tenga experiencia y decida comprar Maschine Studio, o cualquiera de las otras Maschine para empezar en cuestiones de producción, seguramente le costaría bastante más. Además, tanto el software como el manual completo por el momento únicamente están disponibles en inglés, algo que frecuentemente trae problemas por nuestras tierras.

Los botones que hay sobre las pantallas y los knobs (infinitos) que hay bajo ellas no tienen función fija, lo que controlan, modifican u ordenan depende de lo que aparezca representado en las pantallas. Las pantallas pueden usarse para lo que necesites… navegar por la librería de sonidos, instrumentos y efectos, visualizar el mixer del software Maschine, cambiar parámetros del instrumento que genera el sonido o de alguno de sus efectos, navegar entre los eventos de un patrón para cambiar la posición o la velocidad de alguno de ellos… Personalmente me ha gustado bastante emplearlas para controlar la mezcla y también para navegar en la librería de sonidos, por un motivo muy simple y que se repite en muchos programas de producción: son funciones suelen requerir una ventana o pestaña aparte que te resta un área de trabajo considerable en la pantalla del ordenador, tener disponible esas dos simples funciones en las pantallas me ha resultado práctico. El control de algunos parámetros de los instrumentos desde las mini pantallas es también interesante, aunque el tema de edición de patrones y eventos ya lo veo algo más tedioso, especialmente cuando quizá con el ratón y fijando la vista en una pantalla grande las sesiones de trabajo pueden ser menos agotadoras. De cara a una actuación en directo las pantallas también pueden ser interesantes, ya que puedes fijar la vista en algo que no es un ordenador y evitar el famoso “laptop face” que sufren muchos artistas de electrónica en directo y DJs.

Si quieres usar el software de Maschine pero no quieres dejar de usar tu DAW habitual, puedes ejecutarlo en forma de plugin dentro del DAW (Audio Unit, VST o AAX), de esa manera puedes combinar el uso de Maschine con pistas de audio y rutear también el audio de Maschine a través del mixer de tu DAW para un mejor control de la mezcla. Otras de las posibilidades que ofrece usar el software como plugin es el hecho de que puedes tener varias instancias de Maschine abiertas a la vez, y si dispones de más de una Maschinen (tienen que ser diferentes) puedes asignar cada Maschine a una instancia distinta. Durante las pruebas, estuve arrancando el plugin desde dentro de Logic Pro X, y todo funcionó como la seda. El plugin queda perfectamente esclavizado y sincronizado con el host, de manera que las funciones de transporte dejan de depender de Maschine.

Respecto al software cabe destacar que la versión 2.0 cuenta con soporte multi-core (les ha llevado su tiempo…) y no tiene límite de grupos ni de instancias. El software ha sido reescrito casi por completo y su interfaz mejorada, así como también (según NI) su rendimiento general ha sido optimizado. Como ya he dicho antes, no he manejado las versiones anteriores, pero puedo aseguraros que esta versión funciona realmente fluida con un ordenador normalito, un MacMini con procesador i5 es mi ordenador para pruebas.

Creo que no cabe queja alguna de todo el arsenal de sonidos y sintes que Native Instruments incluye con Maschine Studio, es mucho más que suficiente para embarcarse en producciones de cualquier género de música electrónica o urbana. Además, el nivel de manipulación sonoro que permite el conjunto, hace que si tienes espíritu de diseñador de sonidos, cuentes con herramientas de sobra para pasarte muuuucho tiempo retorciendo knobs y apretando botones antes de decir que necesitas más cosas.

Como controlador

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Al igual que otros aparatos de Native Instruments, Maschine Studio puede usarse como controlador MIDI normal con cualquier otro programa. Todos los controles del aparato, a excepción de cuatro botones selectores y el botón Shift, envían mensajes midi. Desde el Controller Editor que todos los usuarios de controladores NI conocen tan bien, se puede configurar el aparato para que envíe el tipo de mensaje MIDI que queremos que envíe cada botón o control. Algunos de los controles, como la rejilla de pads o el jog grande, pueden programarse por capas para que envíen distintos tipos de mensajes cuando se estén utilizando. En el Controller Editor viene instalada una configuración que podemos cargar para usar la Maschine Studio con Ableton Live. Eso sí, las pantallas no las aprovecharás en otros programas, solo el software de Maschine puede sacar provecho de ellas. En fin, sería un puntazo jugar a Super Mario en ellas mientras usas Maschine con Ableton Live. Es broma.

¿Cuánto necesitamos algo así?

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Maschine Studio no debe entenderse como un simple controlador, ya que el software de producción y la librería de sonidos que lo acompaña es lo que le da todo el sentido al sistema, y eso implica valorar todo el conjunto. Y para ello debemos pensar cuánto necesitamos algo así. Para alguien que lleva tiempo implicado en producción de música electrónica o urbana, empezar a emplear por primera vez alguno de los sistemas de Maschine probablemente implique cambiar mucho su método de trabajo al introducir el software de Maschine como eje central de casi todo, para lo que hay que aprender un método de trabajo nuevo y lograr que se vuelva fluido para que la creatividad no se detenga, lo cual conlleva una inversión de tiempo considerable que se suma a la inversión económica. Para semejante inversión, lo habitual es que el productor se encuentre en un punto en el que su equipo y método se le empiecen a quedar cortos y no le sirvan para desarrollar proyectos que tenga en mente, para lo cual decide actualizar y comprar algo como Maschine Studio. Pero si un productor tiene un método de trabajo asentado que le sirve para todo lo que está haciendo y no ve que sus proyectos futuros necesiten nada más, introducir algo como Maschinen Studio lo veo complicado (digo Studio y no los otros modelos porque tras probar con las pantallas y controles adicionales de la Studio, no me imagino con la misma comodidad en las otras). En el caso de un principiante, Maschine Studio puede resultar atrayente, aunque el precio puede tirarle para atrás, sobre todo teniendo en cuenta que la competencia ofrece sistemas de producción basados en controladores de pads por menos dinero.

Y es que el precio de Maschine Studio es algo para analizar. Su principal rival es el Akai MPC Renaissance, cuesta unos 880€ y aunque no incluye pantallas a color tiene el doble de knobs y un interface de audio multicanal, previos de micro y previo phono para plato en una de las entradas, además de ser Akai, los inventores del formato. El Ableton Push, aunque no tiene interfaz de audio, cuesta solamente 490€ con una versión reducida de Ableton Live, y 710 con la versión completa del software, y tiene 64 pads RGB de menor tamaño (y lo fabrica también Akai, por cierto). Ambos rivales ofrecen también muy buena calidad de construcción y software competente. Maschine Studio es el más caro de estos tres populares sistemas, pero dos pantallas a color de media resolución no justifican el precio, hay que reconocer que NI está aprovechando un poco el éxito de las anteriores Maschine para engordar el precio de ésta. O quizá la fabulosa librería de sonidos y sintes es algo por lo que quizá a fin de cuentas estás pagando. O quizá un poco de las dos cosas. Y hablando de pagar, los usuarios de Maschines que no incluyeran el software 2.0, deberán pagar 99€ por la actualización, algo que no ha hecho nada de gracia a muchos usuarios y que no ha estado exento de polémica.

Conclusiones

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Maschine Studio es un completo sistema de producción que combina un controlador hardware con un software de secuenciación y una extensa librería de sonidos muestreados y de sintetizador, todo el conjunto por 970€ aproximadamente. El hardware tiene un aspecto magnífico y está construido con una elevadísima calidad, resulta cómodo de usar y transmite solidez al ser usado. El software aunque no es excesivamente complejo, requiere su propio proceso de aprendizaje, hacerlo funcionar desde la máquina también requiere cierto estudio. El software se integra muy bien en las nuevas pantallas a color del hardware, aunque esta nueva integración no justifica el elevadísimo precio del hardware, tampoco los nuevos controles añadidos. Es precisamente el precio elevado lo que hará que tanto productores experimentados como novatos se tengan que pensar muy bien su adquisición, especialmente con rivales a menor precio, aunque quizá no con una librería tan espectacular y que a fin de cuentas forma también parte del precio.

Lo que nos ha gustado

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  • Muy buen aspecto, construcción, acabado y solidez.
  • Perfecta integración del software en las nuevas pantallas a color.
  • Magnífica librería de sonidos y sintetizadores.

Lo que no nos ha gustado

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  • Caro, las novedades no terminan de justificar el precio.
  • Sigue careciendo de interfaz de audio.

Más información en la web de Native Instruments.

Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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