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Review del plato Pioneer PLX-1000

La primera vez que me dijeron que Pioneer iba a sacar un plato giradiscos pensé durante unos instantes que era una broma. Fue hace aproximadamente un año, y aunque no me pudieron dar una confirmación oficial, ni datos sobre las posibles características, sí se me dio a entender que la marca japonesa estaba desarrollando un plato profesional. Así que tocaba esperar dándole vueltas a la cabeza sobre lo que aparecería en el mercado, si es que aparecía, y el impacto que podría tener —y sobre todo pensando en las posibles barbaridades que me podría encontrar en foros y blogs, que es la parte más divertida—. Para añadir más emoción al asunto, en febrero el turntablista Qbert, arzobispo del scratch, tuvo un “desliz” en un evento cuando le preguntaron que recomendara alguna alternativa a los Technics ahora que no se fabricaban, y soltó que Pioneer tenía una posible cosa secreta en camino.

Llegó la Musikmesse de marzo, y Pioneer directamente mostró uno de los prototipos en su stand, dentro de una urna transparente, sin funcionar y sin mostrar el nombre del dispositivo —y sin anunciar que el producto fuera a comercializarse—. De hecho, era la primera vez en unos cuantos años que Pioneer mostraba algo al público antes de su lanzamiento oficial. Rik Parkinson de Pioneer comentó que era un “posible producto”, no dijo nada de que fuera un producto en camino. No fue hasta Julio cuando finalmente se lanzó la nota de prensa oficial, aunque por el camino había habido alguna que otra filtración. En aquel momento todo el mundo podía saberlo: Pioneer, la empresa que había formado parte de la revolución digital del DJ lanzaría en septiembre un plato con… ninguna función digital. Su nombre sería PLX-1000, rescatando la denominación PL de los antiguos giradiscos hi-fi de Pioneer.

Pues bien; es octubre, el plato está ya en las tiendas. ¿Quién quiere saber algo más del dispositivo? Yo os lo cuento.

PLX-1000 top

De lo que se trata

El PLX-1000 de Pioneer es un plato giradiscos orientado a ser usado profesionalmente por discjockeys. Su aspecto exterior intencionadamente replica al de los míticos platos Technics SL-1200MK2 —y posteriores evoluciones —, cuya producción cesó en 2010 ya que según Panasonic, por explicarlo de manera resumida, resultaba costoso, complejo y poco rentable de fabricar. Sus funciones son igualmente similares a las de estos platos: reproduce discos de vinilo a 33 y 45 revoluciones, tiene un brazo en “S” de contrapesado y altura regulable, así como función de anti-skate.

Los cambios funcionales llegan en su rango de control de pitch; conserva el clásico rango +/-8%, pero también puedes elegir rangos de 16 y 50%. No es realmente una novedad, ya que el Technics M5G podía emplear el rango de 16% —aunque para muchos DJs de manera desastrosa, con una precisión muy inferior a la habitual de los otros modelos Technics—, y platos de otros fabricantes también incorporan el rango del 50%. Para soportar esos rangos con solvencia, el motor del plato es de bastante mayor fuerza que los Technics, concretamente tiene un par motor de 4.5kg/cm.

El cableado del plato, a diferencia de los míticos Technics, no está soldado internamente, así que la salida de sonido (nivel phono), masa y alimentación, son ahora conexiones en las que poder poner los cables que nos apetezca.

PLX-1000 selector rango

No hay funciones adicionales que en los últimos años han incluido otros fabricantes, como reproducción inversa, salida de línea, keylock, medidor de BPM, controles MIDI o ajuste de fuerza del motor. Un representante de la marca me explicó que Pioneer se reunió con DJs de todo el mundo y les preguntaron algo muy sencillo: "tomando como punto de partida los Technics, ¿qué elementos mejoraríais?". Y sobre esa premisa es sobre la que se ha construido el PLX-1000, tomando como referencia unos Technics y las indicaciones que dieron los DJs. Quizá por ello se ha optado por no incluir todas esas funciones que otros fabricantes han incluido; es posible que no fueran especialmente relevantes para las personas a las que preguntaron. Quizá también por motivos comerciales: obviamente, no incluir funciones abarata la producción de un aparato. Además, si por ejemplo incluyes pads MIDI en el plato al estilo RP-8000, igual dejas de vender tu controlador independiente de pads, como el SP-1 de Pioneer. Las marcas también tienen que velar por vender todos sus productos.

Realmente un plato giradiscos no es que haga muchas cosas, pero las pocas que hace dependen de varios factores. Voy a tratar de ser bastante detallista analizando el producto, ya que aunque solo sirva para hacer girar un trozo de plástico con surcos y convertir esos surcos en una señal electromagnética, la complejidad que hay detrás de ese proceso en un entorno profesional bien merece pararse a detallar todo lo que hay implicado, máxime cuando se trata de sonido analógico: cualquier elemento de la cadena de sonido afecta al resultado final.

No van a faltar comparaciones con platos OEM, que son sus actuales rivales en el mercado. Y por supuesto no van a faltar las comparaciones con los Technics, ya que si Pioneer ha aspirado siempre a convertir sus mixers y reproductores digitales en estándares de club, imagino que pretenderá lo mismo con su plato, y para ello, hay que desbancar al rey. Y en este caso no es Elvis.

PLX-1000 con mixer, vinilos y auriculares.

El cuerpo del plato

El plato se comercializa únicamente en color negro (no gris muy oscuro como el de Technics) y tiene serigrafías en gris plateado. Dada la afición de Pioneer a lanzar variantes cromáticas de sus productos de éxito, si alcanza las suficientes ventas no me extrañaría ver un modelo blanco o cromado dentro de unos meses. La parte superior está realizada en zinc moldeado a presión con un acabado que tiene un ligero veteado lineal. Aquí surge la primera cuestión, ¿por qué zinc en lugar de aluminio como los Technics? Por lo que he podido averiguar por mi cuenta, las aleaciones con zinc son más fácil de trabajar ya que se pueden moldear a menos temperatura que el aluminio, y la pieza final cuenta con mayor resistencia y mejor dispersión térmica que el aluminio (y si me equivoco que algún metalúrgico me corrija, por favor). Así que parece que Pioneer ha empezado haciendo una buena revisión de los materiales.

Sí que es cierto algo que mucha gente sospechó observando las primeras fotos del PLX-1000, y es que el marco metálico de la parte superior sobresale un milímetro por encima de la superficie del plato, lo que crea un pequeño espacio alrededor del plato donde se puede acumular polvo y suciedad. La bandeja giratoria del plato, que viene desmontada de fábrica, lleva en la parte interior una capa de goma.

Lo cierto es que la bandeja puede colocarse y sacarse haciendo menos fuerza que en unos Technics. Aunque la bandeja cuenta con los mismos círculos plateados para controlar la velocidad con la luz estroboscópica, la distribución no es exactamente igual, ya que las luces superiores se ven fijas cuando en el rango 8% el control de pitch se sitúa en 7.2 y no en 6.4 como en los Technics. Curiosamente en los platos Reloop o Audio Technica que emplean motores OEM, se da el mismo comportamiento. En la parte superior izquierda el plato tiene el clásico hueco para el adaptador de discos de 7”, así que en los PLX-1000 puedes montar unos Dicers, que emplean ese hueco para montarse.

PLX-1000 estroboscopio

La parte inferior del plato es de resina de acabado rígido en lugar de la goma un tanto flexible que usaban los Technics. Según el fabricante, esta resina de la parte inferior tiene un grosor de 8mm; además, el plato lleva en su interior otros 9mm de un material para absorber vibraciones cuya composición no ha sido especificada. Las cuatro patas del plato son de altura regulable y tienen fieltro en la base. Miden aproximadamente 1 cm más de diámetro que las de los Technics.

El plato tiene una construcción realmente sólida; todas las partes del cuerpo parecen francamente bien encajadas y no se percibe ningún crujido o ruido extraño entre las partes al moverlo o sujetarlo en el aire con las manos. El peso del plato es de 13,1 kg —aproximadamente 2 kg más que los Technics, 3,6 kg más que el RP-8000 de Reloop o incluso 600 gr más que el pesado Audio Technica LP-1240USB—. De los platos modernos, tan sólo el Stanton STR8-150 lo supera con sus 16,5kg, aunque actualmente me temo que se ha dejado de fabricar. Hago incidencia en el dato del peso, ya que la masa de un plato es un factor a tener en cuenta en su estabilidad, algo esencial a la hora de hacer mezclas en entornos de elevada presión acústica.

Controles

La distribución de los controles sigue casi el mismo patrón de los Technics y casi cualquier plato posterior. En la esquina inferior izquierda tenemos un botón Start/Stop redondo con el mismo aspecto que el icónico botón de los reproductores CDJ pero con un acabado más mate. El botón no es de click instantáneo; es de largo recorrido, creando un efecto similar al de los Technics. Tiene iluminación led azul alrededor, y azul es también el color de la luz estroboscópica que además tiene encima el interruptor de encendido, casi idéntico al del 1200-MK5, con la pieza giratoria de plástico negro un milímetro más alta. Los botones para elegir entre 33 y 45 RPM son negros, y al pulsarlos se ilumina la velocidad seleccionada en cifras azules.

El control de pitch es realmente suave y permite movimiento con total precisión sin ningún problema, no tiene click en la parte del centro y el capuchón del fader es ligeramente más ancho que el de los Technics. Sobre el control de pitch tenemos un botón para elegir entre los tres rangos. Cada pulsación de botón hará rotar los rangos en el orden 8-16-50, iluminándose un indicador azul con cada velocidad según corresponda.

PLX-1000 reset y pitch

Cuenta, al igual que los MK5, con un botón a la altura del centro del pitch fader para resetear el control de pitch al cero exacto y bloquear la velocidad, sea cual sea la posición física del fader; pero a diferencia del botón de los MK5, este no sobresale de la superficie del plato y es de click instantáneo. Además es de color negro, como si trataran de camuflarlo. Curiosamente al pulsar el botón, no tenemos un indicador azul… es verde.

La otra luz que no es azul es la que ilumina la posición de la aguja, que es blanca. La lámpara en la que va montada se retrae en el cuerpo del plato con un mecanismo exactamente igual que en los Technics, aunque es de color negro. Si Pioneer llega a hacer alguna evolución o edición especial del plato, sería maravilloso que toda la iluminación fuera del mismo color. El tacto de casi todos los botones de plástico del plato tienen un tacto y respuesta similar al de los botones que monta Pioneer en sus reproductores de CD.

El misterio del motor

Desde que se empezó a rumorear por la red que Pioneer lanzaba un plato, surgieron varias “teorías de la conspiración” acerca de si llevaría un motor como el de los Technics y que habrían llegado a un acuerdo con Panasonic para ello. En las rumorologías de los foros la teoría parecía venirse abajo cuando se supieron algunos datos técnicos del plato, como la fuerza del motor y los rangos de pitch. No tiene nada que ver con lo que hace el motor de un Technics. Tiene mucho más par motor, 4.5 kg/cm del PLX-1000 frente a los 1.5 kg/cm de los SL-1200MK2. Su control de pitch permite incluso un rango del 50%, algo nunca logrado por ningún Technics, mientras que el arranque del PLX-1000 está en 0,3 segundos, por 0,7 del SL-1200MK2.

PLX-1000 motor

Pero estos datos, aunque se alejan de Technics, son muy similares a los arrojados por los platos OEM que comercializan marcas como Reloop o Audio Technica. Los datos de motor de este tipo de platos son prácticamente idénticos, salvo por un detalle: arrancan un poquito más rápido, en 0,2 segundos. Además tenemos el antes mencionado comportamiento de la luz estroboscópica en +7,2% de pitch, que también es coincidente. Estas similitudes han hecho pensar a mucha gente que Pioneer ha podido emplear un motor OEM en su PLX-1000. Con la bandeja superior retirada, se puede observar gran parte del motor –ver foto anterior– y ciertamente lo visible es muy similar a lo que montan las otras marcas. De todos modos decidí resolver la duda preguntando directamente a la división española de Pioneer por este aspecto, que a su vez redirigió mi pregunta a la central europea. La respuesta oficial fue: “diseñado por Pioneer, fabricado en China”.

La respuesta la verdad es que no es 100% aclaratoria. Desde mi punto de vista cabe la posibilidad de que hayan empleado un motor OEM, aunque con ajustes específicos realizados por Pioneer para obtener un comportamiento concreto en este modelo de plato. Esta teoría la apoyo en las fotos que publicó el usuario woodtradesman en Photobucket. Este usuario de Photobucket aficionado a los platos desmontó un PLX-1000 y publicó fotos de su interior; en una de las fotos se puede apreciar la parte del motor que no puede verse retirando la bandeja superior y la placa sobre la que va montada. Aunque el motor parece el mismo que montan los platos OEM, la placa es diferente. A continuación la foto y el enlace a la fuente original.

PLX-1000 interior

De ahí que quizá también el PLX-1000 no incorpore controles de ajuste manual de fuerza del motor o de arranque y parada. Sencillamente, la marca quiere que se comporte de una determinada forma y viene preajustado para ello —quizá buscando un comportamiento que recuerde en la medida de lo posible a los Technics—. ¿Es algo malo que puedan haber empleado un motor que no está fabricado por Pioneer? No lo creo; montones de marcas lo han hecho con buenos resultados, y si Pioneer ha optado por el mismo camino será porque la respuesta del motor se ajusta a los estándares de calidad de la marca.

El control del propio motor me imagino que será digital en lugar de analógico, como en los Technics (salvo en los M5G). Y esto lo digo por un sencillo motivo: el manual que acompaña el propio plato da datos muy precisos de la resolución del pitch en cada rango. En 8% la resolución es de 0.016, en 16% es de 0,032 y en 50% es de 0,1%. Lo cierto es que es una resolución bastante buena, y de hecho es ligeramente mejor que la de platos de la competencia, que aseguran una resolución de 0.02 en 8%. Algo ha debido de aportar Pioneer para mejorar esa resolución. Y es lógico que hoy en día se opte por un control digital como hacen todo el resto de fabricantes, ya que no dan problemas de pérdida de calibración con el paso del tiempo, movimiento, transporte, golpes, etc.

El brazo

El PLX-1000 emplea un brazo en S ligeramente diferente a los brazos que montan los platos OEM. La zona de sujeción al cuerpo del plato y su mecanismo de elevación es idéntico al de los Technics. Cuenta con un control de anti-skate que proporciona sobre el papel hasta 6 g (aunque luego haré una aclaración al respecto), al igual que los MK5, mientras que los OEM comercializados se quedan habitualmente en 3 g.

El tubo del brazo está hecho de material metálico con acabado mate. Pioneer comenta en sus especificaciones técnicas que el interior del brazo ha sido reforzado con goma; imagino que la finalidad de esa goma será mejorar el aislamiento a interferencias que puedan tener los cables, así como absorber vibraciones en el brazo plato. No creo que la goma sirva para mejorar el sonido en más aspectos.

La pieza de la cruceta que sujeta el tubo al mecanismo de dos ejes tiene un moldeado más similar al de los Technics que al de los OEM, y su pieza de contrapesado es también de un aspecto más cercano al de los Technics que al de los OEM.

PLX-1000 brazo

Pero seamos claros, ¿implica un mejor o peor brazo un mejor o peor sonido? Aunque la clave del sonido está principalmente en la cápsula y aguja empleada, el cableado, materiales e incluso la mecánica del brazo a la que está sujeta esa cápsula, pueden incidir en este aspecto. Así que, ¿suena realmente “mejor” el PLX-1000? ¿mejor que un Technics? Para averiguarlo, he tomado un PLX-1000 y un Technics 1210-MK5. El Technics obviamente no puede ser nuevo, pero tiene “únicamente” 8 años de antigüedad, con poco uso y siempre en un estudio sin humo, su cableado es el original y está en perfecto estado. En ambos platos he montado la misma cápsula con una aguja totalmente estrenada para la ocasión, lo he conectado a un interfaz de audio con un previo phono y he grabado el mismo fragmento de la misma canción del disco "The Love EP" de Nacho Marco —es uno de los remixes de "Sundays in Love"—. En la grabación primero se escucha el fragmento reproducido en un Technics SL-1210MK5, después hay un silencio, y el fragmento reproducido por un PLX-1000. Os dejo extraer conclusiones con respecto a si hay diferencias o no:

Hay una pega con respecto al brazo que me gustaría comentar, y es el tema del anti-skate. Tengo la sensación de que realmente no llega a los 6 g que indica la rueda de ajuste, y diría que como máximo alcanza unos 3,5-3,8 g. Esto es algo de lo que me di cuenta probando varios tipos de cápsula con diferentes pesos y necesidades de ajuste. Al probar con unas cápsulas que necesitan según el fabricante un contrapeso de 4g, y hacer la clásica prueba de calibrado con un vinilo sin surcos (se suele emplear para esto la cara B de un single sin remixes ni versiones adicionales), era imposible ajustando el contrapeso en 4g —lo que sería un giro entero del contrapeso una vez equilibrado en 0— hacer que la aguja se mantuviera estable en el vinilo liso en cualquier posición del vinilo. Ni con el anti-skate a 6g. Esto mismo con un un Technics MK5 se logra perfectamente ubicando la rueda de anti-skate entre 3.5 y 4. Contrapesando algo menos la cápsula de lo indicado por el fabricante de la misma, bajando entre 3 y 3.5g, sí que se lograba estabilidad sobre el vinilo liso poniendo el anti-skate a tope o casi a tope.


Conexionado

Al igual que otros platos actuales, y a diferencia de los Technics, los cables no van soldados. Esto que se publicita como algo excepcional, en realidad hoy en día es algo obligatorio para cualquier equipo que se vaya a enfocar a un uso profesional. Al igual también que en otros platos actuales, las conexiones han sido ubicadas en un hueco dentro de la parte trasera del cuerpo del plato, de manera que puedes orientar los cables en la dirección que necesites y sacarlos por debajo del plato en cualquier sentido, así que no hay problemas con las conexiones montando los platos en posición normal o “battle”.

Como ya he explicado, únicamente tenemos una salida analógica a nivel phono. ¿Por qué Pioneer no ha incluido una salida adicional a nivel de línea como otros fabricantes? Bueno, aquí las posibilidades son muchas. La que yo barajo es que si investigando han dado con que muy poca gente usa las salidas de línea en platos que las incluyen, hayan decidido abaratar prescindiendo de ella. Por otra parte, la mayoría de mesas de gama profesional incluyen previos phono que proporcionan mejor señal que los que puedan incluir de serie muchos platos, así que, ¿para qué meter un previo en un plato destinado al uso profesional? En fin, es sólo una teoría, podéis dejar la vuestra en los comentarios. El cable RCA incluido es de bastante calidad, con un grosor considerable y conectores firmes.

El famoso cable de masa también va por separado. La toma de alimentación tiene una curiosa diferencia con la de los platos de la competencia. Para la alimentación emplea una conexión para cable tripolar, es decir, con toma de tierra. La mayoría de los platos no emplean alimentación con toma de tierra. En un entorno profesional, obviamente es mejor disponer de este tipo de conexión.

PLX-1000 back

En uso

El PLX-1000 funciona fantásticamente bien. Haciendo beatmatching las sensaciones son muy similares a las de los Technics. Tratando de localizar diferencias, tengo la sensación de que tras frenar un disco recupera la velocidad más rápido y que hay que ser algo más suave al acelerar un disco, pero en general las sensaciones son muy parecidas. Una vez clavas una mezcla con unos PLX-1000 se mantienen bastante bien, puedes aguantar mezclas varios minutos, aunque reconozco que yo soy de los que están tocando todo el rato los platos. Probando con timecode no he observado grandes diferencias con unos Technics, las pequeñas oscilaciones en el pitch que se pueden observar al usar timecode con mismas agujas y ajustes parecían las mismas.

Aunque el scratch no es mi especialidad (y eso que lo practico en la intimidad para poder opinar cuando me preguntan por platos y crossfaders... ), la sensación es de que la fuerza del motor te permite ser algo más descuidado con la presión que ejerces sobre el vinilo al manipularlo. Probablemente los especialistas en scratch con capacidad para hacer trucos complejos puedan apreciar beneficios por la mayor fuerza de motor, yo con mi capacidad para hacer tres lamentables trucos, sólo puedo decir que salen igual de bien que con un Technics.

El rango de control de pitch de 50% lo he encontrado inicialmente una mera curiosidad con la que jugar, hasta que luego cambié ligeramente de opinión. ¿Realmente es necesario? Veo innecesario que alguien necesite un rango tan amplio para hacer mezclas dentro de un mismo género, y me he dedicado a usarlo para hacer cosas como reducir a la mitad de manera instantánea la velocidad de un tema y luego volverlo a su velocidad normal de forma nuevamente instantánea, algo que se consigue empleando el botón de reset y gracias a la fuerza del motor. También se puede jugar a realizar bajadas de velocidad progresivas y controladas sin hacer la vieja jugada de apagar el plato mientras gira y volver a la velocidad otra vez progresivamente todo lo rápido o lento que quieras. Tonterías a fin de cuentas que tampoco son especialmente útiles en sesión.

Después me di cuenta de algo bastante más útil en lo que no había caído, una vez más, por no ser mi especialidad. Aunque para los DJs que se dedican a hacer beatmatching un rango del 50% sólo llegue a servir para hacer pequeñas tonterías, quizá para el DJ de scratch pueda resultar bastante más interesante: por una parte puede acelerar o frenar a placer una base sobre la que scratchear y adaptarla perfectamente a la rutina que esté planificando, y por otra controlar en mayor medida la tonalidad de lo que scratchea.

Accesorios

Además de los ya comentados cables que trae el plato, vienen los siguientes accesorios:

  • Disco de goma, para colocar sobre la bandeja giratoria y realizar la escucha de discos sin manipulaciones al estilo DJ.
  • Slipmat. Aunque bonito, con el logo de Pioneer, no es de los que me gustan, muy fino y rígido, desliza demasiado. Quien escribe estas líneas prefiere los Magma. Para los que quieren deslizamiento extremo, viene además un disco de plástico transparente para colocar bajo el slipmat.
  • Adaptador para discos de 7”. Para que te hagas un medallón y lo luzcas en Ibiza. También puedes perderlo. Es broma; ¿qué esperáis que diga de un adaptador?
  • Portacápsulas de color gris. Pero viene sin cápsula, igualito que los Technics.
  • Contrapeso adicional para el brazo.
  • Tapas de plástico. Esto no lo incluyen todos los platos. Estas están bastante bien, encajan en las esquinas del plato y no se mueven al darles un toquecito.

Algunas conclusiones

¿Ha construido Pioneer un buen plato? Desde luego, no cabe ninguna duda. ¿Digno sucesor de unos Technics? Está por ver. El PLX-1000 mantiene las principales líneas estéticas de los Technics, junto con algún que otro refinamiento de diseño para darle el toque Pioneer. Para mi es el plato más bonito que hay en el mercado actualmente. ¿La nostalgia le juega una mala pasada a mi objetividad en cuestiones estéticas? Es probable, pero estoy seguro de que no voy a ser el único. Y ojo, el plato a fin de cuentas quien más lo ve es el DJ, no el público.

La construcción es altamente sólida y la mecánica hace su trabajo de manera efectiva y estable, transmitiendo sensaciones muy parecidas a las que ya teníamos con Technics, y añadiendo además algunas novedades funcionales con respecto a los legendarios platos. La durabilidad es el factor que por el momento no podemos conocer, sólo el tiempo nos dirá la resistencia de estos platos y el mantenimiento que requieren. Parte del éxito de Technics ha estado basado en su alta durabilidad. Cualquier aspirante a sustituir al standard de club debe de hacer lo posible por igualarla.

El factor precio, 700€, es digno de análisis. No es algo precisamente barato para un plato. Los últimos Technics a precios “normales” rondaron los 500-550€. Está claro que ahora todo es más caro (y si no piensa en lo que costaba un café o la gasolina hace unos años), y además un PLX-1000 tiene algunas novedades con respecto a un Technics, pero antes del PLX-1000 han aparecido los últimos años otros platos que ofrecen las mismas novedades funcionales e incluso algunas más por menos dinero.

¿Cómo compite Pioneer con eso? En su plato ofrece un diseño que encantará a los nostálgicos de los Technics, además de pequeños refinamientos como una resolución ligeramente mejor en el control de pitch dentro de los mismos rangos que manejan los rivales, mayor peso que la competencia y una sólida construcción para dotar de algo más de estabilidad. Y por otro lado tenemos una cuestión de marca principalmente. Los que estén dispuestos a pagar más será porque también sencillamente tienen más confianza en la marca Pioneer, confianza en que se llevan un producto de calidad que no fallará, al menos a corto plazo. Con esto se puede estar más o menos de acuerdo, y esa confianza puede estar más o menos justificada por hechos objetivos, pero a fin de cuentas es la realidad. Los rivales saben el peso de la marca y en los últimos meses hemos visto como por ejemplo los platos Reloop han bajado de precio sabiendo que llegaban los PLX-1000.

Probablemente en clubs que necesiten montar platos acaben disponiendo del PLX-1000, básicamente porque en clubs de todo el mundo ya conocen la marca desde hace muchos años y elegirán lo que ya saben que les ha funcionado antes. Quizá su paso por clubs sea lo que realmente determine su resistencia y durabilidad, y seguramente sea de los clubs de donde se pueda obtener la mejor información de cómo aguantan los PLX-1000.

Lo que nos ha gustado:

  • Construcción sólida y estética muy cuidada.
  • Respuesta mecánica excelente.

Lo que no nos ha gustado:

  • Precio elevado.
  • El detalle del anti-skate.
Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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