Sintetizadores

TransAcoustic: probamos el piano 3 en 1 de Yamaha

Cuando lo probé hace un año borró las dudas que sentía inicialmente hacia esta innovación. El producto está ahora ya disponible y no podía resistirme a una nueva prueba, más tranquila, de la versión comercial definitiva. El concepto sorprende y el resultado convence. Un producto ‘3 en 1’ por parte de Yamaha pianos que permite sobre la base de un acústico U1, silenciar y pasar a modo digital por medio de auriculares, pero que aporta además una tercera vía novedosa y atractiva.

La evolución de Silent a TransAcoustic

El U1 es un piano vertical acústico que tiene una dilatada carrera y que se mueve entorno a los 9000 euros ‘oficiales’ (mejor preguntar siempre por ofertas). En su versión U1SH añade un sistema Silent subiendo el precio oficial a 11000. Silent permite frenar los martillos justo antes de que incidan en las cuerdas, para así poder reemplazar la producción acústica por un sonido digitalizado que puede oírse por auriculares o conectando un sistema de altavoces y por tanto regulando a voluntad el volumen. Con ello se puede practicar sin causar molestias, rebajar la fatiga del propio oído en sesiones largas de estudio, etc. Esa intervención digital permite usar otros sonidos y añade funciones de grabación o acompañamiento con MIDI files y WAVs.

Yamaha tiene una demostrada trayectoria de soluciones silent que además de los pianos abarca violines, cellos, guitarras, trompetas, … Pero tocar cualquier instrumento acústico tiene siempre matices diferenciadores respecto a una recreación sintética. Incluso en un piano, en el que no hay tanta maleabilidad del desarrollo de las notas una vez iniciadas, un acústico frente a un digital ofrece unas sensaciones, por el oído y también por fuera de él, que ayudan a completar el bienestar al tocar. La forma en la que llega el sonido, no a través de unos puntos concretos con altavoces, sino con toda una tabla resonante tan extensa como el propio piano. Las cuerdas distribuidas y sus vibraciones por simpatía con lo que sucede en otras regiones del propio piano. Todas esas cosas marcan diferencias sonoras. Pero también importa el sentir las teclas o incluso los pedales y caja vibrando, transmitiendo sensación de movimiento.

Con el modo silent tradicional, se mantiene el teclado y tacto del acústico, pero el sonido es 100% digital y generado desde auriculares/altavoces. En particular las resonancias se han de simular digitalmente a partir del sonido que produce el piano sintético.

El U1TA Transacoustic marca la evolución de la oferta Yamaha en el terreno silencioso. Transacoustic es un Silent que incorpora adicionalmente un tercer mecanismo más de producción del sonido. Hay un nuevo salto de precio (aprox 12500 oficial). Transacoustic permite acoplar el sonido digitalizado no a unos auriculares o altavoces sino a la propia tabla armónica del piano y que sea esta la que actúe (como así sucede en el uso acústico) como sistema radiante del sonido y que a la vez comunique a las cuerdas vibraciones por simpatía a través del puente, haciendo que todos los fenómenos de resonancia sean obtenidos acústicamente y no por simulación digital. Mecánica y tacto de un acústico, fuente de sonido digital y por ello regulable, y radiación sonora y resonancias acústicas. Había que inventar una nueva denominación y de ahí surge TA.

El mecanismo TA desde dentro

La idea de aprovechar la tabla armónica del piano al usar algún modo digital no es nueva. Diferentes fabricantes has ido ofreciendo desde 1990 alternativas. Pero en ellas el sonido digital era reproducido por altavoces y la participación de la tabla era a lo sumo secundaria, excitada por simpatía con el sonido que emanaba de los altavoces y no de forma directa. Se han ideado también sistemas que acoplaban una vibración de baja frecuencia a la caja para que cuerpo del instrumento vibrara.

La solución TA se basa en el uso de un transductor electromecánico, no muy diferente conceptualmente de lo que es un altavoz, pero que acopla el movimiento de la bobina directamente a la tabla armónica. A su través se consigue excitar la tabla con la señal de un piano cola CFX muestreado. Por tanto toma la tabla ahora el papel de ‘radiador’ del sonido, desaparecido el tradicional cono de altavoz. Sobre esa base, hay un buen número de refinamientos y detalles hasta llegar a un producto que además de sorprender con su concepto convence en los resultados.

No son uno sino dos los transductores que se emplean acoplados a la tabla, permitiendo una excitación de la misma estereofónica que aprovecha la distribución física del registro grave/agudo en las cuerdas del piano. Todo el peso del imán del transductor está soportado directamente sobre el armazón, y no la tabla, del piano. Las estructuras que unen el pesado imán al cuerpo se ven sólidas, con una generosa dosis de metal, que descarta el que pueda haber vibraciones ‘añadidas’ por la presencia de estos otros elementos.

La foto anterior no muestra el apoyo final sobre la tabla, que es pequeño y ligero, de forma que en uso acústico el comportamiento de esta no se ve afectado ni cambia la sonoridad. Lo apreciáis mejor en la siguiente. Me ha sorprendido ver que no hay necesidad de ‘retirar’ ese apoyo para el uso acústico. Realmente no interfiere.

Entre las cosas que las fotos no pueden mostrar, hay que destacar que el sistema TA se ajusta en fábrica uno por uno para adecuar la respuesta a las características de la tabla. Cada tabla, al fin y al cabo madera y no un material sintético de uniformidad garantizada, puede tener pequeñas diferencias que el ajuste particularizado compensa.

Un posible temor podría ser el de la fiabilidad a largo plazo de unos elementos que no dejan de ser electromecánicos, respecto a su posible desgaste, etc. Pero en realidad se trata de un sistema que difiere muy poco (salvo en el reemplazo de la membrana por la actuación sobre la tabla) de lo que es un altavoz convencional, y los altavoces, en unas condiciones de uso adecuadas son longevos. Dado que el piano no se va a estar moviendo a diario, ni va a estar sometido a las inclemencias del tiempo, estos transductores/altavoces tampoco tienen que sufrir mala vida.

Por parte de Yamaha se ha previsto que en el caso de que el envejecimiento o el entorno de uso del piano cambien ligeramente la curvatura de la tabla, pueda recuperarse el punto óptimo de apoyo de forma simple.

3 en 1

Al final por tanto estamos ante un piano acústico en el que (a través del pedal central) podemos retirar completamente el sonido acústico abriéndose entonces dos vías.

Si insertamos unos auriculares en el módulo de sonido podemos aprovechar el modo Silent SH. Dependeremos de esos cascos o de un amplificador y altavoces externos para poder escuchar un sonido de piano sampleado desde un cola CFX III, y en el que los efectos de resonancia se consiguen por emulación digital.

Si no insertamos auriculares entramos en el modo TA. El módulo de sonido digital pasa la señal digitalizada de piano hacia los transductores que mueven la tabla. El movimiento de la tabla se acopla por el puente hacia las cuerdas de forma inversa a lo que sucede en un piano normal en el que el movimiento de las cuerdas alcanza a la tabla para ser radiado. Como resultado tenemos el sonido de una fuente digital pero reproducido por el mecanismo acústico de la tabla y acompañado de todos los variados fenómenos de resonancia y simpatía en las cuerdas.

SH vs TA: hermanos sí, gemelos no

La lectura del teclado en el U1SH o TA se realiza con sensores ópticos continuos, ya conocidos, una solución duradera y no invasiva, por la falta de elementos de contacto que puedan desgastarse. El pedal de sostenido cuenta con función medio pedal tanto para el uso acústico como el digital.

Para los que conozcan versiones anteriores como S o SG, la generación SH manifiesta mejoras importantes. En el modo SH la grabación empleada es de tipo binaural, registrada en la posición del intérprete. Es decir ha registrado la señal que se recibe en la posición de las orejas del intérprete. Lo más razonable para la escucha con auriculares. En la calidad de los efectos de resonancia también me pareció encontrar mejoras respecto a los silent que probé años atrás.

Pero una versión digitalizada para escuchar vía auriculares o para ser reproducida por el mecanismo TA no puede ser la misma. Y efectivamente así sucede. Hay un muestreo independiente para cuando entra en juego el mecanismo TA. Se trata de un muestreo estereofónico, acorde con la reproducción estereofónica que se va a realizar excitando la tabla con los dos transductores.

En el modo SH, se aplican artificialmente efectos de resonancia (tanto de las cuerdas entre sí como cuando se usa el pedal de sostenido), muestras diferenciadas para el sonido cuando estamos usando el pedal de sostenido, y muestras que reconstruyen el sonido del apagamiento de las notas. Son innecesarios en el modo TA. Serán los propios mecanismos acústicos del piano los que generen esas resonancias, apagamientos, etc.

Sentado en la banqueta: opinión

En todo caso, jamás compraría un piano (al menos de cierta categoría y este lo es sin duda) sin probarlo. Si deseáis hacerlo, en el momento de escribir las primeras unidades U1TA se encuentran ya en Audenis (Barcelona), Hazen (Madrid), y Musicasa (Mallorca). Acaban de llegar hace pocos días (yo probé el nº de serie 11 en Madrid).

Probé inicialmente un poco el sonido acústico. No hay mucho que comentar sobre él siendo el U1 tan conocido. Lo que pretendía era ver qué sensación me daba el cambio al modo TA. Y la primera sensación fue de cierto desconcierto. Sorprende que, sin mediar altavoces ni auriculares, y sintiéndote por ello ante el ‘mismo’ piano, el sonido cambie. No esperéis que suene igual. Hay que recordar que en el uso acústico es un U1 y al pasar al modo TA estamos ante un CFX. Superada la sorpresa de que no sonara igual, y centrados ya en cómo suena ese CFX transacústico, magnífico y equilibrado. Que haya claridad y nitidez en los agudos es muy normal en cualquier recreación digital de piano hoy en día, que la definición de cada nota se mantenga en registro grave es un terreno más peligroso, en el que algunos digitales muestran un cierto ‘acartonamiento’ que la ecualización no llega a retirar.

No he visto esos fantasmas aquí. En todo el registro una misma y alta calidad. Desde la banqueta y con el piano cerrado no ves los transductores, tampoco los delata el oído. Sencillamente suena a piano.

Y sobre todo la sensación de tocar un acústico. No exclusivamente el tacto, sino esa sensación integral en la que las vibraciones también llegan por los dedos, no sólo por los oídos, y esa llegada ‘deslocalizada’ del sonido, que no proviene de los puntos concretos en los que se sitúan unos altavoces aquí inexistentes.

La entrada de las resonancias al pulsar gradualmente el pedal de sostenido correctísima igualmente, aunque ya he mencionado que me llamó mucho la atención la calidad de la recreación digital de la resonancia en modo SH, que no me dejó como otras veces con sensación de déficit.

Era el momento de probar la bajada del volumen. En este terreno hay un mínimo, personal de cada cual, en cuanto al nivel para poderse sentir a gusto tocando que me temo que no hay tecnología que reemplace. Pero en el margen de rebaja posible está claro que se porta excelentemente bien y transmite unas sensaciones muy completas. Aquí cada uno somos distintos, pero calculo que fácilmente pude bajar unos 12 o 15 dB, sin entrar en lamentaciones. Parece claro que para las noches los cascos siguen y seguirán siempre necesarios (haciendo necesario abandonar TA y pasar al silent tradicional), pero se puede aprovechar una rebaja apreciable de presión sonora con el modo TA que mantiene la sensación acústica y que ayudará a la 'convivencia' durante el día y a evitar la fatiga propia en las partes más tediosas del estudio.

Me gustó especialmente el comportamiento en modo TA del control sobre la cualidad cálida/amortiguada o incisiva/brillante del piano. Siempre tiendo a preferir el color menos percusivo de unos martillos ligeros, no demasiado compactos. Lo que solemos llamar ‘sonido de piano europeo’. El recorrido, en cinco niveles, ofrecía una notable variación sin que en los extremos sonara artificial. La posibilidad de adaptarse al gusto personal o a la necesidad del estilo muy bienvenida.

Otras cuestiones

No hay que olvidar que tanto el modo SH como TA comparten las facilidades propias de un digital. Se puede aplicar ecualización personalizable de 3 bandas, regular la afinación, transposición, escala, el ‘estiramiento’ de la afinación, etc.

Cuenta con doble salida de cascos, entrada y salida de audio todas ellas en jack estéreo de 3,5.

Hay puerto para lápices USB desde el que reproducir tanto ficheros WAV (16bit, 44100fs) como MIDI files (tipo 0 y 1, gracias a que cuenta con un motor GM/XG). Los ficheros (tanto MID como WAV) pueden transponerse.

La reproducción no es sólo a través de aurticulares, también el mecanismo TA puede usarse para reproducir señal musical usando la tabla. Sólo lo probé de forma casi testimonial usando un móvil conectado a la entrada audio del módulo pero doy fé de que funciona.

La interpretación propia puede ser grabada en .MID o en .WAV (lógicamente registrando el sonido del generador digital silent, no el acústico).

Pese a que domine la orientación hacia el uso ‘doméstico’ me ha extrañado y no veo justificada la ausencia de un puerto USB MIDI, sólo existen MIDI In y Out en DIN de 5 puntas. A día de hoy con la cantidad de usos y aplicaciones para ordenador y iPad (incluso de la propia Yamaha), es una omisión que convendría poner en la lista para futuro. Precisamente el mercado doméstico recibe muy bien la simplificación de cableado que USB permite. En todo caso, y puesto a ver sólo una de las dos variantes, todavía prefiero que existan los DIN antes que sólo USB. Pero hay hueco (y precio) como para montar ambos.

Igualmente me extraña que todavía los módulos silent sigan ofreciendo una pantalla tan simple (con tres caracteres led de siete segmentos). Para los ajustes más básicos no es un problema grave. Pero un poco más allá, hace el uso un tanto intrincado sin necesidad. Cosas como moverse por la lista de ficheros/canciones en un USB, o modificar la transposición de un MIDI File, etc. serían mucho más cómodas desde una interfaz sólo un poco más generosa.

Las prestaciones del generador de sonidos digital son muy completas. La polifonía es de 256 voces. Cuenta con 16 sonidos + 3 duales reclamables vía panel frontal, pero vía MIDI (o al reproducir .MID) cuenta con un XG completo con 480 voces + 12 kits. La memoria de muestras total ascienda a unos muy respetables 256 MB.

Como ya es tradición en Yamaha, hay una excelente y completísima implementación MIDI. Amplio control con CCs, RPNs y NRPNs que permiten regular incluso la EQ y los FX, pero además un control completo vía SysEx sobre el módulo XG, que permitiría incluso la edición de voces y parámetros de síntesis y que garantiza la reproducción de los detalles íntimos de los .MID que hagan uso extenso de las peculiaridades GM/XG.

¿El inicio de una nueva familia?

Además del U1TA que hemos visitado hoy, está prevista para diciembre la llegada de un primer cola con TA. Será el C1TA. De hecho la primicia que ofreció Hispasonic desde el Musikmesse 2013 en relación con la tecnología TA hacía uso precisamente de un prototipo cola.

En todo caso es una tecnología que, como ya sucedió con Silent, cabe esperar se extienda con el tiempo hacia otros modelos. Ojalá llegue también a modelos algo más bajos, en el entorno de los 5000, que los haga un paso (y no un salto) respecto a los estrictamente digitales, porque haría más fácil la decisión también para aquellos interesados en un digital ‘de mueble’ y no portable.

Eso sí, nos han confirmado desde Yamaha que la tecnología TA sólo está previsto comercializarse instalada de fábrica. No hay posibilidad de instalarla en pianos comprados con anterioridad. Una mala noticia para quienes ya tienen algún U1 Silent, porque el incremento de precio por el añadido TA no es tanto, y los planes tipo ‘renove’ tradicionales en los vendedores de pianos hacen más pronunciado el salto.

Conclusiones

La impresión con la que quedé es buena. El piano U1 de Yamaha que sirve de base es todo un ‘best seller’ que garantiza un producto y un servicio de calidad en el largo plazo de vida de un piano. En los tres modos (acústico, SH y TA) se mantiene un comportamiento muy adecuado. Los casos siguen necesarios para la noche, pero no desdice de utilidades propias que aporta el nuevo modo TA.

En conjunto mucha flexibilidad para ampliar no sólo los horarios sino las formas de disfrute. Teniendo en cuenta que no supone un desembolso extra significativo, el plus de ir directamente a un TA me parece más que justificado para aquellos muchísimos que de partida ya interesados en sistemas silent. Para quienes sólo estaban interesados en lo acústico puro, la vía TA obliga a replantearse si es momento de abrir la mente y las orejas, además del bolsillo, para ganar esas posibilidades que ofrece hoy la tecnología aplicada en pianos.

Más info: web o email Yamaha.

Vídeo oficial de demostración (con Bert Smorenburg):

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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