
Hay dos tipos de pioneros. Los primeros tienen el talento, pero también la fortuna, de ser los primeros en tomar en la creación de su arte el rumbo que circunstancialmente otros muchos también acaban tomando. Los segundos son siempre conscientes de su condición. Suelen crear y utilizar únicamente sus propias referencias, y suelen estar en posesión de ese sentido del humor del que sólo disfrutan quienes se toman su arte verdaderamente en serio. Hay muchos ejemplos en el primer grupo.