Sintetizadores

Síntesis (23): MIDI clock y modulares, cómo sincronizar

Recientemente contactó conmigo un hispasónico poseedor de un envidiable modular, dentro de un no menos envidiable estudio, ambos, modular y estudio, auténticas bestias plagaditas de equipo. Comparto hoy con todos alguna de las sugerencias que le hice. Los usos ‘fuera de lo habitual’ en modulares son siempre muy enriquecedores: nos ayudan a pensar en aplicaciones diferentes de las que serían ‘naturales’. Toda una expresión de la libertad modular, que a veces se nos olvida y en lugar de aprovechar lo que ya tenemos nos lleva a buscar la solución por la vía de comprar módulos nuevos.

El problema

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A día de hoy sería un tanto extraño ver un modular en el que no estuviera presente un interfaz MIDI. La flexibilidad de poder integrar/disparar el modular desde un entorno MIDI es muy atractiva. También, cuando el modular va un poco más allá de lo mínimo, suele incluir un secuenciador analógico. Y es ahí donde surgió en este caso el problema.

Tengo un secuenciador analógico, tengo un interfaz MIDI… ¿Porqué no puedo hacer que un DAW y el secuenciador analógico se sincronicen? Se nos olvida a veces que los interfaces MIDI que veréis montados en modulares casi siempre lo son pensando en señales de control de notas. Lo de ‘sincronizar’ no está soportado en muchos de esos interfaces.

Relojes MIDI y analógicos

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Lo primero es diferenciar el reloj que suelen usar las cajas de ritmo analógicas, el que se necesita para los secuenciadores analógicos (no es el mismo) y el que aplica la norma MIDI. Veamos un poco los tres.

Caja de ritmo analógica

Una caja de ritmos analógica usa generalmente algún tipo de sincronía DIN, en la que se envían 24 o 48 pulsos (o ‘trigs’) por cada tiempo musical (me refiero a cada una de las partes en que dividimos el compás). Es una velocidad comparativamente alta de pulsos respecto a lo que suelen ser las figuras más habituales (corcheas, semis, tresillos). Permite tener fácilmente marcas de subdivisión del tiempo. Por ejemplo si es un compás de 4/4, habrá 24 divisiones en el tiempo que dura cada negra (96 por compás). La elección del valor 24, múltiplo de 2 y de 3, permite subdivisiones binarias y ternarias para los correspondientes usos/necesidades musicales. En el mismo ejemplo que venimos diciendo, tenemos una corchea cada 12 ‘clocks’, una semicorchea cada 6, o podemos generar tresillos contando 8 ‘clocks’. Con estándares de 48 pulsos por tiempo parecido.

Podéis ver más detalle físico sobre las señales DIN sync en este otro artículo. Miradlo también si necesitáis repasar la cuestión de las señales en los modulares en general.

Secuenciador analógico

Un secuenciador analógico modular sin embargo suele basarse en sistemas ‘un trig, un paso’. El secuenciador espera recibir un pulso o trig cada vez que debe cambiar de un paso al siguiente de la secuencia. Hay secuenciadores que cuentan con un oscilador/reloj interno que puede ajustarse a la velocidad deseada. Otros no y dependen de que le hagamos llegar una señal pulsada a la velocidad necesaria (puede venir de un LFO). Aquí veis el módulo secuenciador Q960 de Synthezizers.com

Aunque cuenta con un módulo oscilador/reloj local, puede apagarse (off) y entonces dependeremos de hacer llegar a la entrada ‘Shift’ los pulsos necesarios (en la esquina inferior derecha, no vale el ‘control input’ que es una entrada CV para gobernar la frecuencia del oscilador/reloj interno). Cada pulso que presentemos en ‘shift’ desplaza el secuenciador al siguiente paso.

No podéis pensar en usar el clock de una caja de ritmos analógica para controlar un secuenciador de este tipo: iría ‘a toda mecha’. Es necesario ‘subdividir’ ese reloj veloz. Para ello hay módulos. Sin duda cuando diseñaron estos secuenciadores y luego las cajas de ritmo enfocaban usos y usuarios bien diferentes y no pensaron en facilitar la integración.

Reloj MIDI

La forma más sencilla y frecuente de sincronización en MIDI (salvo para usos avanzados tipo MTC -MIDI Time Code-, un estándar que equivale a las señales SMPTE y se usa para sincronización ‘al frame’ en video, establecimiento de tiempos absolutos, etc.) es algo que estaba ya presente en la primera especificación MIDI: el mensaje MIDI Timing Clock (F8 en hex). Intercalado entre otros muchos, el mensaje de Timing Clock se envía 24 veces por negra/tiempo. Al fin y al cabo, MIDI se definió partiendo (y ampliando) lo que ya preexistía.

La solución estándar

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La solución estándar para sincronizar un secuenciador analógico en un entorno MIDI pasa por adquirir un nuevo módulo que sirva precisamente esa función. Hay varios módulos de este tipo (tanto para Eurorack como para modulares ‘ala Moog’, o bien autónomos, no para rack). Esos módulos deben ser capaces de reconocer la señal MIDI, localizar en ella los mensajes de clock, y ‘contarlos’. Deben contarlos para poder no escupir los 24, sino sólo uno de cada 12 (para ‘corcheas’, en el ejemplo de 4/4) o lo que sea menester. Un módulo que requiere cierta ‘inteligencia interna (no mucha, tampoco exageremos).

Sería algo como p.ej. el Doepfer MSY2.

Permite dividir por un factor que va entre 1 y 16 la velocidad de los MIDI Clocks. Genera una señal de pulsos que podemos usar para atacar el ‘shift input’ (o equivalente) de nuestro secuenciador analógico. Pero el ajuste es con unos microinterruptores, así que no es como para estar modificándolo en medio de una actuación. Poco flexible pues, hasta el punto de hacer imposible una de las cosas habituales: tener el secuenciador trabajando a un cierto tempo y de golpe (a vuelta de un control) cambiarlo al doble o la mitad (o tresillos, porqué no). El formato tampoco es cómodo al no ser fácil su encaje en los rack de modulares, y va alimentado a 9V y eso en modulares ‘grandes’ sería un inconveniente. Al final el MSY2 es para mi gusto excesivamente básico e incómodo, cuyo precio pese a ser más bajo no justifica a menudo el ahorro.

Por eso, casi mejor gastar un poco más e ir a una solución que se integre en vuestro rack.

En formato eurorack, hay opciones de la propia Doepfer, como los módulos A-190-1 (antes llamado A-190, a extinguir), o su evolución A-104-1, que son módulos que además de la función clock permiten aprovechar otros mensajes MIDI (en forma de voltajes Gate/CV). Hay también una variante centrada estrictamente en los temas de clock y por ello algo (sólo un poco) más barato: el A-190-8.

Si se trata de un modular synthesizers/Moog/etc. puede valer el MoonModular 553, que tiene la ventaja de ofrecer controles fáciles de operar a mano con las divisiones vienen expresadas en figuras con sentido musical y que hace muy amigable esas modificaciones de tempo a las que me refería:

Pero vamos ahora con la parte en la que en lugar de ver cómo de imaginativos han sido los fabricantes nos toca serlo a nosotros.

Solución alternativa 1: claqueta audio

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Una posibilidad interesante y accesible con muchísimos modulares: usar una claqueta audio. Supongamos que en vuestro DAW o multipista, reserváis una pista audio para generar un 'bip' (un sonido cualquiera, cuanto más simple mejor, puede ser una nota fija de un órgano, cuanto más simple y cuadrada sea su envolvente tanto mejor) a la velocidad que necesitéis. Esa señal audio puede llevarse a algún módulo de tipo 'instrument interface' o ‘external interface’. El típico módulo que permite recibir la señal audio de un instrumento y usarla para control en el modular. Estos módulos siempre extraen la envolvente (la curva de intensidad) de la señal audio, y algunos (los menos) una señal que intenta (con poco éxito las más de las veces) reflejar la nota que está siendo interpretada. La parte de extracción de la altura o afinación es normalmente poco aprovechable (salvo como efecto) porque falla mucho, pero la extracción de la envolvente de nivel es muy fiable.

Por ejemplo este módulo (o alguno equivalente que tengáis).

Con el control threshold decides un nivel. Si la envolvente supera ese nivel la señal Gate se abre. Cada vez que Gate se abre hay un pulso en Trig. Supongo que la idea y ala veis clara. Una señal de audio tipo claqueta grabada en el secuenciador y que hagas llegar al Q118 te vale con un poco de habilidad y toqueteo para generar una 'claqueta de trigs' útil para hacer avanzar los pasos del secuenciador Q960.

Adiós al síndrome ‘no tengo ese módulo’

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Y si no tenéis nada más que un módulo extractor de envolvente pero sin ‘threshold / gate/ trigger’. Aplicad la salida ‘envelope’ a un comparador analógico (de eso espero que sí tengáis en vuestro modular) y vosotros mismos montáis el tinglado ‘threshold / gate / trig). ¿No tenéis tampoco un extractor de envolvente? OK, pasad la señal audio externa por un rectificador, y luego por un filtro paso bajo. Acabáis de generar un detector de envolvente con salida gate.

Si tenéis que crearos vuestro propio detector de envolvente para los ‘beeps’, haceros la vida fácil. Grabad el beep con un sonido agudo para que el filtrado tras la rectificación sea más fácil de ajustar. Ese filtro lo que tiene que hacer es retirar las variaciones debidas al tono y dejar sólo las (mucho más lentas) debidas a la activación y desactivación de la nota. Para evitar falsos disparos, un comparador (mejor con algo de histéresis) convertirá la suave envolvente en una estricta señal de gate.

Es una forma poco ortodoxa, pero muy modular, de hacer las cosas. Y precisamente lo modular debería ser el reino de la inortodoxia, ¿no?

Las ventajas de la inortodoxia

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Un módulo de los que interpreta reloj MIDI y genera trigs te dará una claqueta regular. Pulsos a idéntica distancia el uno del otro. Patrones ‘a corcheas’, ‘a semis’, ‘a tresillos’ o a lo que quieras, pero perfecta y aburridamente regulares. Una solución como la propuesta te permitiría hacer cosas interesantes. Por supuesto podrías usar como claquetas diferentes en distintas secciones de una canción: ahora a corcheas, ahora a semis, ahora a tresillos. Pero lo bueno empieza cuando comienzas a pensar en aplicar patrones irregulares en los que cada paso tenga una duración diferentes... ¿Quieres notas de distinta duración? Las tienes. ¿Quieres ‘groove’ o ‘swing’? A tu alcance.

Y no me digáis que generar esa grabación audio con el patrón necesario de beeps es tedioso. En lugar de eso seguid imaginando soluciones. Os doy dos vías:

¿En lugar de editar una pista de ‘beeps’ prefieres usar una pista de percusión o batería de la que ya dispones? Puede que obtengas resultados interesantes y seguramente inesperados. Quizá una llamada a las musas.

¿Por qué no usar un sinte (o plugin) para generar esa claqueta audio? De esa forma el control ya no está en una señal audio sino en la secuencia MIDI que uséis para disparar ese audio. Ocupa poco, es fácil de editar, …

No sé a vosotros, pero a mí me encanta ya sólo pensarlo. Conseguir un ‘groove’ en un secuenciador analógico que encaje con el groove que tenéis creado en una secuencia MIDI (o en una percusión grabada) puede ser labor de chinos. O no, si usáis esta estrategia. Si ya tenéis un patrón de batería en MIDI útil, ¿no puede ser interesante alimentar un clon de algunos de sus elementos hacia el control del avance del secuenciador analógico?

Seguid imaginando, que para eso somos modulares.

Solución alternativa 2: claqueta MIDI

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Una evolución de lo anterior (y que también permite esos trucos). Si sólo tenéis un interfaz MIDI CV/Gate monofónico, una forma de resolver la cuestión de la sincronización de vuestro secuenciador analógico es comprar un segundo interfaz MIDI CV/Gate. Un segundo interfaz puede venir muy bien en muchas ocasiones y es una compra que muchos acaban haciendo. ¿No os apetece hacer duofónico de vez en cuando vuestro modular aprovechando que tenéis en él varios osciladores? Los interfaces MIDI CV/Gate son tan habituales que al final por economía de escala no son demasiado caros. Hoy hay muchos interfaces incluso que son directamente múltiples, para varias voces. En un interfaz MIDI Clock pagáis el pato de que se venden pocos.

Ese segundo interfaz MIDI CV/Gate (si ya lo tenéis tanto mejor) os puede resolver la papeleta de la sincronización. Mirad este módulo A104 como ejemplo.

Si hacéis llegar a ese módulo desde el DAW unas notas MIDI que correspondan a la claqueta deseada. En este módulo hay además de la salida gate una salida trig. Nada más fácil pues, llevamos el trig al ‘shift input’ del secuenciador analógico y listo.

¿Vuestro interfaz MIDI CV/Gate no tiene salida trig y sólo cuenta con gate? No hay problema, para el uso del que hablamos podéis usar gate en lugar de trig. La entrada de ‘paso siguiente’ del secuenciador es muy tolerante, no le importa que lleguen pulsos breves (trigs) o tan largos como la nota (gate), y en caso necesario jugando con la duración de las notas MIDI siempre podéis dar la duración adecuada a los ‘gate’ generados.

Teniendo en cuenta esta ‘polivalencia’ posiblemente muchos podáis preferir invertir directamente en un segundo módulo MIDI a CV/Gate antes que comprar el módulo específico para MIDI Clocks. Pensad bien los pros y contras, pero matar dos moscas de un solo cañonazo no esta mal.

Arranque y parada

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No hemos dicho nada sobre los otros comandos relacionados con MIDI Clock, a saber, sus compañeros MIDI Start, Continue, y Stop. Los módulos específicos para interpretación del MIDI Clock pueden contar con salidas que reflejen precisamente estas señales. Lo veis con claridad en el MoonModular 553 que hemos presentado antes, con sus ‘start out’ y ‘stop out’.

Contar con estas señales puede ayudarnos a controlar automáticamente el que la secuencia arranque en su punto inicial y no en donde quedó parado anteriormente –a mitad- pese a que estemos haciendo salto y rebobinados en el DAW.

Si no contáis con ellas, lo que va a ser necesario es pulsar el ‘reset’ manual del secuenciador analógico antes de comenzar la reproducción, para volver a alinearlo correctamente.

La moraleja del cuento

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Me pareció interesante ilustrar con este ejemplo, la frescura y amplitud de miras con las que hay que abordar el trabajo con modulares. Casi un sello de la persona experimentada en ellos, hacer las cosas de formas poco ortodoxas es una de las gracias de estos entornos de síntesis.

A leer cualquier módulo y su utilidad, pensad también en saltaros su aplicación ‘nativa’ y buscad si podéis darle otros usos. Un ejercicio bueno para la mente y para el bolsillo cuando consultáis catálogos de módulos, es pensar cómo podríais recrear cosas parecidas con lo que ya tenéis. Comprar es demasiado fácil, y la mejor diversión siempre es costosa de alcanzar. Costosa en dificultad, no necesariamente en euros.

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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