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¿Por qué se usan conexiones de micrófono para fuentes de línea?

Una manguera para escenario
adamhall.com

¿Porqué se usa cableado de nivel ‘mic’ en vivo y en estudio? A priori no deja de ser una elección que aparenta ser poco sensata: los niveles ‘mic’ (de entre unidades y pocas decenas de milivoltio) son débiles y parecería preferible usar los más robustos niveles ‘línea’ (ya rondando el voltio). Pero la cosa no es tan simple y durante mucho tiempo las mangueras y cajas de conexiones de directo y de estudio han venido privilegiando el enfoque ‘mic’ frente a ‘line’.

Digo ‘durante mucho tiempo’ porque en entornos medio/altos ya es convencional que se haya digitalizado todo trasvase de señal. Las señales ya no viajan lejos salvo en forma digital porque es más limpio y más simple. Un solo cable Ethernet -mejor dos por redundancia- lleva todos los canales y se evitan interferencias y ruido. Pero todavía tenemos mucha instalación fija y móvil con mangueras analógicas para llevar señales entre dos puntos distantes, sean escenario y mesa en un directo o sala de músicos y sala de control en un estudio. Y en ellas el rey es formato y niveles de conexión tipo micrófono.

David vence a Goliath

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En esas instalaciones vence por goleada David frente a Goliath: se usan conexiones pensadas para micrófono (niveles bajos, sí, pero también impedancias bajas), no para línea (niveles algo más altos pero a cambio también impedancias más elevadas). Y es que cuando un tendido de cable se enfrenta en algún extremo a una impedancia alta, la señal sufre.

Básicamente cualquier cable tiene un comportamiento de pequeña resistencia, mayor cuanto mayor sea el recorrido, que implica una reducción de señal con tiradas grandes, pero no es un efecto demasiado pronunciado (salvo con las bajísimas impedancias de los altavoces, situadas en los pocos ohmios). Domina más en los cables para conexión entre instrumentos y equipos su comportamiento de tipo capacitivo (condensador) también creciente con la longitud.

Los cables son más un condensador que una resistencia, para entendernos, y van a dar lugar a que la pérdida de señal no sea equilibrada, sino una acción selectiva en frecuencia. Se producirá especialmente en los agudos, generando un sonido más opaco. Un efecto de filtrado que es tanto más marcado cuanto mayor sea la impedancia con la que se remata el cable. Y si la pérdida es alta, cualquier intento de compensarla (por ejemplo ecualizando) lo que hará es aumentar el ruido, lo que no es nada atractivo.

La preferencia por ‘mic’ y la obligación del balanceo

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Los micrófonos dinámicos y de condensador habituales (no así los de contacto como los piezos que se usan para algunos vientos, por ejemplo) acostumbran a ser de baja impedancia (entre 50 y 200 ohmios típicamente). Las entradas ‘mic’ de las mesas de mezcla se han diseñado para corresponder con ellos y aplican también baja impedancia. Mientras tanto las entradas línea pueden ser de impedancia del orden de las decenas de kiloohmios.

Así las cosas la carga en el extremo del cable es pequeña si optamos por conexiones de tipo micrófono y como resultado ofrecen un sonido menos afectado, más fiel.

La ventaja de su nivel fuerte permite a las señales línea mejor defensa frente a las interferencias. Por eso las líneas ‘mic’ son siempre de tipo balanceado. Sabedores de que su pobre nivel las expone en exceso en el entorno propenso a ellas que supone un directo (con un entorno radioeléctrico plagado de contaminación a través de focos, dimmers, equipos de potencia,…) o un estudio denso en equipamiento electrónico, el uso de sistemas de transmisión balanceados en conexiones 'mic' permite limpiar en gran medida las señales contaminantes que se hayan montado sobre la deseada durante su viaje por el cable.

Surge así la forma de conexión más habitual: niveles tipo micrófono sobre cableado balanceado y atacando a entradas pensadas para micro, con baja impedancia.

Y la preferencia, por esas mejores condiciones para la transmisión a distancia, hace que incluso las señales y sistemas que operan a nivel línea deban ser enviadas al estilo microfónico, usando para ello cajas de inyección.

La DI como adaptadoras hacia ‘mic’ de señales ‘inst’ y ‘line’

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Para usar infraestructuras de conexión concebidas para ‘mic’ desde otro tipo de fuentes como guitarras y bajos eléctricos, o teclados se usan las conocidas cajas de inyección directa ( ‘DI box’ por ‘direct input’ o ‘direct injection’).

El caso peor para la transmisión de señal se lo lleva la conexión de instrumentos como guitarra o bajo eléctrico o los micros de contacto, con impedancias de salida en el orden del megaohmio. Algo que unido a su baja potencia las hace pésimas fuentes para atacar un cable extenso. Con independencia de qué tipo de entrada vaya a haber en el otro extremo, tenemos un buen foco de problemas. Ya sabéis lo bien que recogen todo tipo de interferencias las guitarras en cuanto el cable es de unos pocos metros.

Por eso la necesidad de usar con las clásicas ‘cajas de inyección’, a las que se conecta una guitarra/bajo o un micro de tipo piezoeléctrico y que son capaces de ofrecer una salida de baja impedancia y balanceada, lista para viajar en óptimas condiciones por una infraestructura de conexiones ‘mic’.

También con los teclados y fuentes de nivel ‘línea’, aunque no sean niveles ni impedancias tan problemáticos, tiene interés el uso de ‘DI’, cuando van a usarse conexiones pensadas para ‘mic’, con el objetivo de adecuarse a las condiciones de la línea aportando la representación balanceada además de la adecuación de niveles e impedancias. Puede parecer un poco matar moscas a cañonazos, porque necesitamos una caja de inyección junto al instrumento fuente que reduzca el nivel y lo asemeje a un micrófono para que luego en el otro extremo tengamos que aplicar el previo del canal microfónico para recuperar unos niveles altos a la hora de realizar la mezcla, pero está demostrada y por eso extendida la ventaja de este tipo de práctica.

Por cierto, sobre las ventajas de usar una caja de inyección con teclados os hablaré otro día, porque hay algunas más que tener en cuenta y quizá os lleve a más de uno a decidir que no estaría mal invertir en una si aún no contáis con ella.

La oferta en cajas de inyección es muy abundante, y hemos presentado en noticias varios modelos, para todo tipo de fuentes y necesidades. Hay carcas que tienen un catálogo extensisimo como Radial Engineering. Para que podáis ver varios ejemplos de DI activas y pasivas, para fuentes instrumento, teclado, o incluso para recbibir audio vía USB y enviarlo en formato balanceado por XLR, podéis visitar esta noticia sobre la presentación de 4 modelos MDB con los que Mackie por primera vez oferta cajas de inyección.

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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