Bueno extraido del foro del Reverte que est que echa humo por los 4 costados, el centro y lo que se tercie:
http://www.icorso.com/foro/mensaje.php?a=11142&b=24&c=1
"Para nosotros no es una película cualquiera...
Algunos viejos del pueblo de este foro se me están mosqueando por la avalancha de críticas que ha recibido la película. Entre otras cosas, porque parece que solo ellos, únicos y auténticos fieles de El Jefe, tuvieran la autoridad moral para opinar, por supuesto bien, sobre cualquier asunto revertiano. Cainismo, envidias y mala fe, también dicen, como si hubiéramos estado deseando tal resultado, solo para desatar todo nuestro odioso rencor hacia las cosas y el mundo.
Pues hete aquí, que fuera de la cotidianedad de este foro, son muchos los que también de Reverte se han leído hasta sus listas de la compra, si las publicara o que esperan ansiosos el patente de cada semana, cautivados por su lucidez, su sentido común, su integridad, su sentido del humor y su prosa inapelable. Y digo que Alatriste no es una película cualquiera. No es la adaptación de una novela y punto. Demasiada gente ha hecho suyo el universo Alatriste, y revertiano en general. Le han dado forma, lo han vivido, lo han creado en su imaginación, cada uno a su manera y muy intensamente, pues tal es la fuerza de la literatura de Reverte. Es por ello, queridos amigos, que si éste y otros foros están que arden, no es solo por una pura y dura crítica de cine, objetiva y profesional, ni, por supuesto, de que se tengan ganas de lapidar a nadie. Simple y llanamente, se ha jugado con las emociones de mucha gente. Yo no fui al cine como el que va a ver Spiderman y sale diciendo que se podrían meter el filme por donde les quepa, sino esperando emocionado la encarnación en imágenes y sonidos de un mundo que tantas veces había imaginado. Y si además uno ha sido sometido a un bombardeo comercial sin precedentes y cuenta con los elogios y encomios del creador de todo el asunto literario, pues con más razón, al salir de la sala, se le queda a uno una careto de cabreo/frustación que dura varios días y cuando asoma la nariz por este foro, pues uno exorciza sus demonios a base de negro sobre blanco, como es lógico.
Por supuesto que, dentro de que es mala, muy mala, fría y objetivamente, me importe mucho, poco o un huevo el capitán Alatriste, la película tiene cosas muy buenas. El vestuario es magnífico, al igual que el maquillaje y la puesta en escena en general. La fotografía es fabulosa. Y Viggo está maravilloso de capitán Alatriste, que se come la pantalla el colega, imponente, mientras, claro, se mantiene callado( excepto cuando grita aquel ¡Excelencia!, que pardiez, impresionó) o no abusa de ciertas posturas toreras. La película es una magnífica galería de buenas fotografías sobre la vida de Alatriste, muy útiles y bellas para recurrir a ellas cuando se leen los libros, por enésima vez.
Pero no nos llevemos a engaño. Lo que importa es la sensación general, única, que se te queda en el cuerpo tras ver la película. No se puede desgranar en me ha gustado esto o lo otro y muy poco eso o aquello. Las cosas buenas de la película están totalmente difuminadas por la debacle general de una historia que no existe, unos personajes desdibujados o caricaturizados, un lenguaje simplón y en ocasiones soez, un montaje penoso, un abuso de los primeros planos y de la neblina de fondo, muy pobre en variedad de escenarios, una acumulación de cameos insufribles, unos veintipico o los que sean millones de euros transformados en nada, una batalla de Rocroi de vergüenza ajena, una parcial y retorcida muestra de las miserias de España (sospechosamente a la moda de minar la moral de los españoles) y en definitiva, una película que no solo desmerece absolutamente y que hace injusticia a la literatura en la que está basada sino que, así de claro, la ofende y la ridiculiza.
Y eso es, señores mios, lo que más duele y por lo que a uno le apetece muy mucho, después de soñar un rato con que le hubieran dado la película a Peter Weir, cruzarle la cara con un guante al tal Diaz Yanes o a quien sea menester, entre otras cosas porque se ha pitorreado de las ilusiones de muchos lectores, que ahora corren prestos a refugiarse de nuevo en los libros, huyendo como de la peste de más anuncios, carteles y hasta llaveros, con la imagen de un soldado de los tercios de flandes prostituido.
Y don Arturo, vive Dios que debió haber usted evitado lo que ha pasado.
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