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La función precisa de las células ciliadas exteriores todavía es poco clara. Los investigadores del sistema auditivo especulan que estas células pueden servir como un mecanismo de amplificación para incrementar las ondas sonoras de baja frecuencia, posiblemente, al acelerar el movimiento de la membrana basilar.
Hudspeth también está intrigado por la posibilidad de que las células ciliadas externas puedan ser las responsables de algo que ha desconcertado a los investigadores por muchos años: el hecho de que nuestros oídos no sólo reciben los sonidos, sino que también los emiten.
Cuando se colocan micrófonos sensibles en los oídos y se toca un tono, se puede detectar un eco débil que resuena nuevamente. Tales emisiones otoacústicas se consideran normales; de hecho, se piensa que su presencia en los exámenes de bebés recién nacidos es un indicativo de una audición saludable. Sin embargo, en ciertos casos, las emisiones otoacústicas pueden ser espontáneas, y tan intensas que se hacen audibles sin la ayuda de un equipo especial.
"En algunas personas, uno puede verdaderamente oírlas. Las más fuertes que se han registrado provenían de un perro, en Minnesota, cuyo dueño advirtió que el sonido salía de la oreja del animal y lo llevó a un especialista, quien hizo grabaciones y análisis", dice Hudspeth.
http://www.hhmi.org/senses-esp/c130.html