1.- Muy Interesante mes de abril. Artículo de Sergio Parra (https://www.xatakaciencia.com/autor/sergio-parra). Página 30. Habla del mito del reciclaje extremo. Algunas notas. El consumo de productos de kilómetro cero. Contamina menos consumir en Inglaterra un cordero criado en Nueva Zelanda que uno criado en Inglaterra, pues el país oceánico tiene una estación herbosa más larga y más energía hidroeléctrica, y compensa las emisiones de transportar el cordero a Inglaterra. Lo mismo le ocurre al mismo inglés entre consumir tomate español o criarlo en su huerto.
El aceite de palma. Los estudios apuntan a que es perjudicial para la salud si se toma en grandes cantidades (para quien no lo sepa, al vino le pasa lo mismo). Para el medioambiente es beneficioso, aunque le culpen de la desforestación de muchas áreas. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, suprimir el aceite de palma es más perjudicial para el medio ambiente. Porque si se suprime, hay que sustituirlo por colza o soja, y la palma produce de 4 a 10 veces más aceite por unidad de tierra. Por lo que su sustitución nos lleva a desforestar de 4 a 10 veces más terreno. Además, requiere mucho menos pesticida y fertilizantes. De hecho, supone el 35% del aceite vegetal y sólo ocupa el 10% de la tierra dedicada a aceites vegetales.
Reducir el consumo de carne para reducir las emisiones al tener menos ganado. ¿Es más ecológica la dieta vegetariana? Eliminar la dieta carnívora supone multiplicar la tierra dedicada a la agricultura. Y ésta no es ecológica, pues un campo de lechugas no compensa la eliminación de los pinos o las hayas que ocupaban ese mismo campo. La agricultura, por definición, atenta contra el medio ambiente. Además, un tercio de la tierra que hay en el planeta es improductiva. Aumentar el consumo de vegetales lleva a aumentar la desforestación. El arroz tiene una enorme huella de carbono pues emite mucho metano. Para resolverlo habría que plantar lentejas, que apenas emite metano. Pero la sustitución del arroz del mundo por lentejas mataría de hambre el subcontienente indio, pues éstos no consumen carne y las proteínas les llega de las lentejas, que al sustituir al arroz dispararía su precio.
El uso del coche. Si recorres 3 km andando, y al llegar al destino te recuperas bebiendo un vaso de leche, la huella de carbono de ese vaso de leche es tal (las emisiones de metano del ganado vacuno y el transporte de la leche) que hacer esos mismos 3 km en coche tiene la misma huella de carbono. Si la caminata la hacen dos personas, el coche gana en huella de carbono. Mejor bebe agua.
Los huertos urbanos. ¿Alguien que planta nabos en ciudad previamente se ha preguntado por la calidad de la tierra? Quizás donde ahora hay un jardín y él planta nabos, antes había una fábrica de jabón.
Los envoltorios. Viva la compra a granel. Uno lleva su bolsa de tela a comprar manzanas. Lo que no sabe es que esas manzanas durarán menos que si estuvieran envasadas, y además de tirar más alimentos (a la hora de comprar, mejor que sobre uno a que falte uno... ¿no?), ese alimento en descomposición emite metano, que es 20 veces más contaminante que el dióxido de carbono. Empaquetar manzanas en un envase retractilado reduce la eliminación de la fruta en un 27%. Despediciar comida genera tres veces más dióxido de carbono que desechar los envases.
La huella de nuestras acciones. Dejar de consumir carne reduciría las emisiones en un 5,5%. Frente al 29% de la industria pesada, el 18% de la construcción y el 15% del transporte. Si queremos conseguir algo serio habría que dejar de construir, de viajar, abandonar la electricidad, la calefacción, el cemento, el acero, el papel, . ..
La agricultura ecológica. Hoy, gracias a la biotecnología y a la industria química, cutivamos el 38% de la tierra disponible del planeta. Con la tecnología que había en 1961, hoy ocuparíamos el 82% de la tierra para producir lo mismo. Además, ha permitido reducir el hambre (en los últimos 25 años, cada día hay 137.000 pobres menos), se ha elevado la esperanza de vida, y, sorprendentemente, nuestra huella individual de carbono es menor que entonces.
En 1980 el biólogo poblacionista Paul Ehrlich y el economista Julian Simon apostaron públicamente sobre el precio de determinados productos en una década. Ganó el economista. En 1990 la población mundial había aumentado en 800 millones de almas, el consumo de metales aumentó, pero su precio bajó. El editor de Wired dió la explicación: si un recurso se vuelve escaso y caro, crea un incentivo para buscar un sustitutivo abundante que desvíe la demanda del recurso escaso. La tecnología nos ha permitido que, aumentando la población, individualmente contaminamos menos.
2.- Los coches eléctricos. https://www.autopista.es/noticias-motor/articulo/lo-ultimo-sobre-contaminacion-los-coches-electricos-emiten-mas-co2-que-los-diesel
https://www.autopista.es/noticias-motor/articulo/coche-electrico-toda-verdad-emisiones-gases-contaminacion-baterias-petroleo
Lo resumo. En Alemania, y tantos otros países, la huella de carbono que deja un coche eléctrico es mayor que la de un diesel. Contando con su proceso de fabricación, incluyendo la batería (que dura 150.000 km) un coche eléctrico contamina entre un 11% y un 28% más que un diesel. Un Tesla 3 deja 27,1 toneladas de CO2 durante su vida útil, frente a los 22,8 toneladas de un BMW 320 gasolina. Obviamente, a la alcaldesa de Madrid le importa un pito porque las baterías se fabrican en otro sitio. Lo que no sabe es que la atmósfera no gira de manera sincrónica con el planeta. Cuando se entere......
3.- Por último, un apunte, del que poco se habla. ¿Sabéis cómo economizan las aves energía al volar? Casi todos lo sabemos, tomando corrientes de aire adecuadas. Esas corrientes de aire suelen ser bastante estables temporalmente. Colón lo sabía, por eso supo cómo volver de las Indias. Y Urdaneta también, por eso pudo volver de Filipinas a Acapulco. Otra pregunta, ¿sabéis el criterio que siguen los ingenieros a la hora de decidir dónde poner un parque eólico? Dadle vueltas....
Perdón por el tocho, pero el artículo del Muy Interesante me dejó perplejo. No me lo esperaba.