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Totalmente de acuerdo.
En el Jazz no sólo hace falta visualizar muy claramente en el instrumento el sonido que tienes en mente, sino que además hay que tocarlo. Pero creo que en el fondo el repertorio de ideas que uno "improvisa", en cierto modo llevan mucho tiempo preparándose en casita, y la mayoría de las veces, los que improvisamos nos acomodamos a lo que tenemos previamente estudiado: moldes de mano familiares, patrones y secuencias de notas super manidas.
Existe un método de improvisación de Jerry Bergonzi, cuyo quinto volumen está escrito en base a secuencias regulares o no de intervalos fijos, es decir, todo tipo de combinaciones de una 2° mayor, una 3° menor, una 3° mayor y una 4° justa, por ejemplo. Cuatro intervalos primero y luego analiza 3 y 5 intervalos. El prólogo del libro es una lista muy completa de aplicaciones en la formación de un músico, desde la lectura a vista, pasando por la entonación o la composición, la interpretación, etc. En lo referente a la interpretación, la utilidad de estas series de intervalos como ejercicios es la de desestructurar todos los moldes y simetrías que por "vicio" asociamos a nuestro instrumento y así tener la mente más abierta a las propias ideas.
Esto complica el estudio de la mecánica, porque si uno quiere estar preparado para todo tipo de ideas no tendrá más remedio que mecanizar miles de frases con todo tipo de intervalos, articulaciones y ritmos. La terea parece hercúlea pero Jerry Bergonzi advierte de las bondades de su método: Dedos preparados para toda idea musical. Muy fuerte, no?
Por eso soy de la opinión de que las "técnicas" de jazz y clásico son distintas. En el clásico cada obra plantea una dificultad. En el jazz cada tema las plantea todas y es el lenguaje de cada uno el que pone los límites y el que prepara sus dedos a la medida de cada uno.
Por cierto, Xagutxo. Qué libros de ejercicios usas? Tengo interés en resolver mis trabadedos. Más vale tarde que nunca.
Saludos,
Miguel López
HUmmm... empece con unos de improvisacion... llamados
"Improvisacion" de Emilio Molina...
Plantean una forma de trabajar curios jejeje...
El plantea un patron de ejemplo... y luego tu lo desarrollas al libre albedrio...
Para ponerlo en palabras...
Por ejemplo
Tocar en La Mayor.... solo el primer grado(La mayor) la mano izquierda primero por octavas en velocidad de blanca o redonda...
La mano derecha ira haciendo los acordes del primer grado a velocidad de negras... buscar todas las opciones posibles (la-do-mi/ Do.mi-la-/ mi-la-do/ mi-do-mi/ la-mi-la...) y moviendose por todo el teclado...
Da igual si fallas, el caso es no detenerse y estar un buen rato haciendo acordes de esta forma... ah... a una velocidad constante y luego ir incrementadola...
etc...
Los primeros patrones como en este caso pues son sencillitos... luego ya entra mas ritmica en mano izqu etc...
Se basa en aprender la mecanica de las escalas, y la preparacion de la unidad cerebro/mano para poder ejecutar diferentes cosas en poco tiempo...
De todas formas estoy en ello todavia, aunque aseguro que va muy bien (incluso para aquellos que estudien con partitura...)
Se me olvidaba... la editorial es Real Musical.
Tengo los 5 libros de Jerry Bergonzi, bueníiisimos, hay que ver cómo explica este tío y lo claritas que te deja las cosas. Estoy con el primero, las estruturas melódicas, y he echado un ojillo al resto, peroo, poco a poco. Los aconsejo a todo músico de música moderna, ya que como sabréis hay miles de libros pero siempre es interesante leerlos por los distintos puntos de vista, pero este Bergozi es muy bueno explicando (aunque estén en inglés y me cuesten un poquito), te ilustra con ejemplos y después de cada tema te pone "deberes".
También estoy de acuerdo con lo del Hannon para hacer dedos, pero eso sí, sin obsesionarse ni con los ejercicios ni con la idea de coger dedos. Creo que esto es un poco utópico, todos sabemos que para hacer super claras las escalas más rápidas de nuestros pianistas favoritos es algo casi imposible, es algo como de exhibición...
Además en la música moderna volvemos a lo que alguien a tratado antes, que desde mi punto de vista es más importante que un sólo esté construido (aunque sea improvisado) melódicamente correcto respecto a la armonía, y con la musicalidad apropiada a lo que queremos transmitir, que que sea un balbuceo de notas desequilibradas entre sí, queriendo hacer alarde de algo de lo que no somos capaces de hacer (en la mayoría de las casos, no en todos).
Con esto quiero decir (y me lo aplico) que todo llega y no debemos obsesionarnos en nuestra interpretación por no llegar a hacer garrapateas siempre y cuando sepamos sobre qué y qué estamos tocando.
Un saludo.
Sobre todo (y termino ya) hay algo en al que se ve que todos estamos de acuerdo...
MUSICALIDAD... no es lo mismo tocar tres notas que tocarlas dandoles el color justo a esas tres notas...