Algo tienes ganado con la embocadura (un poquito); pero has de estar dispuesto a seguir un método, no se ha descubierto otro sistema, y, por experiencia, te indico que la mejor manera es recibir clases en una academia o de un profesor particular; pero estando dispuesto a esforzarte.
Yo me compré una china baratita y conseguí tocar alguna cosilla (incluso hice el gamberro en directo en una ocasión).
Como en esa época estaba a otras cosas, la dejé y se la vendí a uno en una verbena.
Hay que estar dispuesto a esforzarse, con este instrumento bastante, no es de los generosos con el aprendiz, como la guitarra o el piano (al principio, pianistas)
Hay dos tipos de instrumentistas que admiro de una forma superlativa: los trompetistas y los violinistas. El violín y la trompeta son, a mi modo de ver, los instrumentos más cabrones que se han inventado. Cuando empecé con esto de la música, tuve en casa dos o tres semanas una trompeta prestada y la cambié por un clarinete (infinitamente más agradecido, lo llegue a tocar con cierta soltura). La trompeta es un puto hierro en la boca y el violín... suena a rayos cuando lo coges por primera vez. Parece mentira que tocado por un buen instrumentista pueda sonar tan bello. La de esfuerzo que tiene que suponer lograr eso.
En lo que concierne al hilo, completamente de acuerdo con Carmelo. No hay ningún instrumento en el que esté más indicado el acompañamiento de un buen profesor. En el caso del piano o incluso el saxo, puedes salir de la primera clase tocando alguna cosilla pero con la trompeta o el violín... eso es otro cantar (o tocar, mejor dicho).
Y cuidadito con la embocadura del clarinete, yo tuve un profesor de solfeo que era clarinetista, un señor ya mayor, qué músico más agudo y qué facilidad tenía para seguir melodías.