Bueno tirando a regular.


Bad Suite escribió:Acabo de leer "Las Montañas de la locura" de Lovecraft. Tan minucioso, frío y opresivo como la misma antártida en que transcurren los hechos. Como es habitual la sobreadjetivización y la peculiar narrativa del autor puede resultar un coñazo.
Alguien escribió:Entre 1909 y 1914 vivió en la cama, leyendo y escribiendo poesía gregoriana, pero siempre se arrepintió de no haber hecho algo con "la maldición de tener que ganarse la vida y aprender algún oficio: Hoy me abalanzaría sobre cualquier puesto regular en el que cobrase diez dólares a la semana", afirmaba.
Publicó su propio periódico, Conservative, de 1915 a 1923, y en él defendió al Ku-Klux Klan, criticó a la "inmigración degenerada" y tachó a los bolcheviques de "chusma rusa subhumana".
Tory, zarista, patricio, fascista, nacionalista, militarista y partidario de la oligarquía hasta los años 20 y a partir de los años 30, "una mezcla entre fascista y socialista antiguo no bolchevique"
Alguien escribió:En cualquier caso, lo que Houellebecq formula es que para crear esta literatura uno debe de estar provisto de un talento mayor y que, como dijo Martin Amis de Ballard, cuanto más lejos se arrojan las muletas de la verosimilitud, mayores deben ser los recursos de estilo y de ingenio.
Frente a una parte de la crítica que vio en el estilo de Lovecraft un regusto arcaico y una sintaxis pasada de moda, Houellebecq prefiere situarlo en lo que podríamos denominar su aristrocratismo. Esto es, su forma de desvincularse de las modernas tendencias y su forma de crear una reacción ante la degeneración social y cultural. Pero su estilo está más vivo de lo que parece, y bulle en él todo ese entramado mental, extraño y sugerente, de quien hace del estilo una proyección propia. La prosa de Lovecraft echa mano de todo, incluso de la certeza de que la utilización del vocabulario científico puede constituir un extraordinario estimulante de la imaginación poética, aunque sabe que la ciencia no era sólo la física sino también la lingöística. Resulta revelador en este sentido cómo se sirve de la ciencia para crear un estilo gélido, un estilo que describe la realidad con la frialdad de una disección.
Aquel hombre de carácter patológicamente reservado, sobreprotegido en su infancia, acosado por la locura que se llevó por delante a sus padres, practicante de un antierotismo que tenía que ver con su fracaso matrimonial, creador de ciudades de pesadilla que se inspiran en el Nueva York que conoció en 1925 cuando su mujer pierde el empleo y ve la otra cara del decorado (la ciudad moderna como una entidad macabra y onírica) es saludado por Houellebecq como el fundador de un mito.
El personaje de Lovecraft fascina aunque sólo sea porque, aun reconociendo en él una profunda aversión a la vida sólo comparable a su aversión por el dinero, la democracia o el progreso, se comportó siempre como un gentleman, educado y cortés.
Samba Lentín (adagio) escribió:esas atmósferas, ese olor transmitido (ayuda que te vaya noqueando a base de epítetos, y mira que los detesto), no tienen precio. Y los argumentos tan irreverentes y atrevidos (en buena medida, otro eco extremo del romanticismo).
El feo de los Calatrava escribió:Muchos de ellos ya se han podido explicar, pero algunos todavía siguen siendo un misterio. Entre ellos avistamientos de objetos voladores de forma triangular allá por el año de 1876.De ahí que este hombre hablara de seres venidos de otros mundos y tal.
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