Todavía hoy que no puedo creerme que falten estas dos personas.
Hace poco, en un hilo titulado "Infravalorados" (o similar), dí mi opinión sobre un grupo que, para mí, no ha tenido parangón en la música pop española. Se trata de "Los Locos", formación que me abrió los ojos a una forma de hacer música que hasta hoy, no he vuelto a ver.
"Los Locos" estaban formados por Jaime Belaústegui (batería, posteriormente sustituído por Félix Morales), Paco Martínez (guitarras y voces) y Carlos Redondo (bajo y voz). Este último fue uno de los fallecidos en el accidente.
Carlos Redondo tocaba el bajo increiblemente bien, con un gusto y una musicalidad fuera de lo común. Ahora bien, lo que verdaderamente era maravilloso, era como cantaba: tenía un registro amplísimo, una voz cálida como pocas y una versatilidad pasmosa (lo mismo cantaba bossa que rock, funky...)
"Los Locos" fueron (y son), mi grupo español favorito (¡y de parte del extranjero!). No ha habido ningún grupo desde entonces que me moviera a comprar ni uno sólo de sus discos. Tengo absolutamente toda su discografía (LP´s, Maxis, Singles, Cd´s, Cd singles, recopilatorios...) y siempre espero con ansia la próxima feria del disco para poder llevarme una sorpresa y encontrarme alguna joyita que no tengo (toda su discografía está descatalogada).
En fin, "Los Locos" fueron parte de mi adolescencia y juventud, y siento infinitamente la pérdida de uno de sus miembros. La noticia me sorprendió tocando en Lisboa y no pude evitar una lágrima. El viaje de vuelta (en coche), se me hizo especialmente penoso.
Respecto a Igor Medio (otro de los fallecidos), no conocía su música (tampoco la de Carlos Redondo en "Felpeyu", pues, sintiéndolo mucho, no trago el folk ni con azúcar), pero sí conocía su faceta como dibujante.
Este chico colaboraba con un diario asturiano ("La Nueva España") todos los veranos. Su colaboración consistía en una tira cómica costumbrista llamada "La Familia Castañón (xente llano, de Xixón)". Destilaban estas viñetas una fina ironía y socarronería asturiana. También me hice con el libro que, hace un año, se editó recopilando todas sus tiras.
Carlos estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Igor había sufrido la pérdida de su padre hace muy poco (entrañablemente reflejada en su tira).
Siento mucho el rollo, pero Carlos Redondo fue, y es, una de las personas por las que más admiración sentía (aún tocando otro tipo de música totalmente diferente al que yo hago).
Descansen en paz.
PD. Nunca de mejor aplicación la firma que acompaña mis posts.