Hola a todos. Creo que uno de los grandes problemas que ha tenido el proceso revolucionario en Cuba ha sido y continúa siendo hoy, y cada día con más diferencia, el juego de la doble moral.
En Cuba "tener" es sinónimo de "capitalismo" y por lo tanto "enemigo". La imposibilidad de hacer "fortuna" en Cuba es total, todo ciudadano común que "despunte" un poco en términos económicos, tiene los días contados. Esto llega a tal punto que el término “propiedad privada” adquiere en Cuba su mínima expresión. Llana y sencillamente no existe pues es un síntoma insipiente e inequívoco de "capitalismo". Pongo algunos ejemplos:
- Tu casa aparentemente es tuya (ya sea si la construiste o la permutaste, o la pagaste al estado), PERO, no la puedes vender, ni dejar en herencia, ni tener más de una, ni mantenerla si estás fuera del país por más de 11 meses.
- Si tu coche fue adquirido después del 1959 fue vendido por el "estado", así que es tuyo PERO, no lo puedes vender, ni alquilar, ni cambiar y también lo pierdes si estás más de 11 meses fuera del país.
- Más cerca de nuestro mundo puedo citar como ejemplo de “colmo” que hasta hace aproximadamente unos 15 años (antes del período especial, cuando llegaban instrumentos del campo socialista) a muchos músicos (de clase media) les asignaban o vendían instrumentos, los cuales en ocasiones, al irse de la orquesta (ya no del país), tenían que dejarlo aunque fuera un saxo (por ejemplo) lleno de "saliba incrustada".
Sin embargo, mientras estas medidas eran (y son) aplicadas a "rajatabla" para casi todo el país, y mientras varias generaciones de cubanos (hasta 4 en algunos casos) nacen y crecen en escasos 2 metros cuadrados de vivienda, "la clase influyente" puede permitirse "algunas cosillas" precisamente por ser los "bastiones de la revolución".
En el caso concreto de Silvio, portavoz y símbolo patriótico-musical de "la revolución por los humildes y para los humildes", residía con una de sus últimas mujeres por aquel entonces, en una casa (entre otras pues no nació allí, se los aseguro) construida especialmente a su medida en el "reparto Siboney" (para el que no conoce a Cuba es una reparto en unos de los mejores barrios de la Habana, destinado después del triunfo de la revolución a altos dirigentes, residencia de diplomáticos, embajadas etc) con piscina y un número “indeterminado” de habitaciones. En su jardín, la suave brisa mañanera, incrustaba el rocío en la pintura metalizada de un todo terreno Nissan (no recuerdo el modelo) que debe haber costado por aquel entonces muchísimo dinero. Además de estos “detallitos”, unos años después se dio el lujo de construir en coparticipación con el estado, unos de los estudios más importantes por aquel entonces (según decían) de América Latina (El Ojalá). Vamos, calderilla,
Como pueden apreciar, el rasero con que se miden las posibilidades en Cuba varían mucho de acuerdo con quien seas, y el problema de esta doble moral no radica en que Silvio (para mí, unos de los compositores de habla hispana más importante de todos los tiempos) tenga estas cosas (que en cualquier otro lugar del mundo fuera quizás poco para una figura como él), sino, que para Silvio (y muchos más que “ideológicamente” están probados, incluido Fidel of course) es permitido y para el resto del pueblo, “de ideología frágil” y vulnerables a padecer “diversionismo ideológico, es motivo sobrado de condena en cárcel.
Por eso cuando oigo a Silvio cantar que "la era está pariendo un corazón", automáticamente lo veo trasladándola al hospital en su Nissan, con el aire acondicionado accionado, claro, para que no sufra con el calor vespertino, y aguardándola en casa, a su vuelta de la clínica Cira García, un cuarto color rosa con vista al jardín y a la piscina, en su residencia en Siboney.
Va y hasta me hubiese gustado ser el corazón que parió la "Era"
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Sl2.