A decir verdad, la religión no es uno de los factores determinantes en la evolución de los países desarrollados en los últimos años. Ha sido la inversión en el sistema sanitario y la alimentación los que han alargado la esperanza de vida, y a partir de ahi, la industrialización la que ha elevado la renta per cápita.
En el fondo, el ser humano es bastante pragmático, y la planificación familiar se hace en función de las posibilidades que ofrece un país para crecer.