Hay que reconocer que el Sr. Espada sabe dar el rodeo necesario para criminalizar moralmente a quienes respiran agusto con el dictador(es) muerto(s).
Los que conocemos sus opiniones a diario no nos sorprendemos de esto. Aunque debería de tener el mismo rasero en otras ocasiones en que legitima otras "desapariciones".
Yo jamás provocaría la muerte de ninguna persona, pero no se me puede quitar el placer de alegrarme por la muerte de alguien tan detestable. Porque la vida humana sólo tiene valor para mí si produce algún tipo de bondad, no si se dedica a la muerte de los demás y a la autojustificación de los propios crímenes.
Soy contrario a la pena de muerte, pero no toda muerte me da pena.
estoy con briar al apuntar que ya sufrió una cierta condena en vida:entre su reclusión efectiva, las imputaciones judiciales, la infinidad de causas pendientes, el asqueo de la opinión internacional, el rechazo de buena parte de su pueblo... en fin, eso y la historia haran el resto.
y no puedo estar con soyuz: cuando muere un dictador (hussein, stalin, franco, castro, milosevic, pol pot...) el mundo civilizado debe celebrarlo. como mínimo, a partir de ese momento los derechos humanos estan mejor representados.
Yo tuve la desdicha de vivirlo muy de cerca, y sobre todo mi padre.