Cosas irrefutables, algunas se olvidan con la misma alegría que se olvida el Tratado de Maastricht, el escándalo del lino o el de Matesa (bueno este no, que no habíais nacido casi ninguno), ordenadas al azar, de forma caótica, para que cada uno las combine a su juicio, el que lo tenga, o a su antojo:
En inglaterra se venía pidiendo un referéndum desde hace varias legislaturas, bastantes y de todos los socios, junto con Dinamarca, eran los más euroescépticos y más insulares.
El florecimiento de la economía real y doméstica británica era relativo, ya lo he apuntado antes, las pensiones y muchos sueldos estaban congelados, así que nada de Frankfurt ens roba con sus medidas germánicas encubiertas (algo que el populismo de derechas ha agitado porque es un atavismo residente y porque es fácil de exponer, hasta cierto en alguna medida, esa idea/fobia triunfa en el sur también). No estaban en aquel horror de la época de la Teacher con parados mirando de reojo entre calles plomizas sin esperanza; pero tampoco mucho mejor. Gran parte del crecimiento ha sido sólo en la City (ni siquiera en Londres), normal que esos no se aventuren y quieran seguir como estaban.
El motivo del referéndum ha sido un suicidio que puede que tenga marcha atrás antes de lo esperado, una decisión arriesgada y torticera (electoral; pero torticera) de Cameron.
El miedo a lo foráneo y a la inmigración existe, como existe en toda Europa occidental hasta los Urales,, que esto no es sólo de la inmaculada cúpula fundadora del tratado de Bruselas, en los países del este, no hablemos de Checo-Eslovaquia, Hungría o Polonia (o la antigua y ejemplar Alemania del este) en Bulgaria o, incluso en la llena de mestizaje (hubiera abreviado con mestiza; pero sois muy sensibles) Rumanía, o en Montenegro o en la conspicua Albania, están que trinan, mira con las migraciones de refugiados que les vienen de Oriente, ellos que las tienen más cerca, o en los países bálticos, toda Europa quiere seguir recibiendo del estado, toda quiere tener un Volkswagen y toda una casita en el campo, no les pidas a los nuevos integrante de la clase media (obreros incultos venidos a las ciudades) grandes dosis de ¿empatía cosmogónica?.,
Inglaterra es un país en el que conviven la Reina Madre, La caza del Zorro, El Big Ben, Los continuadores de los beatles o Queen (alguno sabrá de esto, que de Brit pop guitarrero no se), con los condados rurales, la morcilla con huevos revueltos y los recuerdos de un familiar ya casi olvidado abatido en la batalla de Inglaterra o en alguna rebelión en Palestina o la India, el miedo no lo tienen particularmente contra los españoles (el miedo a la Armada se ha olvidado como se ha olvidado cualquier coordenada histórica en cualquier parte salvo en Cataluña, nos ven con envidia porque creen que aquí se enseña a jugar al fútbol antes que a escribir y las chicas creen que los españoles tenemos un cipote dadivoso e inacabable), los tienen contra africanos o asiáticos que son más morenos o llevan turbante, por más décadas de té con pastas, que no es lo mismo tener ciudades enteras con hindús que traerlo y descargarlo.
Y es que se nos olvida que Inglaterra ha levantado cabeza haciendo otra vez lo que ha hecho siempre: comercio con ventajas (incluso peor: a lo Drake) y que, pese al provecho obtenido, la carga capìtalina de una comunidad tampoco mucho menos perdedora que la hispana, ni en todos los casos más aseada, les cae a esa ciudadanía de la Britania profunda, no sólo a esas viejitas con gafas que alquilan habitaciones; a gente que ha perdido el trabajo en la periferia de Manchester, a cuyo equipo han derrotado varios equipos españoles en la champions. No hay una situación global de abundancia
Normal que triunfen los populismos, sobre todo ahora, los de derecha-nacionalistas.
Inglaterra, además de la adalid del librecambismo más tradicional (y del más futurista), es una aliada de EEUU; más leal a sus hijos del mayflower que esta Europa que a penas tiene un parlamento en Bruselas y carece de ejército común o de verdadero fuste, no ha calado, esto se evidenciaba en las encuestas, la chavalería (que deber ser tonta en todos lados) no sabe en una proporción alarmante que es la UE de la que han votado desprenderse. El Tratado de Libre Comercio (por favor last System, ya sabemos tu opinión y los de algunos de tus recientes valedores) tiene en Inglaterra un pilar y una avanzadilla bastante leal.
Europa no lo hace bien, los ajustes, el sesgo alemán, la corrupción, otros países de una genética escasamente europea (menos que España pese
nuestros complejos seculares) que se quieren ir, aventuras y corrupción en el sur, incluso en la Roma y la Atenas clásica.
Los Bancos son débiles, aquí en España y en toda Europa, parece que estamos agotando formalmente lo que, en sustancia ya no existe, no el capital, menos el capitalismo; erl trabajo y la ocupación.
¿A alguien le preocupa lo que pase aquí mañana?