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No digo que haya que doblegarse contra el poder, sino contra uno mismo. Llegará un momento en el que nos demos cuenta de lo que somos y de lo que nunca seremos. Yo durante muchos años me dejé los huevos en el trabajo intentando conseguir algo muy concreto. Llegué a meterme la friolera de 300€ por bolo pero llegó un momento en el que me di cuenta de que jamás llegaría a donde quería llegar. ¿Qué hice? Tirar la toalla. No merecía la pena seguir luchando. Ahora vivo tranquilo sabiendo lo que soy y lo que nunca seré. Trabajo por mi cuenta, sigo disfrutando y no tengo que meterme en ningún ring para luchar contra gigantes. Ahora solo peleo contra mí mismo y siempre gano.
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Bueno, yo es que hago trampas.
Yo a éste ni lo veo ni lo leo...por principio.
Ya puede decir música celestial, se la oigo a cualquiera antes, este tío, el día que se mofó de Borges, está sentenciado conmigo, aparte de las mierdas bienpensantes y calculamente atrevidas que escribe para amas de casa en el suplemento semanal de los periódicos de provincias (o escribía), es un baboso gafotas pasado a aventurero de pacotilla y un pedorro.