Hola, hispasónicos. Antes de comenzar el hilo me gustaría aclarar que no soy el tipico rockerillo de 15 años que dice "antes había buena música como acdc y gansan rouses, ahora es todo comercial y justin bieber". Creo que no voy a decir nada que no se haya dicho ya, pero este es mi hilo y hablo de lo que me da la gana.
En primer lugar, el término música comercial. Este término es incorrecto porque toda música que se venda ya es comercial, incluso el jazz y la música clásica. Emplearé en su lugar el término "música pop", refiriéndome con ello a la música más vendida por las grandes discográficas multinacionales y masivamente conocida, entrando en esta clasificación gran parte del rock y de la música electrónica, no solamente el pop como género.
Todo este artículo se basará en mi opinión de que la industria musical ha girado hacia un comportamiento cada vez más industrial: abaratar costes y maximizar el beneficio. Con esto no quiero decir que en épocas pasadas esto no ocurriera, lo que digo es que han cambiado los métodos para ello, acercándola más al modus operandi de la industria convencional que al de la distribución de música.
Antiguamente, el funcionamiento de la industria era más sencillo. Tú ofrecías tu música, si eras malo eras rechazado, y si eras bueno firmabas un contrato. La cosa era muy simple: buscar canciones buenas, puesto que, lógicamente, serán las que más se vendan. En la actualidad es algo radicalmente distinto: el éxito potencial de una canción es considerado mediante estudios sociológicos y psicológicos, y una vez hecho, diseñar la canción a la medida de estos parámetros. Esto ha dado lugar a un fenómeno que ya fue discutido en este foro: la música pop es cada vez más homogénea. Existen unos patrones de acordes que por razones u otras "venden" más, y por ello todas las producciones se ceñirán a esa progresión. El abandono del criterio bueno-malo ha causado esta avalancha de canciones literalmente iguales, prefabricadas y con un estudio de mercado detrás. Algo distinto ocurría en décadas pasadas, en la que el artista componía libremente, con la condición de que la música fuera interesante.
Y ahora llegamos a lo que para mí es lo más importante y destacado: el abaratamiento de costes. Fijaos en esto:
Este tipo de bandas y de música eran normales dentro del mainstream, y lograban decenas de discos de oro y de platino. No obstante, pensar que en la actualidad pueda ocurrir es absurdo. ¿Qué ha pasado? ¿Ha disminuido el criterio musical de la población? No, simplemente la industria los ha dejado de lado, en primer lugar por querer apostar por lo seguro (párrafo de arriba) y porque, simplemente, busca cosas más baratas.
Si hay un factor común en la música pop actual es el sintetizador. Los instrumentos convencionales no han sido abandonados, pero su peso ha caído. Uno puede correctamente pensar que es porque da un toque más moderno o porque la mayoría de esta música es bailable, pero realmente se debe a motivos económicos. Un secuenciador te da tomas a la primera, no necesita ensayar, no hay que pagarle, y trabaja las 24 horas del día. De este modo, el sintetizador ha pasado de ser un revolucionario instrumento que permitía conseguir sonidos imposibles a una forma de producir música como churros y a bajo coste. Lo mismo ocurre con el famoso autotune: permite un menor número de tomas y, además, hacer musicalmente rentable a una persona que se ha elegido principalmente por su imagen.
Como véis, mi crítica no es hacia la comercialidad de la música, sino a la calidad de esta. Gran cantidad de música comercial (incluido el rock, que para muchos es el estandarte del arte por el arte y frente a música hecha para vender) es de una calidad excelente, de la que son parte los clásicos de toda la vida. El problema es la mediocrización que sufre la música pop más reciente, todo con afán de abaratar costes, porque, como hemos visto antes en el vídeo, el rock progresivo más elaborado puede ser también un éxito de ventas. En definitiva, se ha pasado de hacer canciones buenas para venderlas, a pensar primero qué es lo que vas a vender.
Viva el mal, viva el capital.
En primer lugar, el término música comercial. Este término es incorrecto porque toda música que se venda ya es comercial, incluso el jazz y la música clásica. Emplearé en su lugar el término "música pop", refiriéndome con ello a la música más vendida por las grandes discográficas multinacionales y masivamente conocida, entrando en esta clasificación gran parte del rock y de la música electrónica, no solamente el pop como género.
Todo este artículo se basará en mi opinión de que la industria musical ha girado hacia un comportamiento cada vez más industrial: abaratar costes y maximizar el beneficio. Con esto no quiero decir que en épocas pasadas esto no ocurriera, lo que digo es que han cambiado los métodos para ello, acercándola más al modus operandi de la industria convencional que al de la distribución de música.
Antiguamente, el funcionamiento de la industria era más sencillo. Tú ofrecías tu música, si eras malo eras rechazado, y si eras bueno firmabas un contrato. La cosa era muy simple: buscar canciones buenas, puesto que, lógicamente, serán las que más se vendan. En la actualidad es algo radicalmente distinto: el éxito potencial de una canción es considerado mediante estudios sociológicos y psicológicos, y una vez hecho, diseñar la canción a la medida de estos parámetros. Esto ha dado lugar a un fenómeno que ya fue discutido en este foro: la música pop es cada vez más homogénea. Existen unos patrones de acordes que por razones u otras "venden" más, y por ello todas las producciones se ceñirán a esa progresión. El abandono del criterio bueno-malo ha causado esta avalancha de canciones literalmente iguales, prefabricadas y con un estudio de mercado detrás. Algo distinto ocurría en décadas pasadas, en la que el artista componía libremente, con la condición de que la música fuera interesante.
Y ahora llegamos a lo que para mí es lo más importante y destacado: el abaratamiento de costes. Fijaos en esto:
Este tipo de bandas y de música eran normales dentro del mainstream, y lograban decenas de discos de oro y de platino. No obstante, pensar que en la actualidad pueda ocurrir es absurdo. ¿Qué ha pasado? ¿Ha disminuido el criterio musical de la población? No, simplemente la industria los ha dejado de lado, en primer lugar por querer apostar por lo seguro (párrafo de arriba) y porque, simplemente, busca cosas más baratas.
Si hay un factor común en la música pop actual es el sintetizador. Los instrumentos convencionales no han sido abandonados, pero su peso ha caído. Uno puede correctamente pensar que es porque da un toque más moderno o porque la mayoría de esta música es bailable, pero realmente se debe a motivos económicos. Un secuenciador te da tomas a la primera, no necesita ensayar, no hay que pagarle, y trabaja las 24 horas del día. De este modo, el sintetizador ha pasado de ser un revolucionario instrumento que permitía conseguir sonidos imposibles a una forma de producir música como churros y a bajo coste. Lo mismo ocurre con el famoso autotune: permite un menor número de tomas y, además, hacer musicalmente rentable a una persona que se ha elegido principalmente por su imagen.
Como véis, mi crítica no es hacia la comercialidad de la música, sino a la calidad de esta. Gran cantidad de música comercial (incluido el rock, que para muchos es el estandarte del arte por el arte y frente a música hecha para vender) es de una calidad excelente, de la que son parte los clásicos de toda la vida. El problema es la mediocrización que sufre la música pop más reciente, todo con afán de abaratar costes, porque, como hemos visto antes en el vídeo, el rock progresivo más elaborado puede ser también un éxito de ventas. En definitiva, se ha pasado de hacer canciones buenas para venderlas, a pensar primero qué es lo que vas a vender.
Viva el mal, viva el capital.