Respecto a la época en que el rock se emparejó o se disfrazó de música retórica o culta, siendo muy aficionado a estos experimentos en los años en que se produjeron, incluso en aquellos momentos y siendo moderadamente seguidor de esos grupos musicales, había en mí una actitud de cierta insatisfacción, de cierta percepción de engaño, de exceso de grandilocuencia que a menudo producía ripio en vez de rima, de exceso de lo rimbombante y efectista, de recurso pastiche no siempre justificado y de frecuentes topoi traidos por los pelos sin estar siempre justificados o constituir obra en un sentido estricto. Pero, en todo eso, en los grupos que más me atraían hubo y hay obra, canciones, Yes continúan con su entretejido de guitarras infagigable (cuando está Howe), o en Génesis, ese bodevil casi de cabaret inglés, de opereta que recibía mucho antes la música de concierto, o de sala de concierto con la actitud del borracho portuario y no con la de un estudiante alemán de piano que se hubiera ido de putas, el sentimiento Pop de la existencia
britt y también bastsnte astracanada.
Observo que algunos jóvenes, mi hija pequeña sin ir más lejos, lleva en su iPod toda la duscografía de éstos.
King Crimson, algo que ver con la escuela de Canterbury o con un folk con cuerdas pasado por lo progresivo y los sonidos eléctricos medio experimentales, medio rock dinosaurio; pero de sinfónicos, en cuanto a concebir movimientos o partes como en el sinfonismo, poco.
Eclectismo (algo tan del XIX inglés y pastiche); pero sinfonías...
Igual que mi hija me cansé de escuchar rock machacón y mi cabeza pedía densidad y elaboración, sofisticación en suma, salirse de lo demasiado directo y machuno; pero hubo grandes resultados y también bastante truño.
Cómo tantos, seguí buscando y nos dimos de cara con el jazz rock y en seguida con los grandes compositores del jazz y el jazz de los 50 y 60. No es que lo considere de rango superior, así por la cara; pero qué casualidad que los que, mientras íbamos adquiriendo algunas nociones de armonía y mejorando nuestro vocabulario musical, preferimos quedarnos en este estilo como punto de llegada, en el que podía convivir el vigor y la sofisticación, una evolución hacia lo elaborado y lo denso.
Yo, no obstante, sigo escuchando estas bandas del rock sinfónico o del AOR. y hay muchas cosas que me parecen grandes obras, es que Gabriel, Bsnks, Hackett, Howe y compañía eran muy buenos, por eso, como poco, si no sinfonías o poemas sinfónicos, sí hubo canciones, algunas largas y enrevesadas con bien de cambios; pero buenas canciones y discos, el ajusticiamuento público y mediático en lo que confluyen el escarnio y la muerte de los grupos del llamado rock dinosaurio (vid:
https://m.imdb.com/title/tt1356407/, Britannia rock movie)
El punk mató a esas bandas, yo dejé de tocar la guitarra y los escenarios, comprendí que el público era capaz de lo peor, bueno, ya los veía venir, panda de borregos, y eso que todavía me faltaba por asistir al entierro de la escucha, del disco como obra y de ir a escuchar a un grupo que hacía música.
Siempre nos quedan las salas de concierto, aunque yo rodeado de tanta gente y sin poderme mover...