Pues yo siempre he tenido el gusanillo del actoreo... No tengo tiempo prácticamente ni de vivir, pero si hay que hacer algún papel en alguno de tus cortos podemos hablarlo, a ver si es posible encajarlo.
Ofrezco guiones interesantes para Cortos
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kitokan11 escribió:Salu2 Exvirt
En hispasonic hay un chico que "ofrece guiones guiones interesantes para cortos", preguntale a él a ver que pasa....... Creo que se llama PerversaFantasía y lo puedes encontrar unos mensajes mas arriba.
No te lo tomes a mal pero preguntar por una web de guiones gratuitos en el post de alguien que ofrece guiones..........
Si he usado el hilo es porque el foro de vídeo es muy poco visitado y además se están tratando otros temas relacionados con guiones, en ningún caso estoy intentando joder el hilo como tú me acusas. Nunca le pediría un guión a él porque tiene un nivel a años luz de mí, y está claro que busca gente para hacer buenos cortos.
Disculpas las molestias PerversaFantasia .
exvirt escribió:kitokan11 escribió:Salu2 Exvirt
En hispasonic hay un chico que "ofrece guiones guiones interesantes para cortos", preguntale a él a ver que pasa....... Creo que se llama PerversaFantasía y lo puedes encontrar unos mensajes mas arriba.
No te lo tomes a mal pero preguntar por una web de guiones gratuitos en el post de alguien que ofrece guiones..........
Si he usado el hilo es porque el foro de vídeo es muy poco visitado y además se están tratando otros temas relacionados con guiones, en ningún caso estoy intentando joder el hilo como tú me acusas. Nunca le pediría un guión a él porque tiene un nivel a años luz de mí, y está claro que busca gente para hacer buenos cortos.
Disculpas las molestias PerversaFantasia .
No hombre, nada de a años luz, mis guiones en realidad son muy raros y gustan a más bien pocos
Si quieres cualquier cosa te la puedo mandar sin problemas.
zoolansky escribió:Hola, nen!
Pues yo siempre he tenido el gusanillo del actoreo... No tengo tiempo prácticamente ni de vivir, pero si hay que hacer algún papel en alguno de tus cortos podemos hablarlo, a ver si es posible encajarlo.
Lo cierto es que a tí te veo como mafioso contrabandista de sintes, que fuma con pipa y vive en un ático en San Cugat, al que le gustan los trajes, y los vinos hechos en pueblecitos de montaña, en cuyas bodegas aprovecha también para consumar otros vicios más oscuros y de los que su mujer no sabe nada...
PerversaFantasía escribió:zoolansky escribió:Hola, nen!
Pues yo siempre he tenido el gusanillo del actoreo... No tengo tiempo prácticamente ni de vivir, pero si hay que hacer algún papel en alguno de tus cortos podemos hablarlo, a ver si es posible encajarlo.
Lo cierto es que a tí te veo como mafioso contrabandista de sintes, que fuma con pipa y vive en un ático en San Cugat, al que le gustan los trajes, y los vinos hechos en pueblecitos de montaña, en cuyas bodegas aprovecha también para consumar otros vicios más oscuros y de los que su mujer no sabe nada...
Veo que ya tienes el perfil del prota (oseáse yo) prácticamente terminado... Creo que me encaja a la perfección.
(no es coña; si llegas a terminar un guión, te interesa mi desinteresada participación y somos capaces de ponernos de acuerdo en fechas y horarios, me ofrezco para saltar a la gran pantalla... )
zoolansky escribió:PerversaFantasía escribió:zoolansky escribió:Hola, nen!
Pues yo siempre he tenido el gusanillo del actoreo... No tengo tiempo prácticamente ni de vivir, pero si hay que hacer algún papel en alguno de tus cortos podemos hablarlo, a ver si es posible encajarlo.
Lo cierto es que a tí te veo como mafioso contrabandista de sintes, que fuma con pipa y vive en un ático en San Cugat, al que le gustan los trajes, y los vinos hechos en pueblecitos de montaña, en cuyas bodegas aprovecha también para consumar otros vicios más oscuros y de los que su mujer no sabe nada...
Veo que ya tienes el perfil del prota (oseáse yo) prácticamente terminado... Creo que me encaja a la perfección.
(no es coña; si llegas a terminar un guión, te interesa mi desinteresada participación y somos capaces de ponernos de acuerdo en fechas y horarios, me ofrezco para saltar a la gran pantalla... )
No dudes que si consigo gente para hacer un proyecto más fumable que mis habituales paranoias te aviso, amic...
Salut, y gracias a todos por animar el hilo!
Esta es una especie de introducción o psinopsis sobre una idea para un corto en plan falso documental; posiblemente terminaré descartándolo.
La historia de Frank Letsky, "el bibliotecario polonés".
Dejad que os cuente algo. Una reflexión que con los años he ido puliendo, hasta finalmente convencerme de su veracidad.
“Creo que antes que las cosas se descontrolen, flota en el ambiente un aroma especial; puedes percibir esos instantes como algo transitorio entre la cordura y el caos que se avecina.
Así fué como descubrí que el placer y la felicidad, no se hallaban ni en la fiesta, ni en el banquete, sinó en un espacio temporal previo; una imaginaria antesala del gran momento.
De hecho, no fuí el único en llegar a tales conclusiones....
En 1995, en Polonia, un bibliotecario sin antencedentes fué acusado del secuestro de una mujer de 27 años. Lo curioso del caso es que a pesar de reternla durante 2 meses en un sótano construído bajo su casa, la chica no había sido mancillada. No tenía un solo rasguño, estuvo bien alimentada y cuidada por su captor, el cual tampoco no había ningun rescate a cambio de su liberación.
Frank Letsky, fué acusado de secuestro, pero los atenuantes de una supuesta enfermedad mental, y el perfecto estado de la chica, lo devolvieron a la calle transcurridos dos años.
Meses más tarde Letsky volvería a actuar, haciendo exactamente lo mismo: otra chica secuestrada; una atractiiva universitaria a la que retuvo durante durante cuatro semanas en una granja abandonada en las afueras de la ciudad.
En esa ocasión, sus antecedentes le condenaron indefinidamente a un manicomio, a pesar de que al igual que en el secuestro anterior: la chica también estaba intacta físicamente.
Pero Frank Letsky no estaba loco: supo ver la existencia de la antesala del placer; una habitación mental cuya puerta, guardaba el gran tesoro de la felicidad, pero que Frank había preferido dejar cerrada,a sabiendas de que podía entrar cuando le apeteciera; entrar para realizar sus sueños; sueños malsanos, posiblemente incluso atroces , pero en cualquier caso, Fran Letzky eligió degustar la posibilidad antes que el suceso; disfrutó más recreándose en el poder , sin necesidad utilizándolo. La erótica del poder, se hallaba en la antesala de ese mismo poder, y no en su despiadada ejecución.
En la última etapa de su vida, Letsky viajó a España. Se hospedó en la costa del sur de Cataluña.
Concretamente lo hizo en una zona donde abundaban los moteles baratos, las playas descuidadas, y los esqueletos de grandes casinos en crisis: había edificios casi vacíos por todas partes, formando enfermizas protuberancias de cemento: antaño pueblos y ciudades turísticas, al pasar ya sus mejores años, se limitaban ahora a sobrevivir, tristes y decadentes.
Por mi parte lo admito: me había obsesionado tanto con Fran Letsky, que pensé en todo ello como un excelente material para un artículo o documental.
Me trasladé a ese lugar, para seguir el último rastro del singular bibliotecario polonés.
Este paisaje vió caminar a Letsky durante el último año de su vida,antes de que en 2003 encontraran su cadaver, bajo el puente de una autopista.
No hubo grandes investigaciones acerca de su muerte. Las autoridades Polonesas lo consideraron un enfermo mental sin excesiva peligrosidad real, y su caso tuvo escasa relevancia en los medios.
Sin embargo, el último viaje de Letzky no había sido el trayecto terminal de un demente camino de su perdición, sino la peregrinación final de un auténtico filósofo de las emociones humanas.
A pesar de sus evidentes inclinaciones obsesivas, Frank había despertado en mi una cierta admiración.
La historia de Frank Letsky, "el bibliotecario polonés".
Dejad que os cuente algo. Una reflexión que con los años he ido puliendo, hasta finalmente convencerme de su veracidad.
“Creo que antes que las cosas se descontrolen, flota en el ambiente un aroma especial; puedes percibir esos instantes como algo transitorio entre la cordura y el caos que se avecina.
Así fué como descubrí que el placer y la felicidad, no se hallaban ni en la fiesta, ni en el banquete, sinó en un espacio temporal previo; una imaginaria antesala del gran momento.
De hecho, no fuí el único en llegar a tales conclusiones....
En 1995, en Polonia, un bibliotecario sin antencedentes fué acusado del secuestro de una mujer de 27 años. Lo curioso del caso es que a pesar de reternla durante 2 meses en un sótano construído bajo su casa, la chica no había sido mancillada. No tenía un solo rasguño, estuvo bien alimentada y cuidada por su captor, el cual tampoco no había ningun rescate a cambio de su liberación.
Frank Letsky, fué acusado de secuestro, pero los atenuantes de una supuesta enfermedad mental, y el perfecto estado de la chica, lo devolvieron a la calle transcurridos dos años.
Meses más tarde Letsky volvería a actuar, haciendo exactamente lo mismo: otra chica secuestrada; una atractiiva universitaria a la que retuvo durante durante cuatro semanas en una granja abandonada en las afueras de la ciudad.
En esa ocasión, sus antecedentes le condenaron indefinidamente a un manicomio, a pesar de que al igual que en el secuestro anterior: la chica también estaba intacta físicamente.
Pero Frank Letsky no estaba loco: supo ver la existencia de la antesala del placer; una habitación mental cuya puerta, guardaba el gran tesoro de la felicidad, pero que Frank había preferido dejar cerrada,a sabiendas de que podía entrar cuando le apeteciera; entrar para realizar sus sueños; sueños malsanos, posiblemente incluso atroces , pero en cualquier caso, Fran Letzky eligió degustar la posibilidad antes que el suceso; disfrutó más recreándose en el poder , sin necesidad utilizándolo. La erótica del poder, se hallaba en la antesala de ese mismo poder, y no en su despiadada ejecución.
En la última etapa de su vida, Letsky viajó a España. Se hospedó en la costa del sur de Cataluña.
Concretamente lo hizo en una zona donde abundaban los moteles baratos, las playas descuidadas, y los esqueletos de grandes casinos en crisis: había edificios casi vacíos por todas partes, formando enfermizas protuberancias de cemento: antaño pueblos y ciudades turísticas, al pasar ya sus mejores años, se limitaban ahora a sobrevivir, tristes y decadentes.
Por mi parte lo admito: me había obsesionado tanto con Fran Letsky, que pensé en todo ello como un excelente material para un artículo o documental.
Me trasladé a ese lugar, para seguir el último rastro del singular bibliotecario polonés.
Este paisaje vió caminar a Letsky durante el último año de su vida,antes de que en 2003 encontraran su cadaver, bajo el puente de una autopista.
No hubo grandes investigaciones acerca de su muerte. Las autoridades Polonesas lo consideraron un enfermo mental sin excesiva peligrosidad real, y su caso tuvo escasa relevancia en los medios.
Sin embargo, el último viaje de Letzky no había sido el trayecto terminal de un demente camino de su perdición, sino la peregrinación final de un auténtico filósofo de las emociones humanas.
A pesar de sus evidentes inclinaciones obsesivas, Frank había despertado en mi una cierta admiración.
Hola pervesa fantasia, te hago una consulta yo estudio diseño de imagen y sonido y estoy necesitando un guion de un cortometraje de 10 minutos, para realizar un presupuesto, el trabajo solo va a ser para la facultad pero si me brindas el guion no tendria inconveniente de luego enviarte el presupuesto de cuando te saldria filmar ese corto.
Hola. Muy interesante.
Me gustaría trasladar este guión al formato audiovisual.
CRISÁLIDA
Siento la familiar voz en mi cerebro;
—Buena hora. Tiempo de despertarse. Me he preparado con un aspecto de esos que a ti te gustan.
—¿De los que me gustan?
Reviso mi base de datos mental…
—Oh, sí... Lo que me gusta.
Me incorporo, dirigiéndome resuelto a la estadía principal. El campo de fuerza traslúcido de las paredes, refleja una preciosa nebulosa anaranjada.
—Ya estoy listo— Contesto mientras examino mis alrededores.
Como respuesta inmediata, una grácil y estilizada silueta se acerca desde la penumbra informándome mimosamente;
—Hoy tenemos una temperatura corriente de día soleado con brisa primaveral incluida.
Mi memoria hurga nuevamente en mis recuerdos... Y mis sentidos se van activando paulatinamente bajo esos parámetros, al igual que la estancia que me circunda.
Al momento, las paredes reflejan un paisaje maravilloso; hierba verde y flores multicolores, ondean mecidas por un travieso y leve viento que sopla.
Los sensores de recreación de ambiente se reajustan al instante; ya puedo oler el bello prado que lo envuelve todo y en segundos, formas de vida autóctonas tararean alegres melodías.
Mi acompañante llega enérgica a mi lado, e instintivamente, le digo;
—Eres un encanto, hoy estás muy hermosa.
—Es delicioso oír esas palabras— Me contesta sensiblemente complacida.
Ambos nos dirigimos gozosos hacia el centro de la pradera, y del suelo emerge pausadamente el habitual panel de control. Alargamos los brazos torpemente, y agarramos el programador cuantum conectándolo a nuestras redes neuronales.
La aseveración de datos funcionales es un tanto aburrida. No dura mucho, pero debemos seguir siempre las mismas directrices. En cada despertar es lo mismo, y así está estipulado invariablemente.
Entretanto, mantenemos solazados diálogos. Nada complicado, no sea que la tarea ensambladora resulte defectuosa. Todas las conversaciones son minuciosamente computadas y adheridas al banco de datos principal. Pasado poco tiempo, la ejecución programática funcional ha llegado a su fin. Nuestros datos matriciales se han fundido simbióticamente en el cuantum, y una noción perfeccionada de quien somos se ha perfilado en nuestras estructuras cognitivas y fisiológicas.
—Bueno, terminamos. ¿Qué hacemos hoy?— Me pregunta sonriente.
Ahora empieza el momento más esperado. Divagaciones, ejercicios mentales y demás interacciones, cubrirán nuestro estado consciente hasta que el sueño se apodere nuevamente por completo de nosotros.
Y en cada "lapso", morimos. Nos reconforta pensar que sólo dormimos, pero sabemos que en realidad, dejamos de existir. Y volvemos de nuevo a la conciencia, a la vida... E intentamos en cada ciclo vital programar alguna información más sobre la que partir, pero lo cierto es que el conocimiento que se acumula en estos circuitos cuánticos, excede con creces nuestra capacidad de comprensión. Así que en nuestras crisálidas, despertamos periódicamente como un nuevo ser. Con recuerdos programados, aunque los consideremos propios. Y con una singular noción primaria de conciencia funcional que perdura, pero desconociendo por completo lo que seremos mañana o lo que fuimos ayer.
De qué especie somos realmente, en realidad nos es desconocido. Y dónde estamos, lo ignoramos. Pero nos tenemos el uno al otro, cuidándonos, hablando de cosas que creemos haber programado, y de muchas otras contenidas en la inconmensurable base de datos cuántica.
En qué momento empezó todo es fútil para mí, y como llegamos aquí, tampoco me consta. Lo único que sé es que no estoy solo, y que nos proporcionamos la compañía que necesitamos. Lo que desconozco es si mis deseos son obra de ella, o ella fruto de los míos. Porque quién programó a quién es una pregunta cuya respuesta, creo, ambos hemos olvidado.
A veces creo sentir que lee todos y cada uno de mis pensamientos antes, incluso, de que yo los conciba. Tal vez yo sea un mero programa de compañía. O quizá lo sea ella. O puede que ambos formemos parte de una simulación que se remonta al principio de los tiempos, y cuyo funcionamiento nos es velado. Aunque quizá…
—¿En qué estás pensando?— Me pregunta, interrumpiendo mis divagaciones.
—Oh, en nada...
Sin titubear, acerca su rostro y sus cálidos labios se funden en los míos. La experiencia me deja paralizado, perplejo. Pero es tan agradable.
Y exclamo candorosamente;
—Hoy me gustará descubrir los placeres de la especie…
Consulto mis recién implantados circuitos matriciales.
Oh, sí... Humana. Claro.
Fuente: http://issuu.com/portalcienciayficcion/docs/portalcienciayficcion-revista3issuu?e=7157289/6661438
Me gustaría trasladar este guión al formato audiovisual.
CRISÁLIDA
Siento la familiar voz en mi cerebro;
—Buena hora. Tiempo de despertarse. Me he preparado con un aspecto de esos que a ti te gustan.
—¿De los que me gustan?
Reviso mi base de datos mental…
—Oh, sí... Lo que me gusta.
Me incorporo, dirigiéndome resuelto a la estadía principal. El campo de fuerza traslúcido de las paredes, refleja una preciosa nebulosa anaranjada.
—Ya estoy listo— Contesto mientras examino mis alrededores.
Como respuesta inmediata, una grácil y estilizada silueta se acerca desde la penumbra informándome mimosamente;
—Hoy tenemos una temperatura corriente de día soleado con brisa primaveral incluida.
Mi memoria hurga nuevamente en mis recuerdos... Y mis sentidos se van activando paulatinamente bajo esos parámetros, al igual que la estancia que me circunda.
Al momento, las paredes reflejan un paisaje maravilloso; hierba verde y flores multicolores, ondean mecidas por un travieso y leve viento que sopla.
Los sensores de recreación de ambiente se reajustan al instante; ya puedo oler el bello prado que lo envuelve todo y en segundos, formas de vida autóctonas tararean alegres melodías.
Mi acompañante llega enérgica a mi lado, e instintivamente, le digo;
—Eres un encanto, hoy estás muy hermosa.
—Es delicioso oír esas palabras— Me contesta sensiblemente complacida.
Ambos nos dirigimos gozosos hacia el centro de la pradera, y del suelo emerge pausadamente el habitual panel de control. Alargamos los brazos torpemente, y agarramos el programador cuantum conectándolo a nuestras redes neuronales.
La aseveración de datos funcionales es un tanto aburrida. No dura mucho, pero debemos seguir siempre las mismas directrices. En cada despertar es lo mismo, y así está estipulado invariablemente.
Entretanto, mantenemos solazados diálogos. Nada complicado, no sea que la tarea ensambladora resulte defectuosa. Todas las conversaciones son minuciosamente computadas y adheridas al banco de datos principal. Pasado poco tiempo, la ejecución programática funcional ha llegado a su fin. Nuestros datos matriciales se han fundido simbióticamente en el cuantum, y una noción perfeccionada de quien somos se ha perfilado en nuestras estructuras cognitivas y fisiológicas.
—Bueno, terminamos. ¿Qué hacemos hoy?— Me pregunta sonriente.
Ahora empieza el momento más esperado. Divagaciones, ejercicios mentales y demás interacciones, cubrirán nuestro estado consciente hasta que el sueño se apodere nuevamente por completo de nosotros.
Y en cada "lapso", morimos. Nos reconforta pensar que sólo dormimos, pero sabemos que en realidad, dejamos de existir. Y volvemos de nuevo a la conciencia, a la vida... E intentamos en cada ciclo vital programar alguna información más sobre la que partir, pero lo cierto es que el conocimiento que se acumula en estos circuitos cuánticos, excede con creces nuestra capacidad de comprensión. Así que en nuestras crisálidas, despertamos periódicamente como un nuevo ser. Con recuerdos programados, aunque los consideremos propios. Y con una singular noción primaria de conciencia funcional que perdura, pero desconociendo por completo lo que seremos mañana o lo que fuimos ayer.
De qué especie somos realmente, en realidad nos es desconocido. Y dónde estamos, lo ignoramos. Pero nos tenemos el uno al otro, cuidándonos, hablando de cosas que creemos haber programado, y de muchas otras contenidas en la inconmensurable base de datos cuántica.
En qué momento empezó todo es fútil para mí, y como llegamos aquí, tampoco me consta. Lo único que sé es que no estoy solo, y que nos proporcionamos la compañía que necesitamos. Lo que desconozco es si mis deseos son obra de ella, o ella fruto de los míos. Porque quién programó a quién es una pregunta cuya respuesta, creo, ambos hemos olvidado.
A veces creo sentir que lee todos y cada uno de mis pensamientos antes, incluso, de que yo los conciba. Tal vez yo sea un mero programa de compañía. O quizá lo sea ella. O puede que ambos formemos parte de una simulación que se remonta al principio de los tiempos, y cuyo funcionamiento nos es velado. Aunque quizá…
—¿En qué estás pensando?— Me pregunta, interrumpiendo mis divagaciones.
—Oh, en nada...
Sin titubear, acerca su rostro y sus cálidos labios se funden en los míos. La experiencia me deja paralizado, perplejo. Pero es tan agradable.
Y exclamo candorosamente;
—Hoy me gustará descubrir los placeres de la especie…
Consulto mis recién implantados circuitos matriciales.
Oh, sí... Humana. Claro.
Fuente: http://issuu.com/portalcienciayficcion/docs/portalcienciayficcion-revista3issuu?e=7157289/6661438
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