Son kk... por supuesto son Pioneer y la gran mayoría se va a ir con las nalgas de frente a comprarlas. Os vuelvo a reproducir lo que he comentado en la nota del artículo y mi Facebook personal, me parece ocioso volver a redactar:
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Como una persona aficionada a la música electrónica, que tiene el djing como actividad económica secundaria, pero a su vez, estudiada en mercadotecnia e interesada en temas afines, me ha llamado la atención el siguiente caso:
Acaba de salir al mercado el Pioneer PLX-1000, el cual he generado un cierto entusiasmo entre el sector de consumidores de artículos para DJ. El artículo ha sido celebrado por ser la más reciente incorporación en el segmento de la marca, además de ser el único de la empresa que por sus características, reproduce discos de acetato (vinil, en el argot actual). El Pioneer PLX-1000 es en realidad, el primer producto tornamesa orientado al DJing por parte de la marca desde la Pioneer DJ-3500 y que tuvo única distribución en Australia por tiempo limitado. El Pioneer PLX-1000, con chasis de aluminio, integra un motor con un torque de 4.5kg/cm, prometiendo una aceleración completa del disco a 33 1/3 rpm en tan solo 0.3 segundos, rotación controlada mediante cuarzo, y con sistema de desaceleración regulado electrónicamente; cuenta a su vez con un sistema de regulación del pitch a incrementos seleccionables de +/- 8%, +/-16% y +/-50%; las especificaciones no hablan en lo absoluto de la resolución obtenida mediante el motor, pero cabe esperar que este es lo suficientemente fino para obtener incrementos continuos con cierta precisión. La salida de audio es típicamente, una salida RCA phono preamplificada, con una relación señal/ruido de 70 dB.
Desde el punto de vista de las novedades del producto, sus características lo hacen carecer de todo aspecto de vanguardia y es, en realidad, un producto que se limita a reproducir patrones que ya estaban disponibles en la industria al menos hace 12 años: El aparato es, estéticamente, si no exactamente igual, lo más semejante aproximadamente posible a un Technics SL-1210MK5, con algunos botones iluminados en led azul, y un poco más. El diseño del bisel del plato luce exactamente igual; de igual forma el brazo, es comparativamente similar. Considerando que tiene prácticamente el mismo diseño de un producto de esa edad (Y sin decir que ello mismo sea malo, de hecho es un diseño de época, pero pudieron haberle hechado algo de ingenio al menos) el producto podría considerarse en realidad, un clon del 2014 de un producto del 2002. Pero no es lo único "veterano" en el producto, También es un producto que llega 15 años después a hacer lo que ya hacían otros 15 años antes: La Vestax PDX-2000 hace 15 años ya tenía incremento de +/-50% (+/-60% en realidad); y su última revisión, la Vestax PDX-3000MK2, posee una señal ruido superior inclusive: 78 dB. La comparación con Vestax es en función de que es una de las marcas que mayor atención dieron en los últimos años al segmento de las tornamesas, siendo usados sus modelos por dj's muy importantes desde hace cierto tiempo.
Lo curioso del caso es que, el PDX-1000, a pesar de sus características veteranas (y mejorables en otros productos, en todo caso), haya causado tal cantidad de atención. Y eso responde simplemente, al peso específico de la marca en el segmento pero también, a la necesidad de consumo de cualquier producto de la marca presentado como novedad, aún cuando, por sus características, existan productos superiores y más novedosos de otros fabricantes disponibles en el mercado. Lamentablemente, el PDX-1000, de ser un producto de próxima generación, se conformó con ser un producto de generaciones desfasadas: No posee, cuando menos, una salida digital, lo cual hubiera sido muy conveniente a fin de superar las limitaciones en relación a la señal/ruido que poseen los tornamesas con respecto a los productos basados en digital, siendo que estos son capaces de alcanzar relaciones de hasta 120 dB, proporcionando mayor volumen y mejor headroom, lo que en último caso, implica una mayor fidelidad en la reproducción. La ausencia por supuesto, se justifica en relación al concepto del producto, pero para ser un aparato del 2014, se podría esperar algo más. No posee, por otra parte, soporte a ninguna de las características más novedosas, por ejemplo, control directo/híbrido para DVS, o en su defecto, soporte para medios digitales mediante alguna entrada USB o bandeja de discos CD/DVD, habiendo las posibilidades técnicas para emular el comportamiento de un medio digital como si de uno analógico se tratase, mediante un disco de acetato convencional. Existen aparatos que, al mismo tiempo que el PLX-1000, vieron la luz: En Musikmesse 2014, al igual que el citado artículo, se presentó el Reloop RP-8000 (
http://www.reloop.com/reloop-rp-8000), un producto que si incluye muchas de las características sugeridas: aceleración en 0.2 segundos, compatibilidad MIDI, codificación para DVS, puerto USB; un producto sin lugar a dudas de mucha más vanguardia, pero que comparativamente (y lamentablemente) recibirá mucha menos atención, a pesar de merecerla mucho más.
A pesar de toda la falta de novedad y adolescencia de características de vanguardia del producto, es seguro que este se venda como pan caliente. La razón: Una necesidad adoptada por el cliente de hacerse de cualquier producto de una marca en particular cuando esta se presente como novedad, y en donde las prestaciones que justifiquen su adquisición pasan a un plano secundario. Esto es, en esencial, el "casamiento" o simbiosis que se establece entre una marca y el consumidor, sea ello por cuestiones emocionales, afectivas, o de atributos de valor que este deposita en la misma, evolucionando al mismo tiempo y en la misma dirección en que esta lo hace. Una faceta del consumo emocional (consumo irracional, así llamado "consumismo") de nuestra sociedad actual.
Quizá en todo caso, uno de los aspectos positivos de este entusiasmo, es que puede marcar el retorno de los medios analógicos de reproducción como es el disco de acetato, revitalizando una industria como la discográfica, largamente golpeada a partir de la aparición de los medios digitales, produciendo grandes pérdidas a la misma, desplomando el valor que la gente pagaba al adquirir una grabación. Los discos de acetato, más difíciles de piratear (aún cuando ello no implique que no existiera un mercado dedicado a la piratería de los mismo, como lo hubo por ejemplo, en los años 80's), contribuyen mayormente a generar un mejor retorno sobre la inversión que tanto artistas como disqueras y productoras, realizan en la creación de contenidos musicales. Sin duda que el retorno del acetato (impulsado por el PLX-1000), a pesar de sus limitaciones sonoras con respecto a los medios digitales, podría marcar un nuevo auge en la industria discográfica, permitiendo que las nuevas e incipientes casas discográficas puedan financiar sus proyectos.