KlausMaría escribió:
Alguien que no piensa como tú es repulsivo.
Alguien que piensa que un cartel de Gora Alka-Eta en una obra de títeres, que pretende denunciar la manipulación policial y judicial en España, se está usando como apología del terrorismo, cuando esa acusación no aguanta el menor análisis y es un puro juicio político, SÍ, es repulsivo.
Alguien que piensa que la estelada es una bandera ilegal, cuando las banderas ni son legales ni ilegales, son trozos de trapo que para unos significan mucho y para otros nada, SÍ, es repulsivo.
Para mí es repulsiva ABSOLUTAMENTE TODA TRABA a la Libertad de Expresión con la única excepción, porque se entra en el daño directo, de la calumnia y difamación, el acusar de un hecho delictivo a un tercero a sabiendas de la falsedad de la acusación con la única intención de causarle un perjuicio. Ojo, date cuenta que la frase es un todo, no permito ningún extracto. Si no es a sabiendas, no es delito. Si no pretende causar perjuicio, no es delito. Si no se acusa de un hecho delictivo, no es delito. Y, obviamente, si la acusación no es falsa, no es delito.
Sí, lo has entendido bien. Que un energúmeno entre en un campo de fútbol con una bandera nazi me puede repugnar a nivel personal, pero no se lo prohibiría. Que un bastardo saque una pancarta que diga "Kill the niggaz!" me puede repugnar a nivel personal, pero no se lo prohibiría. Que un hijo de puta diga que los gays deberían ser lapidados me puede repugnar a nivel personal, pero no se lo prohibiría (y, de hecho, está negro sobre blanco en cada Biblia completa escrita). Porque para mí, por encima de que todo eso me repugne, está la libertad de poder decirlo.
Por tanto, me parece repulsiva cualquier ley, y cualquiera que apoye, aberraciones como las "ofensas" o las "apologías". Ofensas a las víctimas del terrorismo, ofensas a las creencias religiosas, ofensas a las FSE, ofensas a la autoridad, apología del terrorismo, apología del nazismo. O los delitos de "incitación al odio". En todo caso, debería ser un agravante cometer un delito por haberse sentido incitado, por gilipollas, por inane, por ameboide. A mí nadie me incita a odiar. Odio o no odio. Si un tercero es capaz de incitarme a odiar es que no valgo ni para comida de un paramecio.
Y ya que estoy. Me parece que, así, directamente, hay que ser un desalmado hijo de la grandísima puta para apoyar algo como la Ley Mordaza ni aunque sea una coma de texto, una ley que te puede llevar a la cárcel o destrozarte económicamente por retratar el comportamiento criminal de quien se supone está para servirte. O la Ley de Huelga, que te lleva al trullo por 3 o 4 años por participar en un piquete aunque no haya daños materiales por estar luchando por las mejoras laborales DE TODOS. O una ley como la del Derecho al Trabajo, que no significa que tienes derecho a trabajar, ni significa que, por ley, tengan que darte trabajo si lo pides. No, significa, en una nueva aberración del lenguaje, que si llegas tarde al trabajo por culpa de una huelga, puedes denunciar al huelguista, cuando resulta que esa ley no te protege a ti sino al empresario y a quien denuncias es a quien, precisamente, se está partiendo la cara por tus derechos como trabajador.
Es mi opinión, la que ejerzo en base a mi derecho a expresarla. ¿Te gusta? De puta madre. ¿No te gusta? De puta madre, no tiene porqué, es lo que tiene la Libertad de Expresión.