El título me atrajo desde el primer momento, ya que yo también pienso que no es inusual que los elfos traten de sodomizarte en cuanto te agaches a recojer el jabón.
Respecto a la música, es cosa del diablo y no se puede humanizar lo no humano.
El autor, como Perséfone, ha comido un grano de una granada cultivada en el Infierno y ha quedado ligado para siempre a él... Rabiosa, sucia, metálica, gutural...
Quizás podría darle más pesadez, pero ya no sonaría tan sleazy, tan macarramente neoyorkina, como si tocara la guitarra el hijo de Alan Vega o un sobrino de los New York Dolls, Johnny Thunders, Jon Spencer Blues Explosion o ElectricSix sobrealimentado con discos de Alice Cooper y Nine Inch Nails...
Un minuto y dieciséis segundos prometedores...
Con unos catorce minutos de solos de guitarra, órgano y batería quedará como el Deep Purple de los primeros discos... Era broma...