La preferencia por lo crudo, el mínimo procesado, a captar y representar las fuentes de sonido tal y como suenan, la negativa a pasar a lo digital con una convicción muy razonada, y su forma divertida y desdramatizada de ver este mundillo, todo eso y más, lo convertían en un personaje único. Nos queda su música (era un buen musico también, ojo) y un monton de tutoriales y entrevistas en las que compartía su sabiduría con humor y generosidad. Qué maravilla de baterías grababa, qué envidia de aquellos que compartieron el estudio con él alguna vez. Un fenómeno, vamos.
A pesar de la tendencia que veo en el foro a discutir todo el rato sobre plugins y cacharros varios, a pesar del amor de algunos a Emilios Stefan o CLAs de la vida, no quería dejar pasar el día sin que se pudiera brindar en su memoria desde este nuestro foro. Que la tierra te sea leve, Steve.