klausmaria escribió:
más similar al de los italianos que al de los andaluces que son como más atlánticos en general.
Eso es largo para abundar y discernir bien; para empezar, los andaluces se dividen geográficamente y políticamente en orientales y occidentales, quedando Málaga, para unas cosas, más en occidente que en otras: un onubense o un gaditano (en la práctica más los gaditanos) son más atlánticos, aunque, en términos generales entran dentro de la geografía humana mediterránea, por mucha vocación atlantista cubana y no se cuantas milongas mitificadas y autobombeadas se predican en el Falla y en el imaginario colectivo.
España (toda, menos una localidad lucense que nunca recuerdo, que está por los pelos dentro del climograma mediterráneo) es de clima mediterráneo con variedad continental o esteparia (no somos la toscana, bueno, en mi tierra, y no en la Rioja baja, más o menos, o en buena parte de Cataluña y algunas zonas de la Navarra media); pero lo demás son varantes, así en el país vasco tienen un matiz atlántico, muy a su pesar y del de sus mitos hiperbóreos se tienen que contentar con un matiz más lluvioso, más brumoso, en eso le ganan los asturianos, que en el resto de la península.
Valencia es española porque compendia, porque arroces hay muchos en todo el litoral; pero el más famoso es el de Valencia, aunque la fama sea poco justa y no discrimine un arroz del Saler de otro del Palmar, o de otro de Benicarló, que, hasta donde se,es comunidad Valenciana; pero surgen muchos empeñados en subrayar más lo que les separa con Valencia que lo que les une. Aranadí sólo he visto en Valencia, que fue mora durante mucho tiempo; creo que no lo hay en Alicante. Tracas hay en toda España, vosotros sois más de traca, perversión , trata de blancas y pastilleo hay en todos los sitios; pero en Valencia se da todo en dosis mayores, no se si es por un clima muy benigno; porque, pese a que predomina el secarral, hay agua y haya agricultura, por tanto hay de todo, porque sois hedonistas a estilo merendero, no te precisar, sois, en general, abundantes, incluso excesivos, os gusta el colorín y lo viscoso, es cierto que habéis tenido contactos con Italia (tanto con Venecia como con Nápoles) incluso con oriente y que han llegado antes que a otros sitios influencias y corrientes; pero, mientras que los barceloneses (que no catalanes) lo europeízan, lo hacen pasar por un filtro más afrancesado, vosotros lo convertís más en serpentina y ninot, sois, si me permites, más horteras. Claro, eso, que no habéis tenido tentaciones independentistas (y cuidado con la suerte de los territorios valencianos en las guerras carlistas), el valenciano no es sino un dialecto más suavizado (según se va alejando de Francia) del occitano catalán y tiene, a parte de arcaísmos y buena parte de localismos y léxico propio, más influencia castellana (manchega, en realidad), que hay mucho tradicionalismo Carlista y fundamentalista enquistado en la sociedad pudiente valenciana, que España se va como algo propio y a lo que vosotros habéis contribuido en cabeza, hace que se sienta uno bastante en España, más que en Andalucía, paradigma zafio del Apañalismo mal entendido (o sea torpemente percibido).
Una vez estuve en un restaurante con cantante y jamás me sentí tan en España, en la Rioja somos más campuzos, más de paso, más leves en nuestras manifestaciones, ahí había jamona envuelta (llegado un momento álgido) en una bandera de España que estaba a un lado del escenario, yo que me siento español, (ya veremos por cuanto tiempo porque estoy considerando pedir asilo político a Francia), sin mayor problema (ni de exceso ni de defecto, vamos, con la naturalidad de haber nacido en España y no haber tenido esa pesada losa que debe ser tener nacionalidad vernácula) me pareció, no ya kitch; me resulto una dosis excesiva de sensibilidad cañí, y aunque los valencianos tengan acento, incluso la gente fina lo tiene, es normal, las valencianas estén como un queso, en febrero haga mucho mejor temperatura y huela a azahar, y las puestas de sol entre juncales y cañas, sean doradas y en Cuenca no, a pesar de que haya más vicio, más morbo, más intensidad, más desparrame, yo os veo un estereotipo que perfectamente podrá dar la idea de qué España, mejor quizás que Madrid, que todo lo cubre de una cortina escenográfica, escasa de vitalidad y abundante en ministerio.
Sois más vitalistas.