Mr. Black, el político

Mr. Black es hijo de abogados, pero esa vida le parecía un hastío. Decidió, tras algunas reflexiones, entrar en política.
La edad de las reflexiones le pilló justamente en época de elecciones y se divirtió mucho viendo a los políticos elegidos volar tan alto como podían, mirando hacia al suelo al pueblo que le alimentaba.
Mr. Black entró en el partido, ascendió, compró algunas voluntades, doblegó algún que otro espíritu, y salió en las listas.
Para perfeccionarse hizo un máster en una universidad americana. Allí le enseñaron que contentara a la prensa para que cubriera sus miserias, y aparte, en sombrías clases particulares, le mostraron sus mejores armas, sus más altos objetivos: ser flexible cuando proceda, mentir sin despeinarse, robar el tiempo que dure, y follar. En todos los sentidos.