Un rastro de sangre (Maabo - Monster)
Subido por Monster el 17/08/2021
Descripción
Música: Miremos las Estrellas, de Maabo:
https://www.hispasonic.com/musica/miremos-estrellas/128697
Monster: Melodía vocal, voces, letra.
Ilustración: You can do what you want, de Michael Kvium
Quería abrir un perfil para las canciones futuras con Maabo, pero no sé qué pasa que no me llega el mensaje de activación, así que la cuelgo aquí, que aún me quedaba un huequecillo.
https://www.hispasonic.com/musica/miremos-estrellas/128697
Monster: Melodía vocal, voces, letra.
Ilustración: You can do what you want, de Michael Kvium
Quería abrir un perfil para las canciones futuras con Maabo, pero no sé qué pasa que no me llega el mensaje de activación, así que la cuelgo aquí, que aún me quedaba un huequecillo.
Letra
En Berlín
hay un hombre oscuro,
en Berlín,
tremendamente oscuro.
Se cree una sombra
que nadie ve,
difícil de distinguir,
como una música lejana,
y se decide a hablar,
diciendo:
“Hola, buenos días,
¡espléndida mañana!
Porque en Berlín siempre llueve
y hoy hace sol.
No es normal
este clima, ¿o no?“
En Berlín
nadie le conoce.
En Berlín
nadie le conoce.
Ya está perdiendo
la poca fe
que tenía en su propio ser,
como si fuera puro viento,
y se decide a hablar:
“Escuchen,
¿cómo va la vida?,
¿se sabe algo
del presunto homicida,
del que ha dejado un rastro de sangre
por todo Berlín?
En Berlín,
un rastro de sangre,
en Berlín
hay un rastro de sangre.
Se amplia el misterio,
levanta el vuelo sin motor,
abajo es todo un cementerio,
y se decide a hablar:
“Hola, señor pájaro,
¿qué tal le va?
¿y cómo va de comida?
Hoy he visto gusanos muy grandes
por todo Berlín.
Si usted tiene hambre
en Berlín
hay gusanos de sangre”.
En Berlín hay un asesino, un hombre oscuro. No tiene amigos íntimos, casi ni siquiera conocidos, y de vez en cuando, para parecer humano, entra en un bar y alza la voz, hablando de banalidades. Nadie le conoce realmente, nadie puede imaginarse el monstruo que es. Como Raskólnikov, habla y pregunta sobre sus asesinatos. En Berlín se amplia el misterio con más asesinatos. Los hombres le parecen gusanos, se imagina volando por encima de la ciudad, su cementerio particular. Allí habla con los pájaros, les cuenta con cuántos gusanos se ha cruzado hoy. Si, como él, tienen hambre, ¿por qué no bajar a comérselos?
hay un hombre oscuro,
en Berlín,
tremendamente oscuro.
Se cree una sombra
que nadie ve,
difícil de distinguir,
como una música lejana,
y se decide a hablar,
diciendo:
“Hola, buenos días,
¡espléndida mañana!
Porque en Berlín siempre llueve
y hoy hace sol.
No es normal
este clima, ¿o no?“
En Berlín
nadie le conoce.
En Berlín
nadie le conoce.
Ya está perdiendo
la poca fe
que tenía en su propio ser,
como si fuera puro viento,
y se decide a hablar:
“Escuchen,
¿cómo va la vida?,
¿se sabe algo
del presunto homicida,
del que ha dejado un rastro de sangre
por todo Berlín?
En Berlín,
un rastro de sangre,
en Berlín
hay un rastro de sangre.
Se amplia el misterio,
levanta el vuelo sin motor,
abajo es todo un cementerio,
y se decide a hablar:
“Hola, señor pájaro,
¿qué tal le va?
¿y cómo va de comida?
Hoy he visto gusanos muy grandes
por todo Berlín.
Si usted tiene hambre
en Berlín
hay gusanos de sangre”.
En Berlín hay un asesino, un hombre oscuro. No tiene amigos íntimos, casi ni siquiera conocidos, y de vez en cuando, para parecer humano, entra en un bar y alza la voz, hablando de banalidades. Nadie le conoce realmente, nadie puede imaginarse el monstruo que es. Como Raskólnikov, habla y pregunta sobre sus asesinatos. En Berlín se amplia el misterio con más asesinatos. Los hombres le parecen gusanos, se imagina volando por encima de la ciudad, su cementerio particular. Allí habla con los pájaros, les cuenta con cuántos gusanos se ha cruzado hoy. Si, como él, tienen hambre, ¿por qué no bajar a comérselos?
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