Raymond

Un, dos, tres.
La flecha, ¿adónde va?
A un hipervínculo, a cualquier otro lugar.
Sentirse con el alma siempre en vilo.
Morir en una aurora boreal.

Tres, dos, uno,
y el círculo cerrar.
La flecha vuelve convertida en bumerán.
Sentirse con el alma siempre en vilo.
Nacer en un sepulcro de cristal.

Mal haría,
mal haría,
si de repente me olvidara de reír.
Aun cuando tenga el alma siempre en vilo.
Así se abata el cielo sobre mí.

Desde ahora, voy a desprenderme
de todas esas cosas
que no significan nada.
Desde ahora, voy a desprenderme
de todas las palabras
que no significan nada.

Un, dos, tres.
El alma, ¿adónde va?
¿Sueña una vida que no puede recordar?
Dejar que el cielo llueva en mis zapatos.
Morir en una aurora boreal.


Mal haría,
mal haría,
si de repente me olvidara de reír.
En el apogeo y la agonía,
reír como principio y como fin.

¿Oyes esos golpes secos
que ayer venían de muy, muy lejos
y hoy retumban en tu cabeza?
Soy yo, llamando a tu puerta.

Desde ahora, voy a desprenderme
de todas esas cosas
que no significan nada.
Desde ahora, voy a desprenderme
de todas las palabras
que no significan nada.

Un, dos, tres.
El alma, ¿adónde va?
¿Es una nube que se puede almacenar?
El agua que desborda mis zapatos.
La luz en una aurora boreal.