Susan y el robot 1. Esto tengo que contarlo
Subido por Susan y el robot el 02/04/2020
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Descripción
Precioso planeta, estoy orgulloso de tus árboles. Estoy orgulloso de tus mares, de tus valles verdes. Incluso de tus desiertos donde nada crece. Estoy orgulloso de tus ríos cristalinos, y de los que ocultan sus fondos bajo una capa de espuma tóxica. Mientras sigas existiendo amaré cada partícula que te compone. ¡Qué alivio comprobar que sigues ahí, girando! Porque ahora yo sé que la humanidad estuvo a punto de extinguirse, borrada toda clase de huella y de historia.
¿Y no es mi deber contarlo? Porque lo primero que pensé es ¡Dios mío!, ¡esto tengo que contarlo! ¿Cómo callarse cuando sabes que la Tierra existe de puro milagro?, ¿cómo no dejar por escrito los secretos que a uno se le han revelado con el conocimiento más fabuloso de la historia?
Yo entré en la narración cuando ya todo había acabado y gracias a una frase inesperada, y a partir de ahí, indagando y retrocediendo, llegué a adquirir los conocimientos terribles que ahora poseo. Decidido a contarlo, lo primero fue conseguir que me llevaran junto a los demás protagonistas, y después de pedirles permiso para llevar la historia al papel pasé largos ratos con cada uno de ellos con un cuaderno de notas en mi mano temblorosa. Sí, un cuaderno de notas, y cuando lo llené, otro, todos con las cubiertas del mismo color, que iba colocando en una estantería, un mueble vulgar que día tras día se iba convirtiendo en el depósito del destino de la Tierra y la humanidad. Así de devastadores eran los secretos que almacenaba.
Si quieren saber algo de mí no puedo decir más que estoy casado, tengo dos hijos maravillosos, trabajo en una fábrica de coches y disfruto de aficiones normales, una de las cuales me trajo hasta aquí. Nada me haría destacar si tuviera que describirme, no tengo ninguna importancia en esta historia, ni estoy aquí contándola gracias a que se me desveló por poseer alguna cualidad que me distinguió de alguna manera en algún momento oportuno. En absoluto. Por eso mismo, por mi anonimato y ausencia de relevancia, no sé si alguien me creerá. Mi esposa me cree. Al principio no lo hizo, y cuando le revelé lo que sabía vi en sus ojos una grave preocupación por mi salud mental que solo pude desvanecer cuando le presenté pruebas absolutamente irrefutables. Por desgracia, no puedo hacer lo mismo con el resto. Pero he descubierto estos días que cuando lo que has descubierto es enorme, lo demás deja de importar. Y si en este mundo ha habido o habrá algo enorme es precisamente lo que sé. Así que, sinceramente, si no me creen, tampoco es que me preocupe.
Por eso, absuelto por despreocupación del juicio que puedan hacerme, pienso escribir esta historia tal como la recibí. Es curioso que desde que era un adolescente he fantaseado con escribir un libro y nunca encontré un tema que me sedujera. Hasta el día en que miré hacia un lado y vi a la mujer de mediana edad que estaba sentada junto a mí hacerme la confidencia más asombrosa que un oído humano ha escuchado jamás, una confidencia que cambiaría el mundo si se conociera. O que cambiará el mundo cuando se conozca. Si es que alguien me cree.
No soy escritor, así que no voy a alterar la trama para hacerla más emocionante, ni pienso escamotear información para proporcionarla segmentada de forma que la narración sea más novelesca. Lo que me interesa son los hechos, el orden cronológico y exacto, a pesar de que me obligue a comenzar de una forma que hará que muchos de ustedes se levanten y cierren el libro para siempre. Pero denme una oportunidad. O sigan con sus vidas, la verdad es que no me importa. Yo pienso escribir la verdad. Si la creen o no, no es asunto mío.
¿Están preparados? Perfecto. Ahora olvídense de pasarlo bien. Cuando terminen de leer esto serán tan infelices como yo.
Música: Jardí, de Aven:
https://www.hispasonic.com/musica/jardi/41221
Texto: Monster
¿Y no es mi deber contarlo? Porque lo primero que pensé es ¡Dios mío!, ¡esto tengo que contarlo! ¿Cómo callarse cuando sabes que la Tierra existe de puro milagro?, ¿cómo no dejar por escrito los secretos que a uno se le han revelado con el conocimiento más fabuloso de la historia?
Yo entré en la narración cuando ya todo había acabado y gracias a una frase inesperada, y a partir de ahí, indagando y retrocediendo, llegué a adquirir los conocimientos terribles que ahora poseo. Decidido a contarlo, lo primero fue conseguir que me llevaran junto a los demás protagonistas, y después de pedirles permiso para llevar la historia al papel pasé largos ratos con cada uno de ellos con un cuaderno de notas en mi mano temblorosa. Sí, un cuaderno de notas, y cuando lo llené, otro, todos con las cubiertas del mismo color, que iba colocando en una estantería, un mueble vulgar que día tras día se iba convirtiendo en el depósito del destino de la Tierra y la humanidad. Así de devastadores eran los secretos que almacenaba.
Si quieren saber algo de mí no puedo decir más que estoy casado, tengo dos hijos maravillosos, trabajo en una fábrica de coches y disfruto de aficiones normales, una de las cuales me trajo hasta aquí. Nada me haría destacar si tuviera que describirme, no tengo ninguna importancia en esta historia, ni estoy aquí contándola gracias a que se me desveló por poseer alguna cualidad que me distinguió de alguna manera en algún momento oportuno. En absoluto. Por eso mismo, por mi anonimato y ausencia de relevancia, no sé si alguien me creerá. Mi esposa me cree. Al principio no lo hizo, y cuando le revelé lo que sabía vi en sus ojos una grave preocupación por mi salud mental que solo pude desvanecer cuando le presenté pruebas absolutamente irrefutables. Por desgracia, no puedo hacer lo mismo con el resto. Pero he descubierto estos días que cuando lo que has descubierto es enorme, lo demás deja de importar. Y si en este mundo ha habido o habrá algo enorme es precisamente lo que sé. Así que, sinceramente, si no me creen, tampoco es que me preocupe.
Por eso, absuelto por despreocupación del juicio que puedan hacerme, pienso escribir esta historia tal como la recibí. Es curioso que desde que era un adolescente he fantaseado con escribir un libro y nunca encontré un tema que me sedujera. Hasta el día en que miré hacia un lado y vi a la mujer de mediana edad que estaba sentada junto a mí hacerme la confidencia más asombrosa que un oído humano ha escuchado jamás, una confidencia que cambiaría el mundo si se conociera. O que cambiará el mundo cuando se conozca. Si es que alguien me cree.
No soy escritor, así que no voy a alterar la trama para hacerla más emocionante, ni pienso escamotear información para proporcionarla segmentada de forma que la narración sea más novelesca. Lo que me interesa son los hechos, el orden cronológico y exacto, a pesar de que me obligue a comenzar de una forma que hará que muchos de ustedes se levanten y cierren el libro para siempre. Pero denme una oportunidad. O sigan con sus vidas, la verdad es que no me importa. Yo pienso escribir la verdad. Si la creen o no, no es asunto mío.
¿Están preparados? Perfecto. Ahora olvídense de pasarlo bien. Cuando terminen de leer esto serán tan infelices como yo.
Música: Jardí, de Aven:
https://www.hispasonic.com/musica/jardi/41221
Texto: Monster
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