El triángulo
Subido por Cuentos Musicales el 19/07/2013
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Descripción
Veo las montañas, las veo durante horas, las llevo viendo durante años, pero no las comprendo. Hasta que lo hago:
SON MONSTRUOS DORMIDOS QUE UN DÍA DESPERTARÁN.
Están aquí desde el principio. Están aquí desde el principio de los tiempos, chapoteando en la lava. Y luego se durmieron. Cuando despierten el ruido va a ser absolutamente increíble. Las voces de las montañas han de ser las más graves que nunca hayan existido. Cuando levanten sus extremidades clavadas en el suelo y comiencen a andar la destrucción va a ser la máxima imaginable. Sólo de pensar en las gigantescas piedras sueltas rodando montaña abajo, las inmensurables toneladas de piedra y barro, los árboles, los bosques enteros precipitándose, los ríos, las cascadas, la espina dorsal del monstruo zarandeándose, arrojando ciudades, arrojando pueblos, arrojando ciclistas, peces, pájaros que aún no han aprendido a volar, fotógrafos, buzos (porque también hay montañas dormidas debajo del mar), arrojando barcos, viudas, negros, pulpos, pescadores de pesca submarina y cazadores con escopetas, fontaneros, piedras enormes, sí, todo lo que existe, lo que es, y lo que alguna vez fue, será arrojado y machacado entre las piedras.
JULIA ES UN BARCO, UN OASIS. SE ESTÁ PUDRIENDO.
Se pudre desde que nació. Julia no es una montaña, es un oasis de espuma entre las lenguas de dos ríos que se encuentran entre regalos de arena. Esta es tuya, no, tuya, yo creo que es tuya, es nuestra... sí, mejor dejémoslo así, es nuestra. Amémonos. Formemos un gran triángulo de arena. Un triángulo de arena fina entre las corrientes, arena elegida entre la más fina, la única que no se va al fondo, moléculas de arena finísima que flotan en la corriente. Tu corriente, mi corriente. Es una corriente que compartimos. Ya no se sabe cuál es la tuya, ni cuál es la mía. Es arena compartida entre un agua que ya no recuerda por qué río ha descendido, compartida y mezclada. Es arena enloquecida, como si cada grano fuera una abeja submarina. Arrastremos todo lo que encontremos, escojamos luego las partículas más finas, acunémoslas cerca de nuestra superficie, llevémoslas hacia el triángulo, depositémoslas allí. Es el triángulo más bello que existe. Hay escamas de peces. Hay algún caparazón. Hay cosas que reptan. Hay oxígeno. Hay monstruos dormidos bajo la arena. Hay caracolas. De vez en cuando un alga se arrastra por las laderas del triángulo dejando un surco, un rastro, pero pronto se cubre de nuevos granos y desaparece. Casi puede saborearse el color verde. La corriente de arena es una lluvia submarina hacia el exterior, una lluvia de abajo a arriba, una lluvia de partículas, un espacio dentro del espacio, una lluvia espacial, un microscopio sideral, es una extensión de las extremidades acuosas de dos monstruos que se disuelven desde que han nacido. Corriente abajo. Corriente abajo. Divididas entre un triángulo, son dos muslos gigantescos tan suaves como esmeraldas pulidas, verdes, armónicos, murmulleantes. Julia se extiende sobre el diván y duerme. Por fin duerme. Huele a frutas. Han caído de los árboles, han manchado el terreno, han venido jaguares que han lamido el suelo, hormigas que se han situado sobre la mancha y han formado su forma oscureciéndola en un negativo. Todo desaparece. Julia es la primera en desaparecer. Sólo quedan sus muslos trayendo arena hacia un triángulo que se desharía si dejara de alimentarse durante un instante.
Música: FIMUCITE, de Klos:
https://www.hispasonic.com/musica/fimucite/89725
Texto: Monster
Ilustración: Crazy Horse Dancer, de Alexpx:
http://www.artbreak.com/work/show/33483-crazy-horse-dancer-alexpx
SON MONSTRUOS DORMIDOS QUE UN DÍA DESPERTARÁN.
Están aquí desde el principio. Están aquí desde el principio de los tiempos, chapoteando en la lava. Y luego se durmieron. Cuando despierten el ruido va a ser absolutamente increíble. Las voces de las montañas han de ser las más graves que nunca hayan existido. Cuando levanten sus extremidades clavadas en el suelo y comiencen a andar la destrucción va a ser la máxima imaginable. Sólo de pensar en las gigantescas piedras sueltas rodando montaña abajo, las inmensurables toneladas de piedra y barro, los árboles, los bosques enteros precipitándose, los ríos, las cascadas, la espina dorsal del monstruo zarandeándose, arrojando ciudades, arrojando pueblos, arrojando ciclistas, peces, pájaros que aún no han aprendido a volar, fotógrafos, buzos (porque también hay montañas dormidas debajo del mar), arrojando barcos, viudas, negros, pulpos, pescadores de pesca submarina y cazadores con escopetas, fontaneros, piedras enormes, sí, todo lo que existe, lo que es, y lo que alguna vez fue, será arrojado y machacado entre las piedras.
JULIA ES UN BARCO, UN OASIS. SE ESTÁ PUDRIENDO.
Se pudre desde que nació. Julia no es una montaña, es un oasis de espuma entre las lenguas de dos ríos que se encuentran entre regalos de arena. Esta es tuya, no, tuya, yo creo que es tuya, es nuestra... sí, mejor dejémoslo así, es nuestra. Amémonos. Formemos un gran triángulo de arena. Un triángulo de arena fina entre las corrientes, arena elegida entre la más fina, la única que no se va al fondo, moléculas de arena finísima que flotan en la corriente. Tu corriente, mi corriente. Es una corriente que compartimos. Ya no se sabe cuál es la tuya, ni cuál es la mía. Es arena compartida entre un agua que ya no recuerda por qué río ha descendido, compartida y mezclada. Es arena enloquecida, como si cada grano fuera una abeja submarina. Arrastremos todo lo que encontremos, escojamos luego las partículas más finas, acunémoslas cerca de nuestra superficie, llevémoslas hacia el triángulo, depositémoslas allí. Es el triángulo más bello que existe. Hay escamas de peces. Hay algún caparazón. Hay cosas que reptan. Hay oxígeno. Hay monstruos dormidos bajo la arena. Hay caracolas. De vez en cuando un alga se arrastra por las laderas del triángulo dejando un surco, un rastro, pero pronto se cubre de nuevos granos y desaparece. Casi puede saborearse el color verde. La corriente de arena es una lluvia submarina hacia el exterior, una lluvia de abajo a arriba, una lluvia de partículas, un espacio dentro del espacio, una lluvia espacial, un microscopio sideral, es una extensión de las extremidades acuosas de dos monstruos que se disuelven desde que han nacido. Corriente abajo. Corriente abajo. Divididas entre un triángulo, son dos muslos gigantescos tan suaves como esmeraldas pulidas, verdes, armónicos, murmulleantes. Julia se extiende sobre el diván y duerme. Por fin duerme. Huele a frutas. Han caído de los árboles, han manchado el terreno, han venido jaguares que han lamido el suelo, hormigas que se han situado sobre la mancha y han formado su forma oscureciéndola en un negativo. Todo desaparece. Julia es la primera en desaparecer. Sólo quedan sus muslos trayendo arena hacia un triángulo que se desharía si dejara de alimentarse durante un instante.
Música: FIMUCITE, de Klos:
https://www.hispasonic.com/musica/fimucite/89725
Texto: Monster
Ilustración: Crazy Horse Dancer, de Alexpx:
http://www.artbreak.com/work/show/33483-crazy-horse-dancer-alexpx
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