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Copyleft, música libre

Las licencias Copyleft adaptadas a la legislación española ya están disponibles.

[ Licencia Copyleft en Creative Commons ]

Presentación de las licencias en España
Como colofón del proyecto de adaptación de las licencias al castellano y a la jurisdicción española, hoy viernes 1 de octubre se presentarán las licencias de Creative Commons (CC) en España, en castellano y catalán.

El acto tendrá lugar en el Aula Magna de la Universitat de Barcelona (UB), Gran Via de les Corts Catalanes, 585, de Barcelona (ver programa completo al final de esta noticia).

¿Qué es Copyleft?
Fuente: [ La Clave ]
El copyleft se ha convertido en un movimiento desorganizado que ha comenzado a cobrar fuerza en los últimos años, que agrupa decenas de pequeñas y grandes iniciativas que plantean una vía alternativa tanto a los derechos de autor como al modelo de producción cultural de nuestra época. Comparten casi todos ellos la idea de que los ciudadanos tienen legítimo derecho a hacer copias de las obras culturales (música, libros o películas) y distribuirlas libremente. “Lo fundamental que persigue el copyleft es que los autores puedan vivir de su trabajo sin restringir el derecho de los lectores a la copia”, explica Amador Fernández, miembro activo del movimiento copyleft. Su editorial, Acuarela, ha comenzado a publicar sus libros con la autorización expresa de que pueden copiarse y distribuirse libremente.

“Lo que buscamos es ampliar las posibilidades que la sociedad tiene de acceder a la cultura”, dice David Gámez, uno de la decena de jóvenes que fundaron hace siete años Traficantes de Sueños, “pensar que alguien que te fotocopia un libro te resta una venta es un error”, y abunda en su discurso, “para los autores el copyleft es algo tan enriquecedor como conseguir que tu obra esté a disposición de tanta gente como sea posible”, dice, “no se pretende quitarle al autor el dinero de su esfuerzo, sino que se trata de un esfuerzo compartido que es necesario hacer para ampliar el banco de bienes públicos, el dominio público”. Se trata de acabar con la idea que sólo unos pocos son los que cantan, escriben y pintan algo en la cultura, abriendo la puerta a que la gente pueda acceder y participar en la cultura, copiarla y transformarla, y en última instancia, participar en ella como algo más que simples consumidores, dicen desde las filas del copyleft.

Detrás del movimiento, que entronca con otros de oposición a las patentes de los programas de software y biotecnológicas, hay una crítica contra las sociedades de gestión (SGAE, CEDRO, etc.), la extensión progresiva de la leyes de derechos de autor a nivel mundial y el modelo de funcionamiento de la industria cultural.

Desde el punto de vista legal el autor es el dueño y señor sobre su obra y tiene, según la ley, pleno derecho a decidir dónde, cuándo y cómo se publica y distribuye, quién puede hacerlo, etc.. Si quiere dar libertad para que copien y distribuyan sus obras, como ocurre con el copyleft, pueden hacerlo, explica Marta Malmierca, responsable de servicios jurídicos de CEDRO, entidad que gestiona los derechos de los editores y de los escritores (recauda el canon por las fotocopias de libros, por ejemplo). Los usuarios, por su parte, pueden hacer copias de las obras en casos muy contados, para uso personal, y pagando una compensación a los autores en forma de canon que se impone a cada cinta, disco compacto o DVD virgen que se vende, o a cada fotocopia que se hace.

“El copyleft es admisible, siempre y cuando sea el creador quien decida usarlo y no sea algo que se impone desde fuera, que es lo que algunos defensores de este movimiento quieren”, critica Malmierca. “¡Regalen sus libros si ustedes quieren, pero déjenme que yo cobre por los míos!”, sentencia.

Para muchos, como Amador Fernández, “la opción por el copyleft es una fundamentalmente una cuestión política y ética”, aunque está por resolver el dilema de si esto es compatible con los negocios. ¿Es rentable editar un libro del que se pueden hacer copias libremente? Para Amador parece claro, los dos libros que ha publicado como copyleft están entre los tres más vendidos de su editorial.

Otro ejemplo de rentabilidad es el colectivo italiano Wu Ming, también llamado Luther Blisset, formado por cinco jóvenes italianos que realizan sus obras colectivamente y que se ha convertido en uno de los estandartes del movimiento. Su novela Q, un recorrido por los años de la contrarreforma, ha vendido 200.000 copias pese a que puede descargarse en Internet y copiarse libremente. Los Wu Ming lograron que una gran editorial como Mondadori publicara su libro con la mención explícita de que se podía copiar, aunque para los responsables de la editorial esta exigencia no fuera más que un reclamo comercial.

En los ámbitos más diversos de la cultura surgen iniciativas que abrazan este ideario. Proyectos modestos que destacan sin embargo por lo radical de su propuesta. En el tempestuoso mundo musical ya hay también grupos que han comenzado a flirtear con la idea del copyleft. Cuelgan su música en Internet y la distribuyen, ya sea de forma gratuita o previo pago, y una vez en manos de los usuarios estos pueden copiarla y distribuirla libremente, en redes de intercambio por ejemplo.

El cuarteto funky de La Mundial.net, afincados en Barcelona, se han apuntado al copyleft. Han colgado su música en Internet y permiten que cualquiera la copie y distribuya libremente, e incluso que hagan nuevas versiones de sus temas. A su rebufo se han puesto una docena de grupos que siguen su ejemplo. Ani, alma mater del grupo, justifica su opción: “si nuestra música es de libre descarga, copia y distribución más gente nos conocerá, que es lo que pretende cualquier banda”. Hay una limitación, la música de La Mundial.net puede usarse siempre que sea sin fines comerciales, “si alguien se va a lucrar económicamente con nuestro trabajo entonces debe retribuirnos”, apostilla

Hay diferencias en la forma como las diversas iniciativas plantean el uso de las obras. En algunos casos se permite modificarlas, y hacer, por ejemplo, nuevas versiones de canciones, en otras se prohíbe hacer uso comercial de las obras o transformarlas, como hacer una traducción.

En este punto es donde Marta Malmierca, de CEDRO, lanza su crítica: “hacen uso de una ley y se acogen a ella para autorizar unas cosas y prohibir otras”, señala Malmierca, “¿por qué unas cosas sí y otras no?, ¿por qué autorizan por ejemplo que las obras se copien e impiden que se modifiquen?”.

El colectivo Wu Ming razonan sobre esto en uno de sus escritos y trazan una línea clara entre el uso comercial y el derecho a copiar de los ciudadanos que defienden. “No podemos consentir que los grandes tiburones de la industria cinematográfica o televisiva sean parásitos de nuestro esfuerzo y -sin pagar un céntimo- hagan una película a partir del argumento que hemos elaborado, ganen millones y refuercen su posición de predominio”.

Lo cierto es que el movimiento del copyleft, que nació a finales de los ochenta entre programadores informáticos del movimiento de software libre, creador del sistema operativo Linux, ha desbordado ampliamente estos márgenes y se ha extendido a todos los ámbitos de la cultura. conquistado el corazón de algunas grandes instituciones como el prestigioso Massachuset Institute of Technology (MIT), el cual se han embarcado en una iniciativa, el Open CourseWare, hasta ahora con más intención que resultados, que trata de poner a libre disposición buena parte del material docente de sus cursos. En España, la Universitat de Barcelona está apostando por una idea similar, mientras que la televisión pública británica, la BBC, ha anunciado recientemente que pondrá su archivo a disposición del público dando todo tipo de facilidades para que se pueda usar su material. Al carro del copyleft se han subido la editorial estadounidense O’Reilly, un pequeño sello discográfico en Internet llamado Magnatune, etc. Optimista, Ani, de La Mundia.net, hace su predicción para el futuro: “el copyleft pone las cosas en su justo sitio, así que tarde o temprano será una realidad”.

Creative Commons, una referencia global
Creative Commons es una de las organización sin ánimo de lucro que se está convirtiendo en referencia para el movimiento del copyleft a nivel mundial. Fundada en el año 2001 por el profesor de derecho de Stanford Lawrence Lessig la organización ha desarrollado una serie de licencias que dan cobertura legal a cualquier autor que quiera publicar sus obras dando derecho a la copia y la distribución. Poco a poco la organización ha ido ampliando su radio de acción a otros países que han comenzado a usar sus licencias. Ignasi Labastida, de la Universitat de Barcelona, se encarga de la adaptación de las licencias Creative Commons al ámbito español. Su universidad ha lanzado una iniciativa con la que anima a los profesores a publicar sus textos docentes dando libertad para que se copien. La acogida ha sido buena, “el uso de la licencia es una manera de conseguir más difusión”, explica Labastida.

Programa de la presentación de las licencias Copyleft en España

10:00 Presentación de la jornada
Sr. Oriol Ferran i Riera, Secretario General de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la Generalitat de Catalunya

10:15 Creative Commons y el proyecto de internacionalización iCommons
Sra. Christiane Asschenfeldt, Coordinadora de International Commons

11:00 Carta a Hipatia
Sr. Carlos Sánchez Almeida, abogado y colaborador de CC-España y CC-Catalunya

11:30 Pausa café

12:00 Mesa redonda: Nuevas formas de publicar y divulgar la cultura
Moderador: Sr. Pepe Cervera, Periodista especializado en Internet y blogger

Sr. Pau Alsina, codirector y editor de ArtNodes (UOC)
Sr. Javier Candeira, periodista, fundador de Barrapunto
Sr. Joan Duran, Publicaciones UB
Sr. Jordi Prenafeta, poeta y responsable del Àgora Literària dels Països Catalans
Sr. Cristóbal Urbano, Departamento de Biblioteconomía y Documentación, UB
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