Cómo empaquetar tus equipos audio para envío (compraventa, mudanza...)

Antes o después todos acabamos yendo a mercasonic para vender un teclado, una mesa, o cualquier otro equipo. Y, salvo que tengáis un gran almacén o trastero, las cajas originales fueron a reciclaje hace años. Os cuento cómo lo he resuelto en un caso reciente, para ayudar a un amigo que vendía un teclado. Teclados: voluminosos, pesados y necesitados de un empaquetado robusto y primoroso para garantizar que lleguen a su siguiente dueño en perfectas condiciones. En a Polonia y llegó sano y salvo.

Se podría por supuesto comprar una caja nueva, adquirir un rollo de plástico de burbujas, etc. Pero vamos a ir por la vía bricosónica.

Si tenéis cerca un polígono con tiendas de muebles (y no, no me refiero a las suecas que ahorran en cartón), o de electródomésticos, o en general otros comercios que puedan disponer de forma habitual de grandes objetos empaquetados, es normal que a la tarde salgan a la calle ingentes cantidades de material bien útil y copn tamaños para todos los gustos. Puede merecer la pena la visita. Pero para este reportaje he elegido el tan vapuleado 'comercio de proximidad'. Así no tenía que mover el coche.

Al grano... o mejor a la fruta. Las tiendas de fruta y los supermercados, suelen tirar cajas como la que os muestra la imagen. Una gran caja de fruta pesa muchos kilos y la fruta no pueda golpearse. Así que usan cartón grueso y aparecen refuerzos triangulares en los cuatro cantos verticales, mediante un plegado del propio cartón que es enormemente resistente. Con varias cajas de este tipo, unas tijeras o 'cutter' y cinta de embalar, es muy fácil preparar un empaquetado magnífico.

Lo primero es crear una base. Un lecho o cama. Con un teclado de cinco octavas dos de tales cajas se bastan normalmente. Tres si es de 88 teclas. Este croquis os muestra la idea básica. Dos de los refuerzos laterales de una caja los abato, mientras en la otra los retiro. Así puede deslizarse una hacia la otra teniendo un refuerzo extra en el centroy pudiendo regular el tamaño final con facilidad aproximando más o menos ambas cajas. Además los laterales de otras cajas más pequeñas, también con sus refuerzos triangulares (las que muestro en verde) pueden colocarse para servir de soporte y separador a la hora de apoyar el equipo, garantizando que exista una cámara de aire sin necesidad de acudir a plástico, burbujas o poliestireno expandido.

Tras el esquema anterior, aquí veis su materialización real, usando dos cajas de plátanos de Canarias (de paso promocionando la marca España fuera de nuestras fronteras... le esperaba cruzar Europa camino a Polonia nada menos), y otras dos más pequeñas de aguacates.

Como os decía, es fácil poder ajustar todo al tamaño necesario, tal como podéis ver en esta prueba preliminar. Al deslizar/insertar una caja sobre otra podemos fácilmente hacer que las esquinas del equipo se apoyen sobre los refuerzos:

Debajo de las cajas 'verdes' que actúan de pedestal, hay espacio sobrado para manuales, cables y demás extras. Los fijo en esa parte que va a quedar 'debajo' del equipo, evitando que queden sueltos para que no lleguen jamás a rozar/rallar nada y menos aún a dañar los controles superiores.

Entre unas cajas y otras, sobran muchos refuerzos laterales triangulares que son ideales para distribuir protecciones adicionales. También podéis preparar lo que necesitéis a medida plengando cartón listo de otras partes de las cajas, pero esos refuerzos triangulares de las cajas ya están listos para usar y son muy consistentes. Aquí veis un ejemplo de a qué me refiero, hecho con una caja pequeña, solo como ilustración. Varios refuerzos dispuestos en uno de los costados, colocados tanto en vertical como en horizontal, para servir de apoyo a lo que a final será la 'tapa' que cierre el paquete.

No sólo en los costados, también pensad en colocar alguno para proteger el panel superior. Los protectores superiores ojo con donde los apoyáis: evitad a toda costa pantallas y otras partes sensibles como las teclas o controles. Evitad que se pueda cargar el peso o transmitir cualquier presión o golpe sobre ellos. La foto siguiente os muestra esos refuerzos pero ya en el caso real del paquete que estaba preparando. Veréis por cierto que tengo la manía de envolver en plástico el equpo usando el típico rollo transparente de cocina. Más que nada para evitar rozaduras y para que no reciba polvo y llegue limpio. Me gusta que el nuevo dueño se sienta feliz.

De momento va teniendo este aspecto, en el que veis la abundancia de separadores y refuerzos. Un par de zonas planas del panel superior permitieron fijar unos separadores pegándolos con cinta (de nuevo aprovechando que al estar forrado el equipo, no le estoy aplicando ningún adhesivo directamente).

El panel superior, con todos sus controles, es una de las partes en las que hay que poner especial atención y no hay reglas fijas. Hay que tener sentido común y distribuir como mejor se pueda elementos que impidan el impacto directo sobre los controles. Yo en este caso uso cartón más fino y por tanto más moldeable. Aquí veis cortadas unas cajas muy delgadas para poder introducir los costados entre las teclas, y guardando más o menos la forma del propio panel, en este caso más bajo en las teclas que en los pulsadores. También veréis que voy creando protección específica para la parte de la pantalla.

Si el panel es complicado y cuesta encontrar una zona donde apoyar refuerzos, tener el equipo envuelto en plásico permitirá usar tiras o bolas de papel de periódico sin mancharlo ni afectarlo, creando así una capa de amortiguación sin que tengamos que comprar o localizar y adaptar espuma o rellenos plásticos de burbujas.

Tras completar esa primera capa de protección queda así. Un poco Frankenstein, sí. Pero no es el aspecto final. Esos cartones endebles no son la capa que va a quedar expuesta. Son una primera protección a medida, sobre la que luego colocar la verdadera tapa.

¿Y esa tapa cómo la resolvemos? De nuevo las cajas de fruta, pero ahora sin sus remates triangulares ni sus costados. Solo como fuente de cartonaje. En esta primera foto veis el suplemento que puse en el centro para que al colocar después una caja en cada extremo al final quede todo bien cerrado.

Las dos cajas verdes de las que antes había cortado sus laterales para usarlos en la 'cama' de apoyo en la base, son las que me ofrecen el cartón para completar la 'tapa'. Sus costados ya no existen (son los que usé en aquel primer paso), pero tampoco son necesarios porque ya estaban resueltos la 'cama' inicial. Solo hace falta tapar el plano vertical. Y de paso aprovechamos para reforzar los laterales con una segunda piel.

Toca encintar todo con un rollo adhesivo, para dar consistencia y también buscando cerrar bien todas las uniones, hasta llegar a tenerlo por fin empaquetado totalmente.

Eso sí, no os olvidéis de algunos detalles que marcarán vuestro sello de auténticos profesionales del cutre-packaging y el reciclaje, que os indico para finalizar.

Hay que retirar los restos de referencias de direcciones, anteriores envíos, etc. y en particular me gusta tapar todos los códigos de barras que aparezcan (les aplico pegatinas en blanco) para evitar líos por parte del transportista y de los robots que puedan intervenir en el proceso.

Es muy conveniente marcar señales de orientación para saber dónde está la cara superior, tanto para el transporte como para el destinatario que lo va a abrir. Podéis usar un rotulador indeleble sobre la propia cinta de embalar, o bien pegar algún adhesivo.

Y no está de más pintar la clásica señal de 'frágil': la palabra se entiende en casi todos los países del mundo , pero el dibujo es mucho más inmediato y eficaz. La palabra escrita hay que leerla, pero hay que ser un poco canalla para ver ese dibujito de una débil copa y no tratar con un mínimo de precaución el paquete.