Aunque fue Íñigo Bregel quien lo nominó para participar en esta entrevista, Ibon Larruzea es un viejo conocido de Hispasonic desde hace ya muchos años. Hasta el punto de que lleva más de una década colaborando y compartiendo sus muchos conocimientos con todos nosotros a través de sus fantásticos artículos. Así pues, hablamos de un hispasónico de los más ilustres que poca presentación necesita.
En activo desde hace ya más de tres décadas, en 1992 fue uno de los fundadores de la banda Akatz, y desde entonces ha ido encadenando trabajos como ingeniero, productor y músico para todo tipo de bandas y artistas. Los estudios Euridia, en Bilbao, son su feudo particular, y allí es donde hace brillar su magia (espolvoreada con conocimientos de Ingeniería Técnica Industrial) en tareas de masterización, grabación, mezcla y producción, aunque sin dejar de lado su faceta de técnico de directo.
¿Cuáles son tus mayores referentes musicales?
Yo crecí escuchando sobre todo música jamaicana. Artistas como Jimmy Cliff, Don Carlos (con quien pude trabajar hace unos años), Desmond Dekker, el mismo Bob Marley y otros artistas menos conocidos marcaron mi juventud.
Fuera de ese increíble universo jamaicano también disfrutaba mucho de artistas tan dispares como Benito Lertxundi, Mark Knopfler, Modern Talking o Cat Stevens. Posteriormente llegó el soul, el trip hop, el jazz, más reggae, más música disco, el rock...
Actualmente hago de todo, incluso mucho trabajo fuera del ámbito musical como puedan ser las locuciones o incluso asesoramiento en acústica y diseño de equipos de sonido.
¿Cuándo descubriste que querías dedicarte a esto?
No tengo un momento claro, creo que fue un proceso. De joven quería ser ingeniero eléctrico, como Nikola Tesla, que entonces no estaba tan de moda. Pero también surfista y viajar por el mundo, o arquitecto y planificar ciudades. Ya sabes, cuando eres joven tienes todas las puertas abiertas y cada mes quieres convertirte en alguien diferente. Eres como un Manley saliendo del cofre del tesoro.
¿Cuál fue el instrumento musical o el dispositivo de sonido que lo inició todo?
El tambor, que para mí siempre ha sido la raíz de la música. Me compré unos bongos y varios tambores y ahí andaba dándole con más ganas que acierto. Más tarde, sobre los 15 años, empecé con la guitarra de aita intentando copiarle.
¿Podrías hacernos un resumen de los elementos principales de tu estudio actual?
El centro del estudio es un Mac Studio M1 Max. Me costó muchos meses estabilizar el sistema porque el salto desde el Mac Pro 5.1 fue muy grande, la verdad, pero ha valido la pena. Una de las cosas que más me gusta de este sistema es que termino la jornada en el estudio y, si quiero me, puedo llevar el ordenador en una mochila a casa, la mochila bien acolchada eso sí.
Como convertidores principales tengo una Apollo X16 y una X6 de Universal Audio que no terminan de convencerme por sus limitaciones, como por ejemplo tener solo cuatro Cues, a pesar de tener 20 salidas físicas en la X16 y 18 en la X6, o no poder enrutar algunos de ellos a la X16 y otros a la X6. Para las mezclas analógicas utilizo una Presonus Quantum 4848 de convertidor y, como complementos, una RME UFX, una Antelope Discrete 8 SC y varias interfaces pequeñas.
Unos elementos muy importantes para mí son los monitores, tanto de escucha como de visión. Para lo primero me apoyo en mis ATC SCM50ASL y en unos Magnat Supreme 2000 que, una vez calibrados, me gustan mucho; y para lo segundo utilizo un total de 6 pantallas, cinco en control y una en la sala principal de grabación. Me gusta poder ver qué está pasando en todo momento.
En cuanto al equipamiento analógico, pues mi cadena de mastering, eso está claro, que es lo que más utilizo en el día a día, pero también mi creciente colección de micrófonos.
¿Cuál es tu DAW principal? ¿Usas más de uno?
Aunque comencé con Cubasis en 1997, utilizo Logic Pro desde hace casi venticinco años. Tenemos una relación de amor-odio. Yo le insulto y él me hace la vida imposible jajaja! No, casi siempre termino pidiéndole perdón.También uso DDP Creator y algo RipX.
¿Tienes algún método o flujo de trabajo definido a la hora de abordar un nuevo proyecto?
Cuando hago trabajos de mastering, sí. Está todo super establecido con plantillas y con los aparatos que sólo se utilizan para esa tarea. Creo que este proceso es el menos creativo y el más cercano a la ingeniería, y por tanto saco mi formación de Ingeniería Técnica Industrial y me concentro en el método, el orden y la lógica.
Sin embargo cuando abordo un trabajo de grabación me suelo poner un poco nervioso. Me preocupan los ruidos, que el sistema sea estable, porque no es fácil trabajar con tres salas de grabación además de la sala de control y, al mismo tiempo, hacer conexión remota con el productor. Me suelo preocupar bastante porque el cliente tenga espacio y no se tropiece con algún cable mal tirado, etc. Soy un agonías, siempre busco tener alternativas por si se estropea algo o por si a última hora me dicen el típico: “Oye ¿me puedes poner otro micrófono más para no sé qué?”. Jo, hace no mucho tuve una sesión en la que todo lo que pudo salir mal, salió mal. Al final sacamos la sesión y el resultado fue bueno pero se me cruzó todo ese día.
Por último, cuando me encargan algún proyecto de producción artística saco mi lado creativo-bohemio-hippy-loco y puede pasar cualquier cosa. Ahí es cuando me doy miedo a mí mismo.
¿Cuál es tu instrumento o herramienta favorita hoy en día?
Hay muchas herramientas fabulosas, pero por sacar a la palestra las que seguro no centran mucha atención diré Metaplugin de DDMF en digital y DCS de Universal Audio en analógico.
El primero, aunque deberían pulir algún detalle, me permite tener plantillas de procesado complejo de manera que puedo, de una tacada, insertar en un bus procesado multibanda o procesado en paralelo; y el segundo, porque es un doble previo con control remoto y capacidades de monitoraje sin latencia y con procesado. No tengo problemas cuando me monitorizo en digital tocando la guitarra o algún otro instrumento, pero cuando canto en seguida oigo el filtro peine que provoca la latencia y me da bastante pereza. Este bichito, tengo dos, me permite grabar, procesar y escucharme sin latencia con una calidad excelente.
¿Cuál ha sido tu última adquisición para el estudio?
Lo último que he comprado han sido la Antelope Discrete 8, la REM UFX y un AKG C414XLS. Todo muy bien.
Al AKG le tenía ganas. Lo probé hace unos años y me pareció un micrófono estupendo. Sonido natural, muy configurable, precio contenido, muy poco ruido de fondo, una buena sensibilidad y, muy importante, mucha fiabilidad junto con unos costes de mantenimiento muy bajos. Cuando tienes mucho equipo y trabajo quieres despreocuparte de mantenimientos y averías. Recuerdo el manual de un compresor vari-mu en el que se indicaba que era recomendable realizar mantenimiento cada seis meses. ¿Cómooo? ¡Si no me da la vida para mantenerme yo mismo, como para andar preocupándome así por una máquina que se supone tiene que hacerme la vida más fácil!
En cuanto a los convertidores, seguro que a alguien le ha llamado la atención que nombre tanta interfaz. Pues resulta que preocupado por el ruido en las líneas que van desde las salas de grabación hasta el los pre-amplificadores que están en control (alguna línea andará por los veinte metros de longitud) se me ocurrió utilizar interfaces USB como pre-amplificadores con control remoto + convertidores + amplificadores de auriculares. De este modo, utilizando cables activos, tengo el control desde mi silla y transmisión digital, lo que me permite obtener un elenco de señales limpias y silenciosas que complementa mis líneas analógicas, algunas de ellas llenas de válvulas y transformadores. Por ejemplo, puedo utilizar un AKG SolidTube con un Summit TPA 200B para el bombo de una batería en la sala de grabación principal para obtener un sonido de apisonadora y, al mismo tiempo, en otra sala un par de Neumann KM184 conectados a la RME UFX para una guitarra acústica con un sonido claro y preciso.
Dejo diagrama de bloques para que se entienda el sistema por si a alguien le puede ser de ayuda:
¿Y lo próximo que te gustaría comprarte?
Creo que es posible que caiga una Apollo Twin hoy mismo.
¿Algo que te encantaría tener pero que, por la razón que sea, sabes que no va a ser posible?
Un piano. Un gran cola. Steinway, claro.
¿Alguna técnica o truco de producción que haya influido de forma evidente en tu flujo de trabajo?
Los histogramas. El concepto de poder ver qué ha pasado hace unos segundos en lugar de la instantaneidad del vúmetro me parece delicioso.
¿Cuántas veces nos ha pasado que andando enfrascados en los ajuste de, por ejemplo, una reverb, de repente oímos algún elemento muy comprimido y la mitad de tu cerebro le dice a la otra: “¡Ey!, hay que comprobar ahora mismo eso que ha sonado”, y la otra mitad le responde: “Suave, suave, luego me pongo con ello que ahora estoy con esto”, y cuando terminas ya no encuentras el momento en el que había pasado eso y te dices: “Bueno, habrá sido una impresión errónea” y lo dejas así, tal cual?
Pues ¡Tacháaaan! con los histogramas solo tienes que levantar la cabeza un segundo y ver qué ha pasado hace unos instantes. “Ah, sí, el timbal 2, es verdad que lo dejé un poco bestia” para seguido continuar ajustando la reverb pero sabiendo ya qué es lo que ha pasado.
¿Algún momento de tu carrera especialmente importante?
Sería el año 1999 en fiestas de Mungia. Yo iba como técnico de mi grupo Akatz. Ya no tocaba en la banda pero sí iba de técnico. Debí hacerlo razonablemente bien y la empresa de sonido se quedó con mi nombre. Meses más tarde me pusieron en contacto con Urgabe, y pasé de hacer 20 bolos al año a hacer 150 en dieciocho meses. Fue el momento de mi profesionalización. Uno no sabe cuándo puede saltar la oportunidad. Pude no haber ido a ese concierto y haberme perdido todo lo que vino después. Gracias, Gotzon.
¿Qué papel crees que jugará la inteligencia artificial en el futuro de la música?
Espero que relativo. Quiero un futuro en el que la IA se encargue de predecir ensayos clínicos que encuentren curas de enfermedades, de explorar el universo y calcular órbitas, masas y distancias, de realizar cálculos repetitivos para estabilizar la fusión atómica, de muchas cosas, pero tengo dudas sobre su aplicación en el mundo del arte. Creo que los seres humanos debemos forjar un futuro en el que las máquinas realicen los trabajos repetitivos, sus dueños de esa máquinas o inteligencias artificiales paguen impuestos por sus ganancias y estos recursos se pongan al servicio de los humanos estableciendo una renta básica que permita a las personas dejar de trabajar en ciertas actividades tediosas. En definitiva, una organización de sociedad empática, sostenible y justa.
¿Qué vida es la de una persona que trabaja cobrando en las autopistas? Ahí metido haciendo lo mismo una y otra vez. Me parece más eficiente tener una máquina haciendo eso y a las personas haciendo trabajos creativos, afectivos, de desarrollo o simplemente utilizando lo único que realmente importa a día de hoy, el tiempo que vivimos sanos y con capacidad de dar amor.
¿Qué consejo le darías a la gente que empieza ahora?
Actualmente vivimos un periodo de mucha actividad, hay muchos proyectos, muchas inquietudes artísticas y medios para ganarse la vida sin tener que vivir en una furgoneta viajando de aquí para allá para ir a tocar a tal pueblo o tal ciudad. Yo he vivido como profesional la crisis de la piratería indiscriminada que dejó sin fondos a los sellos discográficos, la crisis financiera, el confinamiento... Creo que a nivel económico no he vivido una época mejor profesionalmente hablando, así que mi consejo sería ir a por ello. Hay que ser proactivo, metódico, paciente, pero valiente al mismo tiempo. ¡Buah, son muchas cosas jajaja! Pero bueno, ¡si tenéis al menos una parte de la suerte que he tenido yo, seguro que os irá genial!
¿Te gustaría nominar a alguien para este cuestionario?
Marta, de Blaxound.
¿Algo que quieras añadir a título personal?
Pues que muchas gracias a las personas que habéis confiado en mí: Rober, Iñigo, Joni, Borja, Toni... Y claro está a Hispasonic.
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Comunicador incansable en materia de tecnología musical. Dicen por ahí que de niño se cayó en una marmita llena de osciladores de baja frecuencia.
