Sonido en vivo

Mezclamos música, no sonido: los pilares de la mezcla

Mezcla en vivo

Recibimos un curso de ajuste o un cursillo de sonido acelerado y ya nos creemos unos auténticos profesionales del sonido. Pero me pregunto cómo es que vamos de profesionales si aún no sabemos ni mezclar música. Para intentar poner remedio a este tipo de situaciones, inicio una serie de artículos que deberían ayudarnos a tener un poquito más claras las cosas que tienen que ver con la mezcla.

Arranquemos por algo sencillo de entender. Hablaremos ya no tanto de sonido, sino de música y de los pilares de la mezcla desde un punto de vista exclusivamente musical, que son: base rítmica, instrumentos armónicos, melodía y contrapunto.

Un buen truco para mezclar e incluso componer bien, es saber clasificar los instrumentos de nuestras producciones dentro de esas cuatro posibilidades (a veces se hace necesario crear alguna subsección más). The Beatles grabaron la mayoría de sus álbumes en cuatro pistas, porque a la hora de ordenar su trabajo se pensaba de un modo totalmente musical.

Por tanto, para empezar deberíamos conseguir un buen equilibrio entre:

  • Base rítmica: dependiendo del estilo musical, la base rítmica puede estar conformada por diferentes tipos de instrumentos. Por lo general, en pop, rock y en electrónica y sus aledaños musicales, la base esta conformada por batería y bajo, pero por ejemplo en una big band, puede además incluir instrumentos como el piano y la guitarra eléctrica —que además del ritmo, nos portarán la armonía—.
  • Instrumentos armónicos: como vemos todo depende del estilo musical, pero los instrumentos armónicos son los que nos aportan la armonía musical o base armónica. Puede ser proporcionada por diferentes tipos de instrumentos: por lo general, en pop, rock, electrónica y similares esta formada por instrumentos de teclado, piano (acústico o eléctrico), órganos o pads de cuerdas —a veces sintéticas—. Esta aportación también la puede proporcionar una guitarra de base que solemos llamar guitarra rítmica, pero que en realidad aparte de ritmo nos da la armonía del tema. En una big band, el piano y la guitarra juegan un doble papel (rítmico y armónico), pero en este caso apenas suelen tener un papel protagonista en cuanto a solos como en otros géneros, pues la big band, como todo el mundo sabe, cuenta con secciones de viento madera y de viento metal, que se reparten el resto de papeles a interpretar: la melodía y el contrapunto.
  • Melodía: La melodía suele estar interpretada por una línea solista (voz o instrumento solista) o bien por una sección al completo, como en el caso de una big band o de una orquesta sinfónica.
  • Contrapunto: El contrapunto es una sección o instrumento que responde a la línea melódica, por ejemplo en rock debería ser lo que hace un guitarrista para dejar los huecos que deja la melodía o línea vocal, por eso lo llamamos fills (relleno), por favor!!, querid@ guitarrista si no quieres que el productor borre la mitad de lo que tocas, toca solo en los huecos que deje la voz, esto también vale para el directo.

Hay trucos técnicos para solucionar todo este tipo de problemas (edición y side chain), pero es mejor que no toques de más. Todo el mundo se va a fijar en ti si lo poco que haces está hecho con muy buen gusto, y por tocar menos no debes preocuparte, pues vas a cobrar lo mismo —si es que pagan—.

Querido teclista —lo mismo que mi amigo guitarrista—: tu mano izquierda puede estar más relajada de lo que crees si en tu banda hay bajista. En música, dos son multitud; también vas a cobrar lo mismo —si es que pagan—, y además tu grupo va a sonar mejor, incluso si el técnico que te toca esa noche no sabe mucho de música. Este tipo de apreciaciones deberían ser muy útiles para quien mezcla, porque cuando hay arreglos de más implicarán procesos de más; por ejemplo, el uso de HPF para eliminar ese bajo extra que nos aporta el teclista de la banda, o bien el uso de un side chain en los instrumentos que entorpezcan la línea melódica —al menos en frecuencia y definición—. Cuánto trabajo les vamos a ahorrar a los pobres masterizadores —o martirizadores, diría yo—.

Mezclando música
Joe Mabel 2007

¿Hay reglas fijas en esto de la mezcla? Lo cierto es que no: cada canción y cada arreglo musical son problemas muy diferentes (me pregunto: ¿dónde quedó la figura del arreglista?). Lo cierto es que no existe un criterio único a la hora de mezclar. Está claro que hay pautas, y hay referentes icónicos en lo musical según el estilo y época; es por esto que existen jerarquías muy diferentes a la hora de mezclar.

No es lo mismo mezclar reggae (bajo más presente), rock (guitarras más presentes), que un cantante melódico (voz más presente) o una big band, donde la base musical la conforman la totalidad de los instrumentos típicos de un grupo de pop. Este hecho puede condicionar incluso el orden en el que comenzamos a realizar la mezcla.

Empecemos por algunas cuestiones muy básicas. ¡Muy importante! Mezclamos música, no sonido; el sonido (su impacto: compresión, distorsión, volumen) nunca es más importante que la propia música. Intentemos balancear correctamente estas secciones y voilá: los oídos del publico y de los melómanos lo agradecerán eternamente.

A diario oigo en festivales gente que sonoriza individualmente los instrumentos de un modo correcto, pero mezclados horriblemente mal. Esto se debe a una falta manifiesta de cultura musical: hacer rock, funk o reggae y que parezca que te has olvidado el bajo en casa, pues como que NO tiene perdón alguno.

Es muy importante que tengáis un buen sistema de monitorización o unos buenos auriculares, seáis músicos o técnicos. Para adquirir una buena cultura musical de un modo real y del todo objetivo, necesitamos en realidad un sistema lineal (full range) y que no coloree. JBL era famosa en los años 70 por tener una respuesta muy hi-fi (muy coloreada), basada en poner remedio a lo aportado por las famosas curvas de Fletcher and Munson. Saber que el oído oye peor en los extremos del espectro puede ser una ventaja comercial, pero no el monitor que necesitamos para ver el mundo tal y como es. Esa filosofía de "vamos a dárselo mascado con una curva de sonrisa o de bañera" (la forma en la que queda un ecualizador), con graves y agudos realzados, es como darle puré a un bebé porque aún no tiene dientes; eso es un error cuando ya eres un adulto, así que para valorar la música tal y como es, necesitamos un buen sistema de monitorización o un buen sistema de PA. El primero nos cuenta la verdad de nuestras mezclas; el segundo nos permitirá amplificar sin miedo al feedback.

Tras 35 años detrás de un mezclador en directo y en estudio puedo hablar con mucho fundamento de los errores que cualquiera puede cometer al iniciarse en el mundo de la mezcla musical —porque muchos de ellos ya los cometí en su momento— así que hablo desde la autocrítica que todos deberíamos tener y desde la experiencia que me da el querer sonar mejor cada nuevo día.

Continuará…

[ Sigue en ¿Para quién hacemos sonido? ]

Michel Martín
EL AUTOR

Productor musical, ingeniero de sonido, consultor independiente y formador en CICE. Titulado en Sistemas de Audio y Sonorización por la Universidad Politécnica de Valencia, y con estudios de electrónica, psicoacústica, música, acústica y electroacústica, cuenta con una gran trayectoria profesional: más de 35 años en el mundo de las grabaciones y la sonorización, en multitud de giras de gran renombre (más de 4.500 conciertos). Miembro y vocal de la AES España, ASARP y portavoz de AMPE. Inventor del sistema de realidad virtual 4D VR.

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