Magacín

David Byrne y Thom Yorke; música, ecología y descargas

Parecía una loca idea. Cuando Radiohead dijeron que sacarían su nuevo disco In Rainbows permitiendo a la gente descargarlo digitalmente a cambio del precio que quisieran pagar, podrías haber pensado que se habían vuelto comunistas. Después de todo, Thom Yorke y compañía son una de las bandas de mayor éxito mundial, favoritos de la crítica y de los fans durante más de 15 años. Hacía más de cuatro que no sacaban disco, y el mercado se mostraba realmente hambriento. Así que, ¿por qué habrían debido Radiohead prestarse a un experimento tan radical?

Resultó que el gambito acabó pareciendo un movimiento comercial realmente sabio. Durante el primer mes, alrededor de un millón de fans descargaron el disco. Sobre el 40% pagaron por él, de acuerdo con comScore, una media de seis dólares, dejando a la banda un beneficio de cerca de 3 millones de dólares. Además, dado que son propietarios del master, pueden licenciarlo a cualquier discográfica para ser distribuido a la vieja usanza, en CD. En los Estados Unidos, saldrá a la venta el 1 de enero a través de TBD/ATO Records Group.

Mientras que paga-lo-que-quieras funciona para Radiohead, es posible pensar que se trata de un modelo de negocio que no funcionaría para Miley Cyrus —más conocida como la número uno para adolescentes Hannah Montana—. La discográfica de Cyrus, la Walt Disney Records, va a seguir vendiendo CDs en Wal-Mart. Gracias. Lo cierto es que Radiohead nunca pretendieron empezar una revolución con In Rainbows. Simplemente demostrar que hay sitio de sobra para innovaciones en el negocio musical. Éste es simplemente uno de los nuevos caminos.

Wired invitó a David Byrne —otro legendario innovador, el hombre que escribió para Talking Heads la canción Radio Head que dio nombre a la banda inglesa— a charlar con Yorke sobre la estrategia de distribución de In Rainbows, por si a alguien le sirviera para aprender de su experimento.

Byrne: OK.

Yorke: [Al asistente] Cierra la puta puerta.

Byrne: Bien, buen disco. Realmente buen disco.

Yorke: Gracias. Capullo.

Byrne: [Risas.]

Yorke: Ya hemos terminado, ¿no?

Byrne: Claro, puedes irte. [Risas.] Bien, empezaré preguntando por temas de negocios. Lo que habéis hecho con este disco no es algo tradicional. Ni siquiera es lo de enviar copias por adelantado a la prensa, ni nada parecido.

Yorke: Nosotros lo llamamos «nuestra propia filtración». Nuestros cuatro últimos discos, incluyendo el mío en solitario, se filtraron de inmediato. Así que pensamos; filtrémoslo nosotros.

Byrne: Antes había una fecha de lanzamiento, y se le mandaban copias a la prensa meses antes para que lo fueran conociendo.

Yorke: Sí, y luego llamabas y preguntabas; «¿te ha gustado? ¿Qué opinas?». Tres meses antes. Y después llegaba lo de «¿Por qué no hacéis esto y esto para esta revista?» Seguro que sabes de lo que hablo. Todos esos juegos tan tontos.

Byrne: Pero todo eso es pensando en las listas, ¿no? Es ir preparando el marketing y las preventas, para que justo cuando salga el disco, ¡boom! Ya estés en las listas.

Yorke: Sí, es lo que todas las discográficas hacen. Pero no es bueno para nosotros, porque no sirve para encontrar nuevas bases de fans. El tema es, está toda esa gente con esa jodienda [los de los medios]. Nosotros intentamos evitar el juego de quién saca primero nuestra reseña. En estos días hay mucho papel que rellenar y el papel es digital. Así que el primero que escribe la reseña luego es copiado y pegado. El que escribe primero tiene todo el poder. Especialmente para una banda como nosotros, es cuestión de suerte si le molas o no le molas a ese primer tío que escribe sobre ti. Es completamente injusto, creo.

Byrne: Así que te saltas a la prensa y vas directo a los fans.

Yorke: De alguna forma sí. Y es flipante. Dos días después de tener el master, ya había copias pedidas en el sitio. Realmente excitante conseguir una conexión así en pocas semanas.

Byrne: ¿Y lo de dejar que la gente ponga el precio?

Yorke: Esa fue idea del manager, Chris Hufford. Pensamos que era una idea descabellada. Mientras creábamos el sitio, le seguíamos preguntando «¿estás seguro de esto?» Pero fue buena idea. Nos liberó de algo. No era nihilismo, algo como decirle a la gente que la música no tiene valor. Era todo lo contrario y la gente lo entendió perfectamente. Trata simplemente de tener un poco de fe en lo que se está haciendo.

Byrne: Y funcionó con vosotros. Ya tenéis una audiencia. Como yo, que cada vez que he oído que había algo nuevo vuestro ahí fuera, simplemente he salido y me lo he comprado, sin leer ninguna reseña antes.

Yorke: Claro. El único motivo por el que hemos podido salir adelante con esto, la única razón que nos importa una mierda, es el hecho de que ya nos hemos recorrido todo el camino que nos ha marcado el negocio musical. Que no es un modelo que valga para cualquier otra cosa. En nuestro caso era la respuesta a una situación. Ya no tenemos contrato, pero sí nuestro propio estudio. Y tenemos un servidor. ¿Qué esperaban que hiciéramos? Era lo obvio. Pero ha funcionado para nosotros porque somos quien somos.

Byrne: ¿Y qué pasa con las bandas que están empezando?

Yorke: Primero, y lo más importante; no firmes un tocho de contrato que te quite todos tus derechos digitales, para que cuando vendas una copia de tu disco en iTunes lo que te lleves sea cero. Esa es la primera prioridad. Si estás empezando como artista, seguro que te asusta al principio. Pero es que las grandes compañías también están asustadas; no tienen acceso a nuevos artistas, y no saben qué hacer con los que tienen.

Byrne: Menos presión en sus cabezas.

Yorke: Exacto.

Byrne: Me he estado preguntando, ¿por qué ponerlo todo junto, CDs, álbumes? La respuesta a la que llego es, bien, a veces ha sido artísticamente viable. Quiero decir, que a veces no se trata simplemente de una colección aleatoria de canciones. A veces hay un hilo común, incluso de forma inconsciente por parte del artista. Creo que mucha gente de la música está pensando de esta forma durante los últimos meses.

Yorke: Durante los últimos años.

Byrne: No importa lo que te cueste, pero otras veces hay un obvio...

Yorke: ...propósito.

Byrne: Exacto. Posiblemente el motivo por el que cuesta desprenderse del formato de álbum por completo es, ya que tienes una banda en el estudio, tiene sentido hacerles grabar más de una canción en cada sesión. Y tiene más sentido si luego vas a tomarte la molestia de tocar en directo o hacer cualquier otra cosa. Es una especie de todo en uno.

Yorke: Sí, pero además está lo que puedes hacer con ese todo en uno. Las canciones se amplifican las unas a las otras si las pones en el orden correcto.

Byrne: ¿Sabéis, más o menos, de dónde vienen vuestros beneficios? En mi caso, poco llega de vender discos. Gano algo haciendo giras, y la mayor parte de licenciar material, no para anuncios, pero sí para películas y programas de la tele.

Yorke: Sí, como nosotros más o menos.

Byrne: Y para muchos, el gasto indirecto por ir de gira es realmente bajo, así que es prácticamente lo único que hacen y no les importa lo demás.

Yorke: Siempre vamos de gira diciendo «esta vez no vamos a gastar tanto dinero, vamos a quitar esto, y esto y esto» y luego pensamos «oh, pero necesitamos este teclado, y esas luces». Pero resulta que principalmente ganamos dinero haciendo giras. Algo con lo que me resulta difícil reconciliarme porque no me gustan los viajes, el gasto de energía. Hacer una gira es un desastre ecológico.

Byrne: Pero hay caravanas a biodiesel, y todo eso.

Yorke: Ya, pero depende de dónde sale el biodiesel. Hay formas de minimizar el impacto. Hicimos hace poco uno de esos estudios sobre impacto ecológico donde estudiaron el último periodo de gira que hicimos y dónde estaba el problema peor. Y estaba en la gente yendo de su casa al concierto.

Byrne: Dices la audiencia.

Yorke: Sí, sobre todo en los Estados Unidos donde todo el mundo conduce. Así que, ¿qué hacemos con eso? La idea es que toquemos siempre en sitios municipales donde hayan puesto un sistema de transporte alternativo. Y minimizar los vuelos, al menos los que llevan material. Porque con nosotros los músicos es más complicado.

Byrne: [Risas.]

Yorke: Pero si vas en barco, en el Queen Mary o en otro parecido, eso es aún peor que volar, así que volar es la única opción.

Byrne: ¿Ganáis dinero con las descargas de In Rainbows?

Yorke: En beneficios digitales, hemos ganado más con este disco que con cualquiera de los anteriores incluso sumados. Parece una chorrada, pero en parte se debía al hecho de que EMI no repartía con nosotros el dinero de las ventas digitales. Todos los contratos firmados en cierto momento de los últimos años llevaban mierda parecida.

Byrne: Y cuando el disco salga en CD, en enero, ¿contrataréis una firma de marketing?

Yorke: No. Todo volverá a ser un poco más tradicional. Cuando se nos ocurrió la idea, no pensamos en lanzar un CD de ninguna manera. Pero luego pensamos, bien, quizá nos estamos pasando de pijos. [Risas]. Primero, puede traer problemas. Segundo, es esnobismo. Así que de lo que se habla ahora es de poner las canciones en la radio, y todo eso. Y creo que es normal.

Byrne: He estado pensando sobre cómo la distribución de CDs, las tiendas de discos, y todo eso está cambiando. Pero estamos hablando de música. ¿Qué es la música? ¿Qué hace la música por la gente? ¿Qué consigue la gente de la música? ¿Para qué sirve? Es lo que está cambiando. Lo demás no, lo demás es sólo títulos escritos en una lista de la compra.

Yorke: Es un servicio de reparto.

Byrne: Pero la gente aún paga por tener esa experiencia. Creas una comunidad alrededor de la música, no simplemente yendo a conciertos sino hablando de ellos con tus amigos. Haces una copia, se la pasas, y así estableces una relación. Y la consecuencia es que ahora ellos te tienen que dar algo a cambio.

Yorke: Sí, sí, sí. Pensaba mientras decías eso; ¿y cómo mete mano ahí una discográfica? Me recordaba al libro No Logo donde Naomi Klein contaba que Nike pagaba a gente para que jugase con sus zapatillas con los niños en la calle. Sé de hecho que hay discográficas que hacen cosas de ese tipo. Pero nadie me ha explicado nunca exactamente cómo. Quiero decir. Te metes en un foro de discusión y preguntas «¿habéis oído..?» Puede que sí. Y luego recuerdo la película sobre Johnny Cash, cuando llega Cash y dice «quiero grabar un disco en directo en la cárcel» y su discográfica piensa que se ha vuelto chiflado. Pero él sabía lo que la gente esperaba de él, y se lo daba. Creo que ahora lo que hay es falta de entendimiento. El tema no va sobre quién se digitaliza un disco de quién, sobre el tema legal, sobre DRM, ni sobre nada de eso. Va sobre si la música te llega o no te llega. ¿A quién le importa que un artista o una discográfica persiga a la gente que copia su música, si esa música no es valorada por nadie?

Byrne: Estás devaluando el sistema de reparto, pero por supuesto no el lado emocional...

Yorke: Estás devaluando a la compañía, o al interés del artista, pero no a la música en sí misma. No sé. Siempre hemos sido un poco ingenuos. No tenemos alternativa a hacer lo que hacemos. Es lo único que sabemos hacer.

Visto en Wired.

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