Magacín

La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach

Tras la muerte de J.S Bach, su mujer, Ana Magdalena Bach, se fue quedando poco a poco en la miseria, llegando a subsistir únicamente de las limosnas que le daban sus vecinos. La música de su difunto marido estaba comenzando a “pasar de moda” (la muerte de Bach en 1750 marca el fin del barroco en música en los libros de historia), y sus obras apenas continuaban interpretándose cuando un día llamo a la puerta de Ana Magdalena un antiguo alumno de su marido. Le rogó que escribiera las memorias de J.S Bach, pues estaba convencido de que en el futuro se reconocería el genio de su maestro.

Ana, en su soledad, resistiéndose a vender las partituras que le quedaban de su marido para poder comer y alimentar a las hijas que aun compartían techo y miseria con ella (abandonada a sus suerte por lo hijos mayores de Bach de su anterior matrimonio), comienza a escribir las memorias que a día de hoy, con sus escasas paginas, es un conmovedor y tierno libro de historia de la música.

Este es el argumento de una novela histórica que durante un tiempo pasó por autentica. De hecho la editorial Juventud, responsable de su edición española, aun conociéndose desde hacia tiempo el verdadero origen del libro, no menciona a la autora real en varias de sus sucesivas ediciones, creando confusión incluso hoy en día.

La novela fue escrita por la musicóloga inglesa Esther Meynel, pero en sus primeras ediciones (1925) salió a la venta como obra de autoría anónima, haciendo creer que era autentica. Más tarde, tras el enorme éxito que tuvo la novela y el entusiasmo que provocó su supuesta autenticidad, se dio a conocer a la verdadera responsable de los textos.

Salvo el encargo de la crónica por el alumno de Bach, todo el enunciado que he realizado para este articulo es real, y es que el libro pretende ajustarse a la realidad con toda la rigurosidad de la que es capaz Meynel a principios del siglo XX.

Dejando aparte la interesante concepción y anécdota que guarda la novela, este es un libro indicado tanto para estudiantes de música como para músicos o aficionados a la música de cualquier estilo.

Los estudiantes encontrarán en él pequeños trazos de historia de la música general relacionados con la época y el entorno de Bach. Por ejemplo, es muy interesante como relata Ana Magdalena el encuentro entre Silbermann (uno de los primeros y más importantes constructores de pianos) y Bach. Como el compositor hizo enfadar al fabricante criticando varios aspectos técnicos del instrumento que más tarde Silbermann reconocería y corregiría (Bach llego a actuar posteriormente como agente en la venta de los pianos de Silbermann).

Los amantes de su obra asistirán al proceso de inspiración y creación de sus obras más importantes en primera fila. Siempre desde la mirada de quien fue su compañera y ayudante transcriptora (la caligrafía de Ana Magdalena, llego a ser casi idéntica a la de Bach, hasta el punto de llegar a confundirse algunos de sus manuscritos). Así como a los momentos de inspiración, el proceso de creación y el motivo que origino sus piezas más importantes.

Al compositor, sea cual sea su estilo le gustará leer detalles como el de cuando Ana le leía a Bach un texto de Martin Lutero (Bach era apasionadamente religioso) en el que hablaba de uno de sus músicos favoritos: “Es el señor de las notas, tienen estas que hacer lo que el quiere, otros compositores hacen lo que quieren las notas”. Bach no dudaba en romper una regla cuando consideraba que su intuición musical se lo pedía. La extensa obra de Bach nos deja constancia de ello. Su conocimiento y control sobre las reglas le hacían no ser esclavo de la tradición. Utilizaba las normas para un fin artístico; si ese fin debía prescindir de alguna de las reglas entonces prescindía.

Este libro, si uno se deja arrastrar por él, humaniza a uno de los genios más grandes que ha dado la historia de la música. Los detalles de su vida contados con total veneración por su viuda nos ayudaran a imaginar a la persona que se encuentra tras una música, que en su contexto no solo roza la perfección si no que nos hace entender el concepto en sí mismo de la perfección musical en el barroco.

Pero por encima de todo este es un libro de amor, de amor profundo y de recuerdos que se engendró para que pareciera real (objetivo que consiguió durante varios años). Donde uno de los personajes es nada menos que J.S Bach. Cuyo final del relato es el final de una de las épocas más importantes de la historia de la música.

Tras su lectura uno se pregunta: ¿de qué habría sido Bach capaz en nuestros días? ¿Haría uso de toda la tecnología de la que disponemos? Es conocido el interés de Bach por la construcción y diseño de los instrumentos, especialmente por los órganos, con cuya combinación de registros (el equivalente a la programación de sintetizadores de hoy en día) le gustaba mucho experimentar.

¿Existirá un/una “Bach” actualmente entre nosotros? ¿Quizá entre los hispasónicos?
Por último, una curiosidad: en cierto modo relacionada con la pregunta anterior, la unión de la música de Bach con los sintetizadores Moog en 1968 día lugar al primer álbum de música clásica en vender más de un millón de copias y el primero álbum de música clásica en obtener un premio Grammy.

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