Lo que me da una pereza enorme es que en este puto país parece imposible estudiar y debatir seriamente ninguna cuestión sin caer en la más estúpida politiquería (que si el aborto tiene algo que ver con ETA pero no demasiado, que si aaaahla, lo que ha dicho este, que si aaaahla lo que ha dicho esta ...) Si todos estamos de acuerdo en que el aborto, como método de planificación familiar, debería ser la última opción, y si sabemos, por otra parte, que puede haber una relación entre nivel socio-económico-cultural y número de abortos, lo que habrá que hacer, digo yo, es incrementar las campañas de información anticonceptiva en esos sectores, por un lado, y las ayudas (juas!) para que la mala situación económica no sea un factor determinante a la hora de plantearse abortar. Y si no hay tal relación pues estupendo, oiga, se deberá a otras causas ...
Y los medios de comunicación llevan una buena parte del problema a niveles infra, es cierto. Por ser rigurosos y profesionales hacen de los índices y baremos un todo que no es nada de nada. En realidad y en general, sobran una buena parte de los trabajadores, que no sirven para nada, mientras en el tercer mundo se matan a hacernos, ropa, comida, chips, y mil materiales más por una vida de m. Luego los organismos internacionales reparten las ayudas según sus intereses y mientras tanto los políticos se van por las nubes con debates innecesarios y autocomplacientes, mientras, en Saint Tropez un café cuesta 20€ y una hamburguesa 120 y no te digo ya en los super hoteles de alto nivel de EEUU. ¿Debatir? Si, en Gran Hermano. Y si es un debate de verdad, se atusan bien el pelo, se ponen nerviosos porque les están viendo, no callan y hablan a gritos, y cuando hay alguien que se ve claramente que habla con conocimiento y corazón se le tiran encima y lo pisotean para llevarse la razón. Encima, claro, cualquier aparición pública está remunerada y bien. Luego, ya en el tema, los políticos que tanto moralizan ni siquiera han sido capaces de llevar a la practica lo legislado en relación con la prostitución y los anuncios en los periódicos. Menudo teatro.
A ver, aquí la mujer que por desgracia decide abortar, ya tenga estudios o no, no lo hace por deporte o diversión. Lo hace porque hay detrás un problemón o está en juego su propia salud o la del feto, y yo creo que en estos casos tanto la afectada como los facultativos actúan con sentido común. No veo por qué hay que andar prohibiendo nada ni insultar a quien por desgracia tiene que pasar por el trauma de abortar.