La belleza del mal
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En la época que estudiamos nosotros, los profesores tenían la mano bastante larga. En mi clase llegaron a reventarle la nariz a un crío delante de todos los demás. Tendríamos unos ocho años y todavía puedo ver cómo le manaba la sangre y le manchaba la camisa mientras el profesor lo hinchaba a hostias.
Yo respecto a las hostias poco tengo que contar, nunca creí en dios, así que haría la comunión unas 6 veces en mi vida.
En cuanto a hostias no consagradas, tampoco he recibido tantas; eso sí, de muy pequeño, como de 6 años, un profesor tarado que se llamaba Don Eugenio me tiró con una vara de madera haciéndome uan herida. Mi padre, para que no se dijese que no había prueba, me llevó, como cuerpo del delito, sin curar (recuerdo que estaba infectada la herida y ya deliraba...) a la hora de coger por la pechera al maestro (hoy hubiera sido portada de algún diario).
Más mayores, mucho más, recuerdo que estábamos castigados a quedarnos en la galería sin salir al patio; pero el cura se enterneció y nos propuso un camjeo humanitario, que aceptamos sin titubear: nos puso a todos en fila de a dos delante de la puerta que daba salida a uno de los patios, nos iba dando un par de hostias 8uan por fila) y según nos la daba salíamos gritando aquel simplísimo ¡bieeeennnn! con el que agradecíamsos todo lo que se nos daba (languarinas incluídas) al patio a jugar al futbol o a las series de la televisión.
En cuanto a hostias no consagradas, tampoco he recibido tantas; eso sí, de muy pequeño, como de 6 años, un profesor tarado que se llamaba Don Eugenio me tiró con una vara de madera haciéndome uan herida. Mi padre, para que no se dijese que no había prueba, me llevó, como cuerpo del delito, sin curar (recuerdo que estaba infectada la herida y ya deliraba...) a la hora de coger por la pechera al maestro (hoy hubiera sido portada de algún diario).
Más mayores, mucho más, recuerdo que estábamos castigados a quedarnos en la galería sin salir al patio; pero el cura se enterneció y nos propuso un camjeo humanitario, que aceptamos sin titubear: nos puso a todos en fila de a dos delante de la puerta que daba salida a uno de los patios, nos iba dando un par de hostias 8uan por fila) y según nos la daba salíamos gritando aquel simplísimo ¡bieeeennnn! con el que agradecíamsos todo lo que se nos daba (languarinas incluídas) al patio a jugar al futbol o a las series de la televisión.
Dices tú de mili. Una épica: uno había escrito algo subversivo en la pizarra, cuando llega el profe, un seglar (que eran bastante peores que los curas), nos pone a todos contra la pared en orden alfabético y va preguntando uno a uno quién había escrito eso. Si no cantaba le daba un hostión y pasaba al siguiente. ¿No contestas? Bofetón. Pues éramos 40 y ni uno sólo de nosotros cantó; permanecimos mudos, temblando y moqueando (muchos llorando) hasta que el profesor, frustrado e iracundo se fue de la clase dando un portazo. Una semana castigados sin recreo toda la clase. Fue bonito, oye.
Endre escribió:En la época que estudiamos nosotros, los profesores tenían la mano bastante larga. En mi clase llegaron a reventarle la nariz a un crío delante de todos los demás. Tendríamos unos ocho años y todavía puedo ver cómo le manaba la sangre y le manchaba la camisa mientras el profesor lo hinchaba a hostias.
Por mucho que chille la gente, creo que hace falta un poco de esos metodos barbaricos en los tiempos actuales.
Pero no profesores... no. Sino los padres. A mis hijos solo yo les puedo dar un par de nalgadas (profesor que toque a un hijo mio, lo mato a puñetazos ).
Mi mama (que era la que de vez en cuando me pegaba), cuando yo era niño, me dio ciertas palizas que, en su momento, no puedo negar que solo sacaron de mi los sentimientos mas bajos y viscerales imaginables... Pero hoy dia, no saben lo que agradezco esas palizas... y hoy quiero mas que nunca a mi mami.
Creo que tanto desastre en la sociedad actual se debe a eso: Padres que dejan que sus hijos los pisoteen a placer.
JSV60 escribió:Dices tú de mili. Una épica: uno había escrito algo subversivo en la pizarra, cuando llega el profe, un seglar (que eran bastante peores que los curas), nos pone a todos contra la pared en orden alfabético y va preguntando uno a uno quién había escrito eso. Si no cantaba le daba un hostión y pasaba al siguiente. ¿No contestas? Bofetón. Pues éramos 40 y ni uno sólo de nosotros cantó; permanecimos mudos, temblando y moqueando (muchos llorando) hasta que el profesor, frustrado e iracundo se fue de la clase dando un portazo. Una semana castigados sin recreo toda la clase. Fue bonito, oye.
Los 300...de Chamberi, ¿o era Cuatro Caminos?...
Joder, macho, una hostia o dos pase; pero una paliza... .
betances escribió:Endre escribió:En la época que estudiamos nosotros, los profesores tenían la mano bastante larga. En mi clase llegaron a reventarle la nariz a un crío delante de todos los demás. Tendríamos unos ocho años y todavía puedo ver cómo le manaba la sangre y le manchaba la camisa mientras el profesor lo hinchaba a hostias.
Por mucho que chille la gente, creo que hace falta un poco de esos metodos barbaricos en los tiempos actuales.
Pero no profesores... no. Sino los padres. A mis hijos solo yo les puedo dar un par de nalgadas (profesor que toque a un hijo mio, lo mato a puñetazos ).
Mi mama (que era la que de vez en cuando me pegaba), cuando yo era niño, me dio ciertas palizas que, en su momento, no puedo negar que solo sacaron de mi los sentimientos mas bajos y viscerales imaginables... Pero hoy dia, no saben lo que agradezco esas palizas... y hoy quiero mas que nunca a mi mami.
Creo que tanto desastre en la sociedad actual se debe a eso: Padres que dejan que sus hijos los pisoteen a placer.
betances escribió:Endre escribió:En la época que estudiamos nosotros, los profesores tenían la mano bastante larga. En mi clase llegaron a reventarle la nariz a un crío delante de todos los demás. Tendríamos unos ocho años y todavía puedo ver cómo le manaba la sangre y le manchaba la camisa mientras el profesor lo hinchaba a hostias.
Por mucho que chille la gente, creo que hace falta un poco de esos metodos barbaricos en los tiempos actuales.
Pero no profesores... no. Sino los padres. A mis hijos solo yo les puedo dar un par de nalgadas (profesor que toque a un hijo mio, lo mato a puñetazos ).
Mi mama (que era la que de vez en cuando me pegaba), cuando yo era niño, me dio ciertas palizas que, en su momento, no puedo negar que solo sacaron de mi los sentimientos mas bajos y viscerales imaginables... Pero hoy dia, no saben lo que agradezco esas palizas... y hoy quiero mas que nunca a mi mami.
Creo que tanto desastre en la sociedad actual se debe a eso: Padres que dejan que sus hijos los pisoteen a placer.
Enhorabuena!!!
Seguro que serás muy bueno dándole palizas a tus hijos... Me alegra que descubras el mal de los jóvenes en la sociedad actual y su tratamiento... Supongo que esperas el nobel de la paz, como mínimo...
SAlut!
carmeloc escribió:Joder, macho, una hostia o dos pase; pero una paliza... .
betances escribió:Endre escribió:En la época que estudiamos nosotros, los profesores tenían la mano bastante larga. En mi clase llegaron a reventarle la nariz a un crío delante de todos los demás. Tendríamos unos ocho años y todavía puedo ver cómo le manaba la sangre y le manchaba la camisa mientras el profesor lo hinchaba a hostias.
Por mucho que chille la gente, creo que hace falta un poco de esos metodos barbaricos en los tiempos actuales.
Pero no profesores... no. Sino los padres. A mis hijos solo yo les puedo dar un par de nalgadas (profesor que toque a un hijo mio, lo mato a puñetazos ).
Mi mama (que era la que de vez en cuando me pegaba), cuando yo era niño, me dio ciertas palizas que, en su momento, no puedo negar que solo sacaron de mi los sentimientos mas bajos y viscerales imaginables... Pero hoy dia, no saben lo que agradezco esas palizas... y hoy quiero mas que nunca a mi mami.
Creo que tanto desastre en la sociedad actual se debe a eso: Padres que dejan que sus hijos los pisoteen a placer.
De bebe no, pero cuando era un niño mas o menos grande, si.
Alguien escribió:Enhorabuena!!!
Seguro que serás muy bueno dándole palizas a tus hijos... Me alegra que descubras el mal de los jóvenes en la sociedad actual y su tratamiento... Supongo que esperas el nobel de la paz, como mínimo...
SAlut!
Gracias!
Ya me imagino en donde deparara el hilo...
Seguimos hablando de las fotos? [-o
Regresemos al concepto inicial del hilo. Este es el avión Repulic XF-84H, el avión de hélice más rapido jamás construido.
De este avión sólo se construyeron dos aparatos, aunque realmente fue uno el que voló en corta fase de pruebas. Hoy únicamente se conserva uno de ellos, en el Museo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de Wright-Patterson. Entre las peculiaridades de este avión, se encuentra una consideración teórica pues, como siempre voló en fase de pruebas y no pasó de ahí, se desconoce si hubiera podido lograr alcanzar todo su potencial porque, al menos sobre el papel, se trató del avión de hélice más rápido jamás construido, capaz de alcanzar Mach 0,9. El XF-84H voló por primera vez el 22 de julio de 1955. Era un aparato extraño, a medio camino de dos mundos sin pertenercer realmente a ninguno de ellos. Puede adivinarse en su fuselaje la presencia de la célula sobre la que fue construido, propia de un reactor F-84F. Fue construido por Republic Aviation como posible candidato a poblar portaaviones, siendo un caza capaz de despegar de las pistas de esas gigantescas naves marinas sin necesidad de catapulta. La idea no llegó a ninguna parte, y no es para menos. El motor a reacción que movía la hélice era tan potente que, por mucho que los ingenieros lo intentaron, pilotar este monstruo se convertía en tarea imposible. Cuentan las crónicas de los ensayos que uno de los pilotos de prueba, después de un primer y único vuelo, se negó a volver a ponerse a los mandos de aquella cosa. ¿Alguien tuvo las narices de sentarse en cabina y volarlo? Sí, el piloto de pruebas Hank Baird llevó a cabo los demás vuelos, hasta la docena, pero ninguno fue tranquilo y todos terminaron en aterrizajes problemáticos. No extrañará, por tanto, que este avión se quedara en simple pesadilla para ingenieros y nada más.
Ahora bien, una máquina tan excepcional, aunque fuera una locura, debía tener algo para destacar por encima del resto. Además de ser considerado como el avión de hélice más veloz, aunque de forma teórica como he comentado, es igualmente reconocido como el más ruidoso, puede que de ahí le venga su nombre de guerra: Thunderscreech. Cuentan los testigos que, al poner en marcha la turbina, el ruido era insoportable, todo un infierno. A cuarenta kilómetros de distancia podía distinguirse su tremebundo rumor y, para colmo, quienes se hallaban cerca sentían todo tipo de mareos y náuseas causadas por las vibraciones. La razón se hallaba en la hélice pues, sumado al estruendo del reactor, los extremos de las palas de la hélice rompían la barrera del sonido, creando una cadena de estallidos sónicos difíciles de soportar, capaces de romper ventanas a kilómetros de distancia.
De este avión sólo se construyeron dos aparatos, aunque realmente fue uno el que voló en corta fase de pruebas. Hoy únicamente se conserva uno de ellos, en el Museo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de Wright-Patterson. Entre las peculiaridades de este avión, se encuentra una consideración teórica pues, como siempre voló en fase de pruebas y no pasó de ahí, se desconoce si hubiera podido lograr alcanzar todo su potencial porque, al menos sobre el papel, se trató del avión de hélice más rápido jamás construido, capaz de alcanzar Mach 0,9. El XF-84H voló por primera vez el 22 de julio de 1955. Era un aparato extraño, a medio camino de dos mundos sin pertenercer realmente a ninguno de ellos. Puede adivinarse en su fuselaje la presencia de la célula sobre la que fue construido, propia de un reactor F-84F. Fue construido por Republic Aviation como posible candidato a poblar portaaviones, siendo un caza capaz de despegar de las pistas de esas gigantescas naves marinas sin necesidad de catapulta. La idea no llegó a ninguna parte, y no es para menos. El motor a reacción que movía la hélice era tan potente que, por mucho que los ingenieros lo intentaron, pilotar este monstruo se convertía en tarea imposible. Cuentan las crónicas de los ensayos que uno de los pilotos de prueba, después de un primer y único vuelo, se negó a volver a ponerse a los mandos de aquella cosa. ¿Alguien tuvo las narices de sentarse en cabina y volarlo? Sí, el piloto de pruebas Hank Baird llevó a cabo los demás vuelos, hasta la docena, pero ninguno fue tranquilo y todos terminaron en aterrizajes problemáticos. No extrañará, por tanto, que este avión se quedara en simple pesadilla para ingenieros y nada más.
Ahora bien, una máquina tan excepcional, aunque fuera una locura, debía tener algo para destacar por encima del resto. Además de ser considerado como el avión de hélice más veloz, aunque de forma teórica como he comentado, es igualmente reconocido como el más ruidoso, puede que de ahí le venga su nombre de guerra: Thunderscreech. Cuentan los testigos que, al poner en marcha la turbina, el ruido era insoportable, todo un infierno. A cuarenta kilómetros de distancia podía distinguirse su tremebundo rumor y, para colmo, quienes se hallaban cerca sentían todo tipo de mareos y náuseas causadas por las vibraciones. La razón se hallaba en la hélice pues, sumado al estruendo del reactor, los extremos de las palas de la hélice rompían la barrera del sonido, creando una cadena de estallidos sónicos difíciles de soportar, capaces de romper ventanas a kilómetros de distancia.
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