La belleza del mal
OFERTASVer todas
-
-32%Casio AP-650 MBK Celviano
-
-49%GForce OB-X
-
-20%Focusrite Scarlett 18i20 3rd Gen
Planta nuclear en Three Mile Island, que protagonizó el accidente más grave en Estados Unidos. Nótense las torres de refrigeración averiadas.
28 de marzo de 1979. Hace treinta y seis años era un día como otro cualquiera en el estado de Pensilvania: Jimmy Carter aún era presidente a la espera de sufrir una estrepitosa derrota contra Ronald Reagan, Tragedy de los Bee Gees era el éxito del momento y, como si de una broma macabra se tratase, la película el Síndrome de China llevaba doce días en taquilla narrando la historia de unos reporteros (interpretados por Jane Fonda y un joven Michael Douglas) cubriendo un accidente nuclear. Sin embargo, sobre las cuatro de la mañana de ese día, una serie de irregularidades convirtieron ese 28 de marzo en un día para olvidar en la historia de desarrollo nuclear.
La central nuclear de Three Mile Island se componía de dos reactores que llevaban poco tiempo en funcionamiento, con el TMI-1 entrando en servicio el 19 de abril de 1974 y su hermano, el TMI-2, entrando en funcionamiento en diciembre de 1978 (noventa días antes del accidente). De hecho, fue el TMI-2 el catalizador del accidente dado que el TMI-1 se encontraba detenido en ese momento por recarga de combustible, y al ser instalaciones separadas, no hubo ningún efecto dominó que afectara al otro reactor. Esta parte es primordial, ya que de haber estado conectados, el desastre medioambiental podría haber sido aún mucho peor.
Todo comenzó cuando se produjo una avería mecánica o eléctrica (a día de hoy no se ha podido determinar) en el circuito secundario de la planta, provocando que sus bombas de alimentación dejaran de funcionar, impidiendo que el calor en los generadores de vapor del sistema primario se disiparan. Como medida de seguridad, primero la turbina y a continuación el reactor se apagaron de forma automática, mientras que la temperatura y presión del circuito primario se empezaran a incrementar de forma inmediata debido a la avería del sistema secundario previamente mencionado.
Por ello, y para liberar dicha presión, la válvula de descarga fue abierta y aunque consiguió disminuirla, no se cerró cuando terminó su trabajo como debería haber hecho, y el indicador que avisaba al operario no indicó en ningún momento el estado de dicha válvula. En consecuencia, la válvula defectuosa causó que la presión continuara disminuyendo en el sistema hasta estar por debajo de los límites aceptables. Hasta el momento todos estos fallos fueron mecánicos y, aunque se podía pedir responsabilidades por ello, los operarios habían actuado correctamente.
Pero al surgir otro problema, fue cuando los operarios no fueron capaces de atajar el problema. Y es que el sistema de agua de emergencia del sistema secundario, encargado de enfriar los generadores de vapor del sistema primario, había sido utilizado dos días antes antes del accidente en una prueba en la que se cierra la válvula que permite su funcionamiento. Sin embargo, debido a un error administrativo o de personal, dicha válvula no se dejó abierta al final de la prueba por lo que no funcionó correctamente, y los operarios de Three Mile Island tardaron ocho minutos desde el comienzo del accidente en darse cuenta que la válvula estaba cerrada.
Una vez abierta la válvula, el sistema de agua de emergencia comenzó a trabajar correctamente, permitiendo que el agua fría fluyera por los generadores del vapor. A medida que la presión fue bajando, burbujas de vapor formadas por el agua hirviendo provocaron una distribución del agua dentro del sistema, trasladando todo el agua dentro del presurizador y dejando el resto del sistema sólo con vapor. A continuación, el indicador que informa al operario sobre la cantidad de líquido refrigerante capaz de eliminar el calor indicó incorrectamente que el sistema estaba lleno de agua, por lo que éste dejó de introducir agua.
Más de dos horas después del primero de esta cadena de incidentes, la parte superior del reactor quedó al descubierto. ¿El motivo? El vapor dentro del sistema bloqueó la circulación en el sistema, y dicho bloqueo en el sistema de circulación provocó que el agua restante en el interior del sistema no pudiera salir y se convirtiera en más vapor, aumentando muchísimo la presión. Al quedar la parte superior descubierta, las pastillas de combustible se liberaron en el líquido refrigerante y generaron hidrógeno, que provocó una pequeña explosión en el edificio de contención al ser liberado.
Con el cambio de turno en la central de Three Mile Island empezaron a cambiar las cosas para mejor, aunque las consecuencias en esas dos horas ya habían sido terribles. El nuevo equipo procedió a cerrar una válvula auxiliar que ya había dejado salir ciento veinte mil litros de agua refrigerante contaminada del circuito principal. Dicha agua activó las alarmas por radiación una vez alcanzó los detectores. En ese momento los niveles de radiación en el líquido refrigerante era unas 300 veces superior a los niveles esperados, y la central tenía ya un grave problema de contaminación, con agua contaminada filtrada entre el hormigón del edificio, dejando un residuo radiactivo imposible de eliminar.
Además, en la sala de control no se sabía que aproximadamente la mitad del núcleo estaba sin refrigeración, y no fue hasta las once de la mañana cuando se comenzó a inyectar agua nueva al circuito primario para ser enfriado, la cual llegó tarde para evitar una explosión de hidrógeno que se había seguido generando en el interior del reactor que pasó inadvertida. Finalmente, a las dieciséis horas las bombas del circuito primario se pusieron en marcha y la temperatura del núcleo comenzó a bajar, pero los efectos del combustible radioactivo había dejado secuelas terribles en el reactor: una gran parte del núcleo ya se había derretido o vaporizado, y el sistema seguía siendo peligrosamente radiactivo.
Sí, Three Mile Island se salvó por poco de una fusión del núcleo, pero las consecuencias medioambientales y sociales fueron desastrosas. Aunque no hubo víctimas directas por el accidente, a lo largo de la semana siguiente entre 2.5 y 15 millones de curios en vapor radioactivo e hidrógeno fueron evacuados del reactor vertiéndolos directamente a la atmósfera, a lo que Greenpeace ha reiterado en varias ocasiones que existió y existe un aumento claro en los casos de cáncer y leucemia sobre la zona cercana a la central.
Socialmente, este accidente también movió numerosas aguas. Hubo numerosas manifestaciones anti nucleares a lo largo del planeta, cuyos argumentos se reforzaron tras Chernóbil, y durante cierto tiempo la utilidad de las centrales nucleares fueron cuestionadas, especialmente si conllevaba correr un riesgo tan grande. Sin embargo, Three Mile Island sirvió también para establecer un protocolo de seguridad más férreo e instruir mejor a los operarios de centrales nucleares, estándares que a día de hoy se siguen manteniendo y que han ayudado a hacer las centrales nucleares más seguras, aunque fueran medidas adoptadas tras la deblace de TMI, catalogada por la INES como nivel 5.
¿Y qué pasó con TMI? Pues la descontaminación de la central duró más de 14 años, y entre 1985 a 1995 se extrajeron casi 100 toneladas de combustible nuclear, el cual fue almacenado como residuo nuclear de forma segura. El reactor TMI-1 siguió parado hasta 1985 y la TMI-2 se encuentra en un status de "almacenamiento vigilado a largo plazo". Actualmente la TMI-1 sigue en funcionamiento y aunque se esperaba ser desmantelada en 2014, su licencia fue renovada hasta el 2034, todo ello con una serie de pruebas de seguridad que tuvo que pasar previamente, algo lógico debido a sus antecedentes.
28 de marzo de 1979. Hace treinta y seis años era un día como otro cualquiera en el estado de Pensilvania: Jimmy Carter aún era presidente a la espera de sufrir una estrepitosa derrota contra Ronald Reagan, Tragedy de los Bee Gees era el éxito del momento y, como si de una broma macabra se tratase, la película el Síndrome de China llevaba doce días en taquilla narrando la historia de unos reporteros (interpretados por Jane Fonda y un joven Michael Douglas) cubriendo un accidente nuclear. Sin embargo, sobre las cuatro de la mañana de ese día, una serie de irregularidades convirtieron ese 28 de marzo en un día para olvidar en la historia de desarrollo nuclear.
La central nuclear de Three Mile Island se componía de dos reactores que llevaban poco tiempo en funcionamiento, con el TMI-1 entrando en servicio el 19 de abril de 1974 y su hermano, el TMI-2, entrando en funcionamiento en diciembre de 1978 (noventa días antes del accidente). De hecho, fue el TMI-2 el catalizador del accidente dado que el TMI-1 se encontraba detenido en ese momento por recarga de combustible, y al ser instalaciones separadas, no hubo ningún efecto dominó que afectara al otro reactor. Esta parte es primordial, ya que de haber estado conectados, el desastre medioambiental podría haber sido aún mucho peor.
Todo comenzó cuando se produjo una avería mecánica o eléctrica (a día de hoy no se ha podido determinar) en el circuito secundario de la planta, provocando que sus bombas de alimentación dejaran de funcionar, impidiendo que el calor en los generadores de vapor del sistema primario se disiparan. Como medida de seguridad, primero la turbina y a continuación el reactor se apagaron de forma automática, mientras que la temperatura y presión del circuito primario se empezaran a incrementar de forma inmediata debido a la avería del sistema secundario previamente mencionado.
Por ello, y para liberar dicha presión, la válvula de descarga fue abierta y aunque consiguió disminuirla, no se cerró cuando terminó su trabajo como debería haber hecho, y el indicador que avisaba al operario no indicó en ningún momento el estado de dicha válvula. En consecuencia, la válvula defectuosa causó que la presión continuara disminuyendo en el sistema hasta estar por debajo de los límites aceptables. Hasta el momento todos estos fallos fueron mecánicos y, aunque se podía pedir responsabilidades por ello, los operarios habían actuado correctamente.
Pero al surgir otro problema, fue cuando los operarios no fueron capaces de atajar el problema. Y es que el sistema de agua de emergencia del sistema secundario, encargado de enfriar los generadores de vapor del sistema primario, había sido utilizado dos días antes antes del accidente en una prueba en la que se cierra la válvula que permite su funcionamiento. Sin embargo, debido a un error administrativo o de personal, dicha válvula no se dejó abierta al final de la prueba por lo que no funcionó correctamente, y los operarios de Three Mile Island tardaron ocho minutos desde el comienzo del accidente en darse cuenta que la válvula estaba cerrada.
Una vez abierta la válvula, el sistema de agua de emergencia comenzó a trabajar correctamente, permitiendo que el agua fría fluyera por los generadores del vapor. A medida que la presión fue bajando, burbujas de vapor formadas por el agua hirviendo provocaron una distribución del agua dentro del sistema, trasladando todo el agua dentro del presurizador y dejando el resto del sistema sólo con vapor. A continuación, el indicador que informa al operario sobre la cantidad de líquido refrigerante capaz de eliminar el calor indicó incorrectamente que el sistema estaba lleno de agua, por lo que éste dejó de introducir agua.
Más de dos horas después del primero de esta cadena de incidentes, la parte superior del reactor quedó al descubierto. ¿El motivo? El vapor dentro del sistema bloqueó la circulación en el sistema, y dicho bloqueo en el sistema de circulación provocó que el agua restante en el interior del sistema no pudiera salir y se convirtiera en más vapor, aumentando muchísimo la presión. Al quedar la parte superior descubierta, las pastillas de combustible se liberaron en el líquido refrigerante y generaron hidrógeno, que provocó una pequeña explosión en el edificio de contención al ser liberado.
Con el cambio de turno en la central de Three Mile Island empezaron a cambiar las cosas para mejor, aunque las consecuencias en esas dos horas ya habían sido terribles. El nuevo equipo procedió a cerrar una válvula auxiliar que ya había dejado salir ciento veinte mil litros de agua refrigerante contaminada del circuito principal. Dicha agua activó las alarmas por radiación una vez alcanzó los detectores. En ese momento los niveles de radiación en el líquido refrigerante era unas 300 veces superior a los niveles esperados, y la central tenía ya un grave problema de contaminación, con agua contaminada filtrada entre el hormigón del edificio, dejando un residuo radiactivo imposible de eliminar.
Además, en la sala de control no se sabía que aproximadamente la mitad del núcleo estaba sin refrigeración, y no fue hasta las once de la mañana cuando se comenzó a inyectar agua nueva al circuito primario para ser enfriado, la cual llegó tarde para evitar una explosión de hidrógeno que se había seguido generando en el interior del reactor que pasó inadvertida. Finalmente, a las dieciséis horas las bombas del circuito primario se pusieron en marcha y la temperatura del núcleo comenzó a bajar, pero los efectos del combustible radioactivo había dejado secuelas terribles en el reactor: una gran parte del núcleo ya se había derretido o vaporizado, y el sistema seguía siendo peligrosamente radiactivo.
Sí, Three Mile Island se salvó por poco de una fusión del núcleo, pero las consecuencias medioambientales y sociales fueron desastrosas. Aunque no hubo víctimas directas por el accidente, a lo largo de la semana siguiente entre 2.5 y 15 millones de curios en vapor radioactivo e hidrógeno fueron evacuados del reactor vertiéndolos directamente a la atmósfera, a lo que Greenpeace ha reiterado en varias ocasiones que existió y existe un aumento claro en los casos de cáncer y leucemia sobre la zona cercana a la central.
Socialmente, este accidente también movió numerosas aguas. Hubo numerosas manifestaciones anti nucleares a lo largo del planeta, cuyos argumentos se reforzaron tras Chernóbil, y durante cierto tiempo la utilidad de las centrales nucleares fueron cuestionadas, especialmente si conllevaba correr un riesgo tan grande. Sin embargo, Three Mile Island sirvió también para establecer un protocolo de seguridad más férreo e instruir mejor a los operarios de centrales nucleares, estándares que a día de hoy se siguen manteniendo y que han ayudado a hacer las centrales nucleares más seguras, aunque fueran medidas adoptadas tras la deblace de TMI, catalogada por la INES como nivel 5.
¿Y qué pasó con TMI? Pues la descontaminación de la central duró más de 14 años, y entre 1985 a 1995 se extrajeron casi 100 toneladas de combustible nuclear, el cual fue almacenado como residuo nuclear de forma segura. El reactor TMI-1 siguió parado hasta 1985 y la TMI-2 se encuentra en un status de "almacenamiento vigilado a largo plazo". Actualmente la TMI-1 sigue en funcionamiento y aunque se esperaba ser desmantelada en 2014, su licencia fue renovada hasta el 2034, todo ello con una serie de pruebas de seguridad que tuvo que pasar previamente, algo lógico debido a sus antecedentes.
El Jarama 1970: la estética del caos.
[ Imagen no disponible ]
http://www.viaretro.de/2013/03/the-aestetics-of-chaos-1970-jarama-jackie-stewart-tyrrell-and-fire/
[ Imagen no disponible ]
http://www.viaretro.de/2013/03/the-aestetics-of-chaos-1970-jarama-jackie-stewart-tyrrell-and-fire/
Esto ya ha salido en el hilo, pero tal vez se cuele alguna nueva:
Casas clavo, http://www.xataka.com/otros/asi-son-las-impresionantes-casas-clavo-simbolos-de-resistencia-contra-la-economia-china
Casas clavo, http://www.xataka.com/otros/asi-son-las-impresionantes-casas-clavo-simbolos-de-resistencia-contra-la-economia-china
Vídeo grabado en Rusia en el que la tierra parece cobrar vida y sepulta una carretera. No es un corrimiento de tierras al uso, sino un fenómeno que se conoce como earthflow, un movimiento ladera abajo de materiales de grano fino que se comportan como un liquido viscoso debido a que se encuentran empapados de agua.
En realidad este fenómeno se produjo en la escombrera de una mina rusa, donde se apilan los materiales que ya no sirven para extraer el mineral o minerales de interés, en este caso parece ser que es la de una antigua mina de carbón, y cuyos materiales, ya sea por mal drenaje o por un periodo de lluvias o deshielo, han quedado saturados de agua.
No es un fenómeno raro asociado a la minería, ya que si no se toman las medidas adecuadas para que no ocurran deslizamientos por licuefacción, el fenómeno que provoca estos earthflows, como este que vemos, puede tener efectos efectos destructivos.
Nuevo post
Regístrate o identifícate para poder postear en este hilo